Wiki Neo X
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Foro Fussion Gate

"Tanto héroes como villanos terminan por conocer el origen del virus Caos."

RESUMEN[]

Tras atravesar el portal, los NeoX, Abyss, Strikers y dos de los STEALTH llegan hasta el crucero inter-espacial insignia del imperio de Khan. Allí son recibido por parte de la Guardia Imperial, y varios soldados de Khan, quienes los invitan a una comida junto al Canciller. Allí quedan bajo la protección del Coronel Baeles.

Eon, afectado porque Plan B ha muerto, decide usar sus poderes empáticos para crear un show de luces que emocione a los presentes, y les sirva para ganarse el favor de Khan, quien finalmente les ofrece quedarse y sanar las heridas antes de llevarlos de vuelta a la Tierra.

Tras el show, Revenge vuelve a su forma humana, liberándose de las cadenas causadas por Noctem, a quien decide seguir sin poner en duda su autoridad. Más tarde, durante su escaneo, Noctem descubre que parte de su ADN no es humano, ni mutante, aunque no le presta demasiada atención; y Revenge es curado del parásito que le infectó durante su exploración al laboratorio de SHIELD[1]

Noctem decide armar un trato con Khan convenciendo de que él cumplirá la venganza del Lord contra los X-Men si le ayuda a llevarlos hasta el Hangar, donde los atacará, mientras él puede mirar por las cámaras y disfrutar del espectáculo, sin miedo a un reproche por una actitud incómoda para alguien de su posición.

Mientras tanto Revenge se muestra sorprendentemente leal y respetuoso con el caudillo espacial.

Finalmente Khan da la orden y todos los invitados son atacados, pero Eon aire detecta el ataque hace una llamada a Shaman para que avise a sus compañeros ya quite los atacantes parecen inmunes a la energía y a la telepatía.

Mientras tanto en Genosha, RoloX aparece en un nuevo cuerpo y en una fábrica de centinelas, comunicándose con el Virus Caos, y juntos arman un ejército para vengarse de sus compañeros, haciendo que el ejército de centinelas vuele en búsqueda del último ordenador por el que pasaron los héroes y llevándolos al espacio.

Noctem continúa con el plan y, en el momento de la traición, tanto Eon como él terminan por atacar a Khan y a su ejército.

La batalla continúa hasta que aparece el Extraño y desvela que todo fue un trato hecho con Khan, pero que estaba dispuesto a cambiarlo si conseguían ganar la batalla. Sin embargo, en ese momento, se abre un portal que teletransporta a todos a un planeta junto a RoloX y sus centinelas.

RoloX ataca e infecta a Khan, pero los mutantes comienzan a luchar contra su antiguo aliado. Tras terminar derrotados varias veces, Noctem idea un plan con ayuda de Shaman y Eon para aunar las fuerzas, habilidades y poderes de los presentes en Hermes, y que él realice un ataque definitivo contra el robot.

Después de despistar a RoloX con Anillium controlando a un Centinela, Hermes, tras cargarse, crea una estela azulada que estrella en un hongo de energía sobre RoloX. Al despejarse solo quedan partículas. Sin embargo el robot sigue "vivo" y su voz informa de su re-estructuración.

Los NeoX se oponen a que se le ataque de nuevo, esperando que, al reconstruirse, RoloX sea el de siempre, sin embargo Noctem y los Strikers no se quieren arriesgar, así que, con ayuda del enlace establecido, paralizan a todos los NeoX y atacan al robot, acabando, definitivamente con él.

Extraño entonces desvela que todo ha sido un experimento para conocer el potencial genético terrestre y que hubo manipulado a Khan para poder intervenir sin alterar el status quo existente. Tras esto, regresa a todos a la Tierra, dejándoles frente a la Escuela de Charles Xavier.

Noctem y los Strikers se despiden de los héroes, Noctem abre un portal hasta el puerto, que es su nueva base de operaciones, aunque deja atrás a Revenge y Tony. Éste último comienza a luchar contra Revenge, ya que no puede permitir que un asesino quede libre. Cuando Noctem acude, también es noqueado por Il Tiratore que, tras una breve lucha, noquea a ambos y pide a Eon unirse de nuevo a los Abyss, aceptándolo en el equipo.

TRAMA[]

Página 1[]

La explosión de la nave selló el portal de regreso. Frente a ellos la Guardia Imperial. La onda de choque aturdió a todos. Los Shi'ar no son más amistosos con los X-Men. ¿Movimientos? Ni idea.

EL crucero inter-espacial era uno de los de más alto nivel en el reino. Su figura dorada con rasgos alargados lo hacia parecer más una nave de viaje y placer que de batalla. Sin embargo, el verdadero poder engendrado para la protección de la nave no eran sus poderosos cañones de ataque, sino sus increíbles tropas de vuelo y cazas.

Dentro de la nave se encontraba una parte de la Guardia Imperial, encargados de mantener la seguridad de varios visires y señores imperiales que se encontraban firmando tratados de paz para varias razas. Al parecer, algunos de ellos habían perdido algunas batallas y prefirieron aceptar una unión al imperio beneficiosa para todos.

En la zona de carga se encontraban las "llegadas" de los tres portales principales y los dos de "servicio", por los que algunas estaciones podían enviar mensajeros. Al parecer los Neo-X, Abyss y Strikers lograron entrar por uno de aquellos "portales de servicio" llamando, por supuesto, la atención de todos los presentes y siendo apuntados por un buen numero de armas, puños, ojos y etc.

Mientras tanto, por la mente de Eon solo pasaba lo ocurrido recientemente con la nave y sus tripulantes. Este era el momento de ser líder; no cuanto creaba planes o ladraba órdenes, sino cuando lograba tragarse todo el dolor de un solo golpe y, en instantes, poner en orden las ideas.

"Noctem, haz que todos estén calmados. Estos parecen de la realeza Shi'ar…o por lo menos parecen tener muchísimo dinero, así que puede que exista alguna oportunidad de sacarles información. Shaman, por favor, escanea el área en busca de alguien sospechoso, pero recuerda que ellos también tienen telépatas. Jofiel, no eres de mi equipo, pero ahora poco importa. Tan solo trata de mantener una cobertura sobre nuestros pensamientos." Hola a todos los presentes. Disculpen. Soy un humano y nuestra nave tuvo un accidente. Fuimos rescatados por un crucero Shi'ar, sin embargo éste fue atacado y había un portal abierto por el que escapamos[2], pero no sabemos dónde estamos. ¿Podrían ayudarnos?


Suavemente Eon trató de pensar en los momentos en los que hubo estado más confiado y sereno en su vida. Dejó que la dulce sensación lo invadiera mientras hablaba y como una ola invisible la dejo fluir hacia el derredor. Esto era un riesgo total ya que sabía que con eso serían indudablemente detectados como hostiles…o mínimo como manipuladores. Sin embargo, el riesgo y premio estaban por descubrir, así como a quién les afectaría y a quiénes no.

Al instante, varios guerreros se pusieron en pose de batalla y uno de los ayudantes de los cancilleres siguió su ejemplo. Por el momento, y para suerte de ellos, el que parecía tener más rango habló y detuvo, con un solo gesto, cualquier intento de ataque de sus tropas.

— ¡Basta! El humano no es ninguna amenaza. Tráiganlos con nosotros a la antesala del banquete.

— Pero Señor, él es un empático. Emuló sus emociones. Además, los demás son psíquicos y están ocultando sus pensamientos.

— Siguen sin ser una amenaza. Usted vio perfectamente cómo fueron azotados por una onda de energía no tan débil, Capitán. Además, si su ocultación o empatía fueron descubiertas por usted, seguramente su nivel es ínfimo. Son como bebés comparados con nosotros[3].

— Entendido, señor.

— Bien. Humanos, prepárense. Serán testigos de actos de civilización que su raza no podrá lograr jamás. Se comportarán mientras el señor Khan está presente y, después, podremos curar sus heridas y disponerlos hacia su planeta.


Después de atravesar aquel portal, lo que no le fue en lo más absoluto agradable, Alex se encontró con un numero increíble de guerreros dispuestos a hacerlos pedazos. Ivan dio órdenes de inmediato, al igual que uno de ellos dio la orden de no atacarlos y, al parecer, llevarlos con su líder.

Enix: ¡Vaya! Esto no pinta nada bien…

Fangoria: Tranquila, niñita. Acá[4]

Enix: ¿Nivel ínfimo? ¿Qué les pasa?[5]

Eon: Enix…

Enix: Ya, pues me portaré bien[6].


Alex se quedó quieta, esperando a que los demás hicieran los siguientes movimientos. Pensándolo bien, si los guerreros cumplían con su comentarios, recibirían la atención médica que les hace falta a la mayoría.

Enix "¡Ay! Necesito comer, bañarme, descansar y demás[7]."


De pronto Enix cayó en la cuenta de que le faltaba algo, así que miró a su alrededor[8].

Enix: ¡Oigan!, ¿dónde demonios esta Plan B?


Hermes no salía de su asombro, en absoluto. En estos días lo había visto todo: Virus letales, zombies, a sus héroes favoritos luchar a su lado…y en su contra, amigos caer…y volver, viajes espaciales y ahora: otra civilización.

Bart estaba maravillado con todo lo que su retina captaba: Las estructuras, los vehículos de transporte, los extraños y curiosos aspectos de, al parecer, varias razas de extraterrestres frente a él; y con que pudieran entender su idioma perfectamente a pesar de vivir a millones de años luz de distancia; pero a lo que no podía dejar de mirar, por más que lo intentara, era algo muy particular. Nunca había sentido algo así…o visto algo tan hermoso: Frente a él, y resguardada por varios guardias armados, se encontraba una doncella del infinito. Sin duda pertenecía a la raza de los llamados Shi'ar, así lo delataban sus rasgos. Debía de ser una hija de alguien importante, ¿un político tal vez?, ¿o su esposa?…por lo que él sabía. Por un instante la extraterrestre cruzo su mirada con el chico, lo que apenas duró unos segundos, para luego mirar hacia otro lado. Sin duda, la constante mirada del humano le había llamado la atención.

Bart sintió algo raro: ¿Cómo podía gustarle una chica de otra galaxia? ¿Acaso ya no era lo suficientemente raro estar como estaba que ahora se tenía que enamorar de esta alien? Sin embargo, no lo podía negar, así que, instintivamente, hizo lo que todo chico terrícola haría en aquella situación: Tratar de llamar su atención[9].

Hermes: Chicos, no hay de que preocuparse. No nos pasará nada. Estaremos bien, os lo puedo asegurar. Ahora, si me siguen, podemos ir a ese banquete sin problemas. ¡Andando, equipo![10]


Todos se voltearon a ver al pequeño Hermes. Algunos alzaron una ceja con gesto de confusión[11][12], mientras que otros rieron. Entonces, y antes de que pudiera decir algo más, el pesado viaje pasó factura al cuerpo del pequeño mutante. El estrés, y el estar poco acostumbrado a ello, y, sin duda, el precipitado viajecito que se pegó, cortesía de Enix, le trajo consecuencias.

Hermes: Yo…¡oh, no![13]…¡puagh! ¡Coff! ¡Coff! ¡Coff!

Nightmare: ¿Te encuentras bien, pequeño? ¡Diablos!, has vomitado hasta el alma. Tranquilo. Respira…eso es.


Hermes alzó la vista para ver el gesto de asco por parte de su princesa, quien se volteó. Los demás sujetos tenían una expresión fría y que parecía acostumbrada a este tipo de cosas. Sin duda no sería la primera ves que habían visto a un primerizo en viajes por portales interdimensionales.

Después de reírse, todos se comportaron y siguieron a Eon, Shaman y los guardias Shi'ar hasta el lugar previsto, mientras que Hermes, con una especie de servilleta, se terminaba de limpiar el traje.

Hermes: "…Se ha ido[7]… Seguro que le causaste una ¡gran impresión! ¡Niño tonto![14]…"


Shaman había comenzado una conversación telepática con Eon:

"Nikolev, ¿es prudente confiar tan fácilmente en ellos?"

"Vamos, Shamy. No tienes que desconfiar de todo el mundo. Además, estoy en guardia para cualquier situación."

"Espero que estés hablando en serio esta vez."

"Hablo en serio, muy en serio."

"Si lo haces…¿qué es eso de Shamy?"

"Emm…un nombre cariñoso."

"…En este momento no necesito cariños."

— …[6]


Shaman se adelantó un poco a Ivan y el luminoso tan solo sonrió.


Noctem andaba hacia el salón más taciturno de lo habitual. Podía tratar con lo mundano y con lo místico, incluso llegado el caso con lo divino, pero ¿con lo interestelar? Se recolocó en el hombro ambas mochilas, estaba claro que no iba a poder tomar muchas muestras de esta parte de la galaxia, pero, al menos, lo tendría a mano por si surgía la oportunidad; y en cuanto al botiquín…algo le decía que iba a necesitarlo.

— "Khan…¡Khan! ¡Santa Madonna![15] Esto es una locura…una locura. Casi mata a todo el grupo de la signorina[16] Tormenta. ¿Qué haremos nosotros si decide que somos un estorbo?" —pensó.


Noctem se acercó a su grupo y les echó un vistazo rápido. En voz baja comenzó a hablarles:

— Mirad. Sé que, por lo general, hacéis lo que queréis y apenas seguís mis órdenes si dejáis que la sed de sangre os controle, pero esto no es nada…¡nada! parecido a lo que hayáis podido encontrar jamás. Vigilad, pero no hagáis nada de primeras sin consultarme, ¿entendido? No creo que queráis estar volando sin un traje de protección por el espacio.


El italiano notaba la cadena de sombras vibrar, y aquello sólo podía significar una cosa: La parte consciente de Revenge estaba despertando y quizá quería volver a tomar el control. ¿Qué era preferible: un animal salvaje qué obedecía sus órdenes o un psicópata al que apenas conseguía controlar? Tendría que pensar en aquello más tarde porque, por ahora, debía centrarse en lo que tenían en frente.

Los guardias los condujeron hasta unas grandes puertas doradas. No estaban hechas para la medida humana por lo que eran descomunales. Cuando las puertas se abrieron, una gran sala se mostró ante ellos. Un centenar de mesas, ocupadas por tantísimas razas que era imposible catalogarlas, les observaron medio divertidos, medio airados. Al fondo, en un alto, la mesa de gala y, presidiéndola, un imponente Khan ataviado con uniforme militar de gala les miró durante un instante, pasando de nuevo a charlar animadamente con sus invitados.

Los terrestres pasaron, escoltados por los guardias, frente a varios comensales. Podían escuchar sus extrañas voces, pero, curiosamente, todos tuvieron la sensación de que hablaban en inglés, pudiendo entenderles perfectamente. Sin duda se debía a algún dispositivo traductor instalado a nivel global en aquella enorme nave.

— Eh…¿no llevan esos el símbolo del consorte de la Emperatriz?

— ¡Sí! ¡Son Hombres-X!

— ¡¿Hombres?! ¡Ja, ja, ja! …Apenas son cachorros. ¿Dónde están los de verdad?

— ¡Khan los habrá matado a estas alturas!

— Eso sería una descortesía. El gran Khan jamás haría eso. Además, son lindos. Mirad: tienen pelo sólo en sus cabezas. ¡Je, je, je! ¡Qué raro!

— ¿Lindos?, son criaturas repulsivas que merecen mil cosas peores que la muerte. Si en mi mano estuviese…


De pronto un tentáculo salió de la nada sujetando el bastón con el que Gabriel andaba, mientras que una garra aviar entorpecía su pierna buena, haciéndole caer de cara como un fardo al suelo y provocando, con ello, un gran revuelo.

El mago pudo notar el impacto en el rostro momentos antes de sentir como el peso de un cuerpo caía encima de él. Por suerte, era tan liviano que no tuvo que mirar para saber que la misma táctica que habían utilizado con él era la que había tirado, encima de él, al joven Hermes que, mareado como estaba, no pudo reaccionar a tiempo para apartarse.

Primero cayeron y el silencio llegó a toda la sala. Habían conseguido que la atención se centrase, de lleno, en ellos.

Con rapidez, Bart se quitó de encima del Striker. Esperaba no haber caído de lleno encima de su pierna. No es que le cayese demasiado bien. Al fin y al cabo era uno de los malos, pero ahora estaban juntos y por lo menos no sentía pánico cada vez que le miraba, aunque sí un ligero escalofrío, pero con eso podía tratar.

— Perdona, perdona, perdona… ¿Estás bien?

Gabriel asintió, el golpe había sido brusco y estaba un poco atontado, pero los reflejos del velocista le habían hecho colocarse de tal modo que apenas le había dañado. Rechazó con gesto firme la mano que Eon le tendía para levantarse y vio su gesto mitad divertido, mitad preocupado.

"Italiano orgulloso, creo que sólo hay una cosa que supere a tu cabezonería."

"¿Mi virilidad y atractivo?"

"¿Estás bromeando? ¡¿Estás bromeando?! ¡Oh…estamos perdidos! …Además, eso son dos cosas."

— Lo siento. Mis disculpas. —dijo en voz alta el mago cuando se levantó.— La pierna me hace ser un poco torpe. Por favor, sigan comiendo. No queremos molestar.


Algunos de los chicos apretaban los dientes. Si aquello empezaba así ¿qué iba a ser lo siguiente?

Shaman y Noctem, acostumbrados a observar, vieron claramente cómo Khan hacía un pequeño gesto. Era casi imperceptible, pero ahí estaba. No había parado aquello, pero podrían haber jurado que, al menos, no les incitaba a que continuasen.

Al momento les acomodaron en una mesa, hacia la mitad superior de la sala. A su espalda había una pared, lo que, al menos, les protegía por ese flanco, pero a su alrededor todo tipo de alienígenas les observaban con muecas de desprecio, divertidas, preocupadas o tan extrañas que eran imposibles de descifrar.

Telepáticamente, Noctem comunicó con todos sus compañeros:

"¿Alguna idea de cómo vamos a salir de aquí?"


"Simple, mi "no-tengo-un-espejo-a-mano-para-notar-que-no-soy-tan-apuesto-y-viril-como-el-ruso-aunque-sería-un-buen-detalle-serlo". Veremos si podemos "incluirnos" en el asunto sin ser fritos o lanzados al vacío."


Eon se acomodó en la mesa y esperó silenciosamente. Los demás lo miraban con dudas. Los minutos pasaron y, mientras las charlas continuaban, los demás estaban a la espera de alguna reacción.

En el instante en que Shaman empezó a preguntar, Eon se levantó de la mesa y se dirigió a los que disfrutaban del banquete.

— Señores y señoras de los más altos rangos de este universo, les estamos infinitamente agradecidos por su hospitalario trato. Hemos pensado en un regalo apropiado y consideramos que nuestras humildes habilidades podrían ser un entretenimiento adecuado.

— Explícate, mutante. ¿Cómo supones que puedes entretenernos?

— Bien, noble señora. Mi poder es la empatía. Puedo hacerles sentir las sensaciones más graciosas y agradables en una velada como esta.

— ¿A qué te refieres con velada?

— Ellos usaban fuego para alumbrarse, querida.

— ¡Oh, jo, jo, jo! ¡Qué pintoresco!

— Bien, terrestre. Si el señor Khan no lo impide, puedes presentar tu espectáculo. Tan solo recuerda que muchos de los de aquí son droides sin emociones o, como en caso del Coronel Baeles, no son precisamente agraciados con el don de la sensibilidad.

— Algunos, como que me llamo Conde, lo vemos como una desventaja y un estorbo.

— Sí, sí. Bueno. Dejen a los cachorros actuar.

— ¡Oh! No, señor. Solo seré yo. Mis compañeros no han sido agraciados con habilidades interesantes.


Mientras las risas generales se extendían, Khan seguía pensativo. Poco después el lord sonrió y dio señaló a la mesa mientras hablaba:

— Bien. X-Man, haz un movimiento equívoco y morirás…o puede que simplemente te mate. Aparte de eso, sigue adelante.


Para beneplácito de Eon, el permiso estaba semi-otorgado. Después de acomodarse un poco y ver cómo era apuntado por varias armas desde la distancia, se acercó tanto como pudo al centro de la mesa y comenzo a emitir un brillo fantasmagórico e intermitente, de tonos azulados y plateados. Ivan irradiaba toda la habitación, mientras un solo pensamiento ligero pasó entre las ondas:

"Cúbranlos levemente, chicos."


Rumsey y Gabriel captaron la señal inmediatamente y ambos protegieron a sus compañeros, sin embargo los planes de Eon no fueron del todo claros.

De pronto, el retumbante latido de las emociones: del dolor de las batallas, la caída inminente al abismo, el rapto, el arranque sadomasoquista del caos, la suavidad de bebé, la tranquilidad del sueño, el retumbar de los tambores y el fuego de la pasión. Todos los clímax y contrarios en un viaje a la montaña rusa de las emociones.

Mientras que algunos de los que eran alcanzados se regocijaban y lloraban, otros permanecían impertérritos, otros reflejaban las emociones, pero muy ligeramente, y un último pequeño conjunto escondía los efectos en si mismos.

Había sensaciones para todos: Para los románticos, los sádicos, los dictadores, los idealistas, los hedonistas y los mártires, consentidos y exuberantes, refinados y barbaros. La gama subía y bajaba mientras el parpadeo jugaba su parte por igual. Al final los dejó con la sensación de un sueño cumplido, de un clímax fantástico y de una gran meta completada. Satisfacción y conquista.

— Bueno, bueno. Eso ha sido, y me permito decirlo, inspirador. En verdad. ¿Cuál es tu nombre, chico?

— Eon, señor.

— Bueno. Eon, creo que todos disfrutamos la experiencia…algunos más que otros, por supuesto. Dime ¿a qué se dedican los "X-Men"?

— Bueno. Señor, somos un grupo pacifista. Solo reaccionamos ante las amenazas. Sin embargo, nuestro mayor ideal es conseguir la igualdad y equidad entre nuestras razas terrestres.

— Noble. Sí, sí, pero, bueno, ese es el interés de todos, ¿no? ¡Ho, ho, ho!

— Bueno…en realidad tampoco podemos despreciar las increíbles batallas y a emoción que conllevan; así como el honor y la aventura en las que repercuten. Lo clásico.

— Ya decía yo que la bondad era demasiado sosa. Pensé que todos ustedes usaban los mismos uniformes. Me parecían tan aburridos.

— Así fue por un tiempo, Canciller. Sin embargo, no podíamos dejar que el estilo se estancara eternamente, ¿no lo cree?

— ¿Cómo supiste mi rango, mutante?

— Lo mencionaron cuando nos sentaban a la mesa. Siempre es de buena educación conocer a tus anfitriones.

— Resulta que el chico es todo un trepador social. Bien por ti, X-Men, pero dime: ¿Cuál es tu objetivo?


Cuando Khan habló todos sonrieron formalmente. A pesar de lo terrible que podía llegar a ser el emperador de varios reinos, y ahora noble de uno mayor, se ganaba el respeto y afecto de sus compañeros y sirvientes sin recurrir más que a su carisma e inteligencia.

Eon tragó un poco de saliva y este gesto fue percibido por su interlocutor. El rostro de Ivan pareció inseguro por unos instantes, pero reinició su charla.

— Bueno…es obvio que conozco su historial con nuestros compañeros, por lo que sólo me interesa mantener con vida a mi gente mientras aprovechamos su hospitalidad y regresamos a casa.

— En realidad no estabas sorprendido de mi comentario…pero fingiste estarlo.

— No quería insultar a su alteza.

— Tu gente rechazo "amablemente" que fuera "su alteza".

— No estamos en la Tierra. En este lugar usted es a quien debo presentar mis respetos.

— Mmm…conoces tu lugar, y eso es más que aceptable. Bien. La velada puede continuar, tan solo debo atender algunos pequeños asuntos antes de seguir. Si me disculpan…


Después de levantarse y despedirse con un gesto muy educado, Khan salió por la puerta principal, dejando a todos los presentes en un cotilleo, mientras Eon se sentaba de nuevo. Al llegar a la mesa, todos estaban en silencio.

— ¿Tu plan era chuparle las bolas al tipo? ¿No tenías ya al italiano? ¡Oh! ¡Espera! ¡Te faltó ese de la esquina!

— Cállate, Fangoria. El enlace mental no es un juego.

— Tú no puedes callarme, hindú feo. Todos ustedes son unos idiotas sin cerebro.

— ¿Sí? Ok. Como sea. Chicos…y cosa, porque no creo poder llamarte chica, dejaremos que nos acicalen. Sin embargo, necesito que tengan los ojos abiertos. Puede que, con el teatrito, los demás no nos maten, pero ni con Dazzler nos salvamos de Khan, así que cuidado. Ahora solo resta ver hacia donde nos mandaran.

— Terrestres. Cuando acabemos el banquete cada uno irá a su habitación y podrán relajarse mejor. Mientras tanto, ¿por qué no se acercan a la mesa y comen? Supongo que cualquier comida Shi'ar no los matará. ¡Jo, jo, jo!

— Muchas gracias. Eso resultó ser muy conveniente[14]. Separaos.


Iskandar se estaba cansando de tanta mierda lo que terminó en que se le acabase la paciencia.

Iskandar abandonó su máscara y adoptó la fachada de Iskandar, que hasta ahora no había otorgado a sus nuevos aliados.

Iskandar: ¿Sorprendidos?

Todos los presentes le miraron extrañados: ¿Quién sería éste tipo?

Iskandar: Bueno…me da igual. Mirad, según mi punto de vista esto es muy sencillo: Aunque son más, todos están en mi punto de mira. Acabemos con ellos.


Iskandar cayó de espaldas de repente, agarrándose la cabeza.

Noctem: Signore[17] Sergey, no me gustaría tener que dejarle inconsciente, así que…¿que tal si se le ocurre algo nuevo en lugar de este ataque indiscriminado?


Iskandar se levantó, aún con Noctem en la cabeza, y empezó a reír.

Iskandar: ¿Sabes que fui entrenado para defender mi cabeza de ataques psíquicos? No, supongo que no lo sabías. De todos modos, no te preocupes. Esto se va a quedar sin sangre, pero me gustaría poder conseguir algo de material de esa gente, así que…tenga cuidado, "espagueti" de mierda.


La situación era peliaguda. Estaban en una clara desventaja dentro del terreno de Khan, pues si entraban a luchar caerían en muy poco tiempo. La única opción que Jofiel veía era esperar y seguirle la corriente a los engendros que tenía enfrente. Seres, sin duda, olvidados de la mano de Dios. No se le ocurría nada más y eso no estaba bien, pues esperar es para los mansos y él no lo era.

Jofiel decidió averiguar qué se les pasaba por la cabeza al resto de sus compañeros. Al fin y al cabo, había más de un tipo impulsivo en sus filas…y siempre está bien saber dónde pueden empezar los problemas. Primero decidió hablar con Rage, por lo que estableció un enlace telepático ajeno al enlace general.

Jofiel: "Compañero, ¿qué opinas de todo esto?"

Rage: "Esto no me gusta. Estamos en problemas."

Jofiel: "Sí. Ahora comprendo tu reticencia a salir al espacio. Hacer ese viaje no nos ha traído más que complicaciones. Esperemos que el Señor esté de nuestro lado."

Rage: "Sí. Espero que podamos salir de esta, pero confío más en mis pistolas que en la ayuda del Señor. Y ahora déjame en paz, que intento comer y contigo en mi cabeza no hay quien disfrute."

Jofiel: "De acuerdo. Pues ceso la conversación."


Y así lo hizo el albino: Cerró el canal privado que mantenía con Rage con la seguridad de que, como bien le decía su instinto, Rage sería capaz de mantener la calma y de pensar lo suficiente fríamente como para contar con él en los momentos críticos. A partir de ahora le tendría más en cuenta.


Evan estaba comiendo lo que parecía ser una especie de estofado…pero eso tan solo lo podía adivinar. Sin duda, la carne que tenía en el plato no era de ningún animal conocido…o terrícola. ¿Qué mierda sería? Evan se imaginó un millar de cosas: Desde bichos raros, hasta bebés alienígenas siendo cocinados en diferentes salsas…y tuvo suficiente.

Noctem: ¿Qué sucede, Evan? ¿Está todo bien?

Rage: No. No lo está, Noctem. Nunca lo ha estado desde que comenzamos esto. Mira, te he seguido y apoyado desde el principio. ¡Demonios! Nada más unirme a tu equipo, aparecen sujetos con algún tipo de virus y demás cosas locas[1]. Luego te sigo al espacio[2] y estamos a punto de ser ejecutados. ¡¿Y esta comida?! Tan solo llego a creer que nos están tratando de engordar para luego comernos al ajillo. Esto no me gusta, italiano, pero sabes que mientras estemos aquí te apoyare. Te di mi palabra y yo nunca la deshonro.

Noctem: Gracias, Evan. Si tan solo todos los demás locos del equipo estuvieran tan centrados como tú…

Rage: Si fueran así no serían de los malos, ¿no?[6]

Noctem: ¿Malos? Yo no me considero malo…aún no del todo…

Rage: ¿De verdad? Pues ¿sabes qué?, yo sí. No me tomes a mal. Puedo ser un buen compañero, amigo y obedecer y honrar mi palabra, pero soy uno de los malos, italiano. Por favor, ten eso siempre presente, ¿ok?

Noctem: Lo tengo presente todos los días desde que me uní a este equipo, Rage.


Los dos cruzaron serias miradas que no eran de odio, ni de desconfianza, sino de dos sujetos que sabían lo que hacían y en lo que creían.

Noctem se llevó un bocado a la boca y en seguida se lo sacó.

Noctem: Tienes razón, esta comida apesta. Nada como una buena pasta de mi abuelo

Rage: ¿Me lo dices a mí? Esta cerveza a la que están tratando de imitar sabe a pura agua sucia…y lo peor es que ni siquiera creo que tengan cebada por estos lugares, lo que me hace dudar de la procedencia y cualidades de este…líquido amarillo espumoso. ¿Entiendes lo que estoy diciendo?

Noctem: ¡Je! Por suerte no soy muy fanático de beber cerveza.


Los dos Strikers siguieron platicando mientras uno de su equipo estaba muy impaciente, demasiado impaciente. El ver a Rage y a Noctem actuar así como si nada, tan solo le provocaba más desconfianza. Algo tenían que estar planeando aquellos dos. ¿Desde cuando dos malos se llevan tan bien? Todo esto se preguntaba Fangoria mientras miraba a su alrededor y lo único que encontraba era a tipos buenos con equis en sus cinturones, espías vendidos y "compañeros" dispuestos a masacrarla en cualquier momento.

Fangoria: …Tranquila chiquita… No desesperes… Pronto beberás sangre…sea terrícola o alienígena. No me importa[4].


En las manos de la mutante se apretaba su enorme cuchillo mientras este resplandecía.


El plato de comida de Fangoria estaba sin tocar. La mutante se encontraba en un rincón con cara de pocos amigos con las piernas recogidas y abrazadas por sus brazos.

Un incesante ruido sonaba como un eco en la sala. Era un "tec, tec, tec, tec".

Enix se volteó para ver de qué se trataba y descubrió los dedos de Fangoria golpeando, sin parar, una y otra vez la silla. Se notaba que estaba incómoda.

Enix: Ni siquiera podemos comer en paz, …pero claro, ¡¿quién podría comer tranquila sabiendo que tenemos a varios psicópatas a nuestras espaldas?! ¡Esto es de locos!


Esto llamó la atención de algunos, que se voltearon para ver a la chica. Sin duda el ajetreo de estas últimas horas le estaban pasando factura.

Shaman: Alex, por favor. Estamos tratando de comer.


Enix agachó la cabeza enojada, mientras balbuceaba algo:

Enix: Estos locos…solo complican las cosas… ¡¿Qué miras, enferma?!


Enix respondió con enojo a la latente mirada de Fangoria, quien tenía el semblante tranquilo, mientras que la Chica-X mostraba mucho coraje. De pronto, el rostro de Fangoria cambió horriblemente, transformándose en el rostro de Enix, pero muy mutilada y desfigurada. Todo esto ocurría mientras sonreía de una forma asquerosa y burlona.

Enix pegó un grito ahogado que la hizo caer de su silla, pero entonces recordó que el poder mutante de aquella loca era justamente eso: Crear las más horribles pesadillas de las psique de los demás.

Enix: ¡Eres una hija de p…! —La mutante fue detenida por una mano firme que la agarró del brazo.

Shaman: No lo hagas, Alex. No vale la pena. No sabemos, siquiera, si estos alienígenas nos matarán haciendo el mínimo escándalo posible, así que no lo forcemos, ¿entiendes?


Al otro lado de la habitación Fangoria sonrió un momento para luego, en seguida, recordar a aquel chiquillo[2] que la golpeo en la tierra y que, lamentablemente se había quedado allá. ¡Cómo desearía que estuviese aquí para que fuera su primera victima!, porque, definitivamente, las habría. Faltaban apenas segundos…o minutos para que explotase. Tan solo estaba esperando el momento adecuado. Noctem y Rage la miraban con mucha desconfianza, como preparándose para cualquier cosa. Sin duda las cosas estaban muy jodidas y las distintas personalidades de los ocupantes de aquella habitación complicaban mucho las cosas.


Revenge comía directamente del suelo. Una gran pierna de algún animal le estaba siendo servida en el suelo. Revenge no sabía qué estaba pasando, tan solo que tenía mucha hambre. Sin embargo "Revenge" estaba despertando y su organismo estaba tomando, otra vez, las riendas del mundo que era su cabeza.

Noctem: Aquí está pasando algo…a la bestia le esta pasando algo.


Revenge de repente se irguió colocándose a dos patas y revirtiendo a su forma humana.

Noctem soltó la correa y un ápice de dolor le dejó la cabeza hecha un cúmulo de pensamientos, viéndose claramente como la cadena quedaba suelta.

Khan vio la escena con cierto misterio en sus ojos. ¿Quién sería la bestia que se volvía humana?

Revenge agarró el cordón con las dos manos e intentó destruir el collar con sus grandes garras. De repente aparecieron cientos de fantasmas que parecían que le querían tener a su merced, pero empezó a pelear contra enemigos invisibles.

Viendo que todo iba a salir mal, Noctem se levantó y usó un único pensamiento. De pronto, los fantasmas vieron una gran figura negra sobre ellos. Esa figura era como la un dios para ellos, y por ello los fantasmas comenzaron a adorarla como los griegos a Afrodita.

Revenge: Gracias, jefe.


Mientras los fantasmas iban desapareciendo, Nocten cayó, sudando, en la silla. Revenge se acercó hacia donde estaba el italiano.

Revenge: ¿Me echabas de menos, jefe?

Noctem: Por fin podremos estar todos a la altura de las circunstancias. ¿Has oído todo lo que estamos planeando?

Revenge: Sé lo que estáis tramando y por supuesto que obedeceré. Podré ser una bestia, pero no soy un gilipollas. Sé de qué va esto y yo no podré sobrevivir…por muy mal que me siente admitirlo.

Noctem: No sabía que fueras tan razonable.

Revenge: Digamos que soy mas inteligente de lo que vosotros os creéis.


Revenge se fue hacia su cubil y volvió a comerse la carne cruda del suelo.

Noctem: "No sé si esto de que se vuelva inteligente es algo bueno…o malo." —pensó.


Alex trataba de mantenerse lo más tranquila posible, pero le resultaba imposible…y más con lo que Fangoria acababa de hacerle. Sin duda quería vengarse por ello y aun así algo peor estaba consumiéndola. Sus pensamientos chocaban.

Enix: "Fue mi culpa. No debí dejarla y lanzarme de inmediato a ese portal… Pero aún así…¿cómo se atrevieron a dejarla? No creo que haya sobrevivido. Debe estar muerta. ¿Por qué siempre sucede esto? ¿A caso no merecemos algo mejor por todo lo que hacemos?[14][5]"


Alex solo observaba el plato que tenía en frente. A pesar de que llevaban mucho sin comer, no se atrevería a tocar eso. Podrían estar comiéndose a otro ser como ellos…y no lo sabrían. Además, con la energía que había absorbido anteriormente le sería suficiente. Solo necesitaba descansar y desquitarse con alguien[14][18].


Shaman se había acercado a Enix, quien tampoco había probado bocado.

Shaman: …Tampoco me inspira mucha confianza.

Enix: ¿Estás le…?

Shaman: Lo siento. No fue a propósito, créeme.

Enix: No hay problema.

Shaman: Lamento como te sientes, pero no fue tu culpa. Eso no lo leí de tu mente, créeme.

Enix: Es solo que todos comen como si…

Shaman: …¿Nada? A veces la situación no nos deja analizar lo grave de la perdida, pero créeme que la perdida les ha dado fuerzas a muchos para continuar. Además, te aseguro que, al menos, Eon está triste por esto.


Alex sonrió. Al menos el telépata podía asegurarle que no era la única sintiéndose mal.


Los invitados en la sala seguían con sus charlas sosas, mientras que en su mesa la conversaciones eran un poco más apagadas. Alcanzó a escuchar su nombre por un segundo…y no pudo evitar desviar la mirada hacia Shaman y Enix. Su corazón le dio un vuelco más. Sacó toda la fuerza dentro de él y no reaccionó…demasiado.

Hacía un año que conoció a una chica triste pero destellante[19]. Aquella niña le acompañó en su equipo como un miembro valioso y más que eso fue su amiga. Ella está muerta[20]. Tiempo antes, uno de sus mejores amigos[21] murió también[22]. Regresó[23] y las cosas parecieron mejorar, hasta que otro de ellos murió también[24]. Fue un caso perdido que él siempre quiso salvar; la oscuridad que siempre quiso deshacer y que representó uno de sus varios fallos como líder y amigo; y ahora la historia se repetía. Bien, pues aunque alguien lo terminaría pagando, ahora, más que nunca, se le necesitaba y no tambalearía por ello. Sería fuerte para poder ser débil después, cuando no le necesitasen. Cuando pudiera respirar más. Destelleó por unos cuantos segundos, un remedio simple para deshacer las lágrimas que empezaban a rodar por su rostro, y después del truco de circo llegó el milagro de sobrevivir.

— Jóvenes, ha sido una velada maravillosa, pero en realidad tenemos asuntos más importantes que ustedes que atender. Que cada uno siga a su guardia asignado y…disfruten la estadía.


Ante la mirada disgustada de la mayoría de los chicos, llega un tropel de guardias que se colocan junto a cada uno de ellos, escoltándolos a un largo pasillo, a dos pisos de distancia, con un par de docenas de puertas cerradas. Sin decir una palabra, cada uno de ellos es acomodado en un cuarto donde son despojados de sus ropas y pasados por un escáner de varias frecuencias. Después de eso son metidos en una especie de baño transparente, donde agua tibia y con una textura parecida al jabón cae sobre ellos. Mientras están dentro de eso, cada uno de los guardias se dirige a ellos con un inglés bastante pobre:

Ora metrerse a camara d curacion, determinacion por daños dectg in raddrr duracion, intento de escape muierti.


Las pantallas del cuarto principal relucían con un fulgor hermoso, pero fantasmagórico. Cada una mostraba a los integrantes en las salas de recuperación y curación, mientras que varias hermosas mujeres…y cosas parecidas…repartían suaves caricias a Khan, quien no despegaba su mirada de la información de los escáneres. De un gesto alejó a todas sus concubinas para llamar a su jefe de la guardia.

— Prepara a cada asaltante B9 con protectores psíquicos y energéticos. Al terminar la recuperación, los guardias tienen orden de retirarse, así que ahí entrarán. Si por culpa de alguno de ustedes el Conde se da cuenta de cómo murieron sus nuevas mascotas, yo mismo le extirparé los ojos. No puedo permitir que esos burócratas estúpidos me obliguen a obligarlos.

— Sí, Señor.


Después de que Revenge hubiese recuperado el control de si mismo…al menos tanto como podía esperarse de él, Gabriel estaba algo más despejado. Dominar a tantas almas furiosas era, como poco, una tarea difícil.

No había comido demasiado, unos bocados para que su anfitrión no se ofendiese. "Hasta el peor veneno ha de beberse como el licor más suave en la casa del enemigo" le había dicho Salvatore, y él siempre hacia caso a las enseñanzas de su abuelo, salvo en lo referente a juntarse con asesinos y locos… en ese punto la supervivencia había superado al nonno.

El italiano echó un vistazo a sus compañeros: Enix estaba furiosa, Shaman preocupado y Eon…Eon había utilizado ese truco del centelleo. Habría deseado poder haber ido a su lado e intentar consolarle, aunque ambos sabían que aquello no se le daba bastante bien, pero era lo que hacían los amigos, ¿verdad? Porque seguían siéndolo…¿no? ¿Cómo hacían el Profesor y el signore Lensher para poder ser amigos después de tantos años y tantos conflictos? Tan solo rezaba por que aquello no les pasase a ellos.

Cuando los guardias le escoltaron a su "habitación" no le separaron de Revenge. Quizá pensaban que al seguir a sus pies, comiendo en el suelo, no era más que un animal de compañía. Bien, eso era bueno. Al menos podrían contar el uno con el otro.

Mientras caminaban inició un contando telepático con todos. Estaba utilizando más su telepatía en dos días que en 22 años de vida.

"Tened paciencia y vigilad vuestros pasos. "Divide y vencerás", así que tened cuidado y no tentéis a vuestra suerte…especialmente tú, Fangoria." —Después de cortar el contacto con todos los héroes, siguió hablando con su grupo.— " Aún no hemos descubierto que relación tiene el virus con Khan y sería un error fatal no poder hacerlo. Así que me la voy a jugar e intentaré que el Emperador hable con los enviados de sus intereses en la Tierra. Rage, si algo me pasase te quedas al mando. ¿Entendido todos? Los sacas de aquí a la mínima oportunidad."

"Claro, blanquito. Cuenta con ello."

"¿Eh? Spaghetti, ¿estás traicionando a los Mamones-X?"

"¿Qué cree usted, signore Carl?" —pensó, mirándole un momento con intensidad.


Revenge se sintió molesto porque hubiese utilizado un nombre que nunca había dado, pero ahora Gabriel había estado atado a su alma y sabía muchas más cosas de las que hubiese querido sobre ese asesino.

Al llegar al cuarto, les "invitaron" a despojarse de todas sus ropas e iniciar un escaneo completo.

193 centímetros. 96 kilos. Forma alternativa detectada: 240 centímetros. 170 kilos. Morfología asimiladora de energía. Humano, mutante. Detectada forma de vida parasitaria[1]: Iniciado proceso de curación. Tiempo estimado 15 segundos y 4 cuarks.

182 centímetros. 70 kilos. Heridas incisiva en lateral izquierdo entre la 5ª y 6ª costilla. Herida incisiva en pierna derecha. Heridas contusivas en pecho, rostro y espalda. Alta actividad cerebral, correspondiente a actividad psíquica. Raza…raza: Sin determinar. Componentes genéticos humanos y de origen desconocido, mutante. Tiempo estimado de curación: No determinado. Necesaria evaluación de ADN desconocido.


Gabriel había escuchado suficiente. ¿Esa máquina alienígena decía que él no era humano? Desde luego mucho más humano que ellos, sin duda. No quería seguir con estos jueguecitos. Iba a explicarle el plan a Revenge y a comenzarlo cuando notó que habían activado alguna especie de inhibidor psíquico. Miró a su compañero y, de alguna extraña manera, vio en sus ojos una comprensión tácita. No sabía que Carl sabría qué se disponía a hacer, pero creía ver que confiaba en él.

Gabriel echó un vistazo alrededor del cuarto. Sin duda allí había cámaras, ¿dónde estarían colocadas? Bueno, no sabía mucho de eso, pero Sabia le había dado algunas lecciones muy interesantes: Una buena vigilancia no deja ángulos muertos y la de Khan, sin duda, debía ser de las mejores, así que mirando fijamente al único lugar en el que no habría sido probable que hubiese una cámara, debido a la disposición del mobiliario de la estancia, dijo en un susurro, pero marcando claramente cada palabra en sus labios:

— Hablemos del virus.


En la sala de observación, Khan vio cómo aquel chico rubio, que mostraba datos tan extraños en sus análisis, miraba directamente a una cámara y murmuraba algo.

— Amplía esa imagen y pásala a cámara lenta.

— Sí, mi Khan.


El emperador cerró un poco los ojos y alzó una ceja.

— "Vaya, vaya… No era tan casual que estuviesen allí". Traed a mi presencia a esos dos.


Al cabo de unos minutos varios guardias escoltaban a los dos mutantes por los pasillos de la nave. Les llevaron directamente a las estancias personales de Khan, donde, recostado en un gran trono y con gesto indolente, se encontraba el Emperador de varias galaxias, el terror de los mundos que se le oponían. El gran Khan, el Conquistador.

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Revenge estaba esperando a conocer más sobre la situación. Sabía cómo estaba sucediendo todo y, muy a su pesar, no era momento de broncas.

Revenge: Espero, jefe que lo que vaya a hacer ahora sea de provecho para tus planes, porque si no…me cabrearé mucho.

Noctem: ¿Qué vas a hacer? 


Revenge se puso a cuatro patas y se transformó en la bestia peluda que era en realidad.

Khan estaba mirando la escena y parecía divertido.

Khan: Me gusta tu bestia. Posiblemente sería un buen soldado.


Revenge gruñó un poco, pero le miró fijamente a los ojos, sin esquivar la mirada.

Khan: …Y por lo que veo valiente. ¡Je! Me gusta tu soldadito.

Noctem: En la Tierra de donde venimos es considerado un gran asesino. Un arma de destrucción.

Khan: Eso me gusta cada vez más. ¿Cuánto pides por tu sabueso?


Revenge se irguió a dos patas otra vez y hablo a Khan:

Revenge: Solo quería mostrarle los respetos al emperador del universo, señor Khan.

Khan: Y obediente…me gusta esto.

Noctem: "¿Qué estará tramando?" —pensó.


Khan se acomodaba en su asiento. El cuarto donde se encontraban era elegante pero sumamente práctico, más parecido al dormitorio de un gran general que al de un rico hedonista. El mismo Khan poseía un porte intachable de santo, guerrero, rey y soldado. Todo en conjunto.

Khan miraba tácitamente a ambas criaturas: Por un lado, una entidad desconocida para él y que poseía características humanas había revelado, claramente, que sus compañeros eran, o farsantes o estúpidos. El otro era un humano que, por sus características, representaba uno de los mejores especímenes de caza en la galaxia, quien, por cierto, le presentaba sus respetos.

— Noctem, …no te sorprendas porque sepa tu nombre clave, si no me dices el precio de tu mascota no importa demasiado. Yo obtengo lo que deseo…y puedo quitarlo fácilmente de tus manos muertas. Ahora bien, ¿cómo explicas que tus compañeros dijeran no saber nada de lo que pasaba en la Tierra? Que el que llegaran aquí por casualidad es una excusa estúpida.


Mientras tanto, en cada uno de los cuartos donde los mutantes se recuperaban, se habían colocado un humanoide azul o verdoso con silueta esbelta. En pocos minutos cada uno de ellos entraría a eliminar a los visitantes.


Alex se tranquilizó un poco más con las palabras de Shaman. Mientras no pudo evitar mirar en diferentes ocasiones a Eon, sabía que a él también le dolía mucho, pero el líder no podría darse tiempo de una debilidad en este momento.

Después de esto, recibieron la atención necesaria y fueron conducidos a sus habitaciones. Algunas palabras que escuchó claramente fueron “X-Men niños”.

Enix: "¿Niños?[5] Somos jóvenes…aunque Bart sí que sería un niño[6]."


Antes de entrar a su habitación, Alex miró a Bart de tal forma que le recordaba a cuando ella tenía su edad y estaba llena de esperanza y sueños. Se recostó sobre la cama, mirando fijamente los hermosos candeleros y pensando en qué estaría haciendo si estuviera en su casa.

Enix: Mmm…extraño a mi compu[7].


Mientras seguía con su observación, curioseaba por su habitación como un niño en una juguetería. Sin duda los estaban vigilando y, como dijeron: "niños". Quizás no esperarían mucho de alguno de ellos.

Por fin descubrió las diversas cámaras, volvió a la cama y se reclinó de nuevo, cerrando sus ojos y esperando a que todo cambiara. Podía sentir al ser que estaba fuera de su puerta, quieto, obviamente, y esperando órdenes.

Enix tan solo esperaba a que el resto de sus compañeros estuviera alerta. Ella no haría nada brusco, al menos hasta que el ser se decidiera atacar o ella recibiera alguna orden de sus, ahora, líderes.

Enix: "¡Je, je, je![4] Veamos cómo puedes con esto, fenómeno[4]" —pensó con Fangoria como objetivo, esperando, y deseando, que le dieran una buena.


— Estableciendo comunicación. El telépata es uno de los blancos más poderosos. Máximo nivel de ataque. El proyector de luz y el teleportador son de igual importancia. Eliminar a los eslabones del grupo mutante ahora.


Shaman meditaba en su, común, posición de flor de loto. Tenía un mal presentimiento y ¡bang!, un poderoso rayo tumbó su puerta y le dio directamente. El humanoide pensaba haber eliminado a su blanco, pero Shaman seguía allí con los ojos cerrados. Una capsula telequinética de luz blanca le había protegido. Abrió los ojos, lentamente, para mandar un mensaje.

"Neo-X, Abyss y Strikers, los seres hostiles nos atacan. Ofensiva, ahora."


Todos los mutantes salieron a gran velocidad de sus habitaciones. Algunos humanoides entraron a atacar a otros antes, pero estaba claro que no habían llegado por sorpresa.

Shaman comenzó con su veloz movimiento cuerpo a cuerpo. Dio unos cuantos golpes, pero la resistencia del extraño ser era altísima. La piroquinesis era el siguiente movimiento, pero el ser también se movía rápido. Shaman recibió otro impacto de energía. Trató de detenerle con su telequinesis, pero no fue suficiente y salió lanzado fuera de la habitación, levantando escombros.

— ¡Maldición! Ahora sí que estoy molesto…y eso sí que es raro. —El hindú se puso de pie y comenzó a concentrar una enorme aura blanca. Sus ojos brillaron intensamente.— Me han golpeado tanto hoy que estoy harto. Ahora sí que probarás lo peor de mi poder. ¡Esto apenas ha comenzado, ser maldito! No tentaré más a mi corazón. ¡Voy a matarte!


Mientras se quitaba y ponía, varias veces, sus lentes, Eon revisaba su visión con ellas. Hacía tiempo que llevaba el modelo azul, que se compró con la mayoría de sus ahorros y, aunque eran muy resistentes, ya mostraban serias abolladuras. Tal vez debería pedirles unas nuevas a los X-Men y guardar estos como recuerdo.

Su puerta se azotó y reventó poco después. Inmediatamente calculó que, quien la tumbara, debía tener súper-fuerza, por lo que nada lo mataría de un solo golpe. La alerta mental de Rumsey llegó con la puntualidad esperada y confirmaba que todos estaban en peligro.

Rápidamente, el ser verde plateado apareció frente a él. Sin mucho ánimos de conversar, se lanzó con movimientos gráciles, rápidos y con la clara intención de hacerle daño…mucho daño.

Al instante, Eon levantó una barrera que, como si fuese de agua o lodo, apenas parecía detener al enemigo por algunos segundos, los suficientes para permitirle conectar un golpe que lo mandara a volar y lo estrellara contra la pared de su dormitorio prestado.

Sin pensárselo mucho, Ivan lanzó más rayos mientras corría hacia su oponente, quien los recibía sin muchos problema, y al que se disponía a golpear de nuevo, mas esta vez Eon se agachó y rodó a un lado, mientras lanzaba una onda empática dirigida a las piernas, que le comenzaron a temblar incontrolablemente por el golpe y el susto…pero nada.

— "Bien, bien, bien, bien. Entonces son resistentes tanto a la energía normal como a la psíquica." —pensó.


El alienígena se movió de nuevo a extrema velocidad y se enredó al cuello de Eon, arrojándolo por los aires y salvándose solo cuando, al estrellarse de nuevo pudo impulsarse con las piernas hacia un lado. La situación no pintaba muy bien, pero su cerebro estaba a todo vapor:

— "Si el alienígena es inmune a mis tipos de energía…mas no lo es al ambiente en general, siendo su cuerpo muy blando en proporción a la fuerza y agilidad que demuestra, debe suponerle un precio…ok, ok, ok…"


De un salto, la criatura se lanzó de nuevo, esta vez preparando los brazos frente a él para evitar cualquier desvío. Eon dispara y conecta.

Una lámpara blanca cae justo a un lado del ser que, con un movimiento soberbio, esquiva el armatoste sin tener en cuenta que Eon ya estaba corriendo para darle una patada de lleno en el rostro, seguida de varios golpes, y finalizar con una llave y un lanzamiento. El asesino estaba aturdido, pero no derrotado, y parecía que no permanecería así por mucho tiempo. Otro gran rayo de energía chocó cerca, destruyendo la unidad de curación, a la que hizo caer sobre el ser.

Eon no tenía tiempo de ver los resultados, ya que estaba corriendo, a toda velocidad, hacia las otras puertas, entrando directamente a la cámara de Fangoria.

— "No funcionan los efectos telepáticos. La chica está en serio peligro de muerte…al menos más inmediato que los demás. "¡Shaman!, ¡Shaman! Vamos. ¡Sé que mantienes el canal abierto! ¡Avisa a todos que los asesinos de que son inmunes tanto a la energía como a la telepatía!"


— Por supuesto que podría cogerlo de mis…"manos muertas", pero ¿realmente es lo que desea? Lo dudo. —Noctem le miró a los ojos, intentando relajar su cuerpo. Una amenaza de Khan no era algo que tomarse a broma.


El Emperador sonrió. Aquel cachorro le hacía gracia…al menos por ahora. Sin embargo, su paciencia con los denominados X-Men era mucho menor ahora que algunos meses atrás.

— ¿Crees saber qué es lo que deseo? Eso es muy osado por tu parte, Noctem. Significa que crees que me conoces.

— Nada más lejos de mi intención, tan solo presuponer que le conozco, sire, pero si usted quisiese a Revenge ya lo tendría. Simplemente lo habría separado de mi en el comedor y, sin embargo, no lo hizo…como tampoco lo hizo en mis "aposentos". Así que presumo que no es eso lo que realmente quiere.

— Quizá no sabía qué características tenía tu soldado. —Sonrió mordazmente. Iba a jugar un rato. Si le entretenía, le dejaría vivir un poco más, si no…caería tan fácilmente como los otros.

— Usted es Khan, emperador de galaxias. Hasta alguien como yo, poco dado a contemplar las estrellas, sé quién es…y lo que es capaz de conseguir…o casi.


Gabriel había dado en el blanco. Sólo había algo más grande que el poder de Khan: su orgullo, y recordarle su derrota ante los Hombres-X había encontrado el blanco que buscaba. No había pasado un segundo desde que terminó la frase, antes de que el Conquistador lo tuviese sujeto del cuello dispuesto a partírselo como una rama seca.

— ¡Osas reírte de mí, hombre-X!

— …Jamás…seré…un…hombre-x… —Difícilmente podía hablar con la gran mano del dictador apretando su nuez, sin embargo, y aunque cada palabra salía rasposa de su boca, continuó.— Sé…lo…molestos…que…pueden…llegar…a ser…¡ngh!…y sé…que alguien…de…su categoría…no puede…permitirse…que le…impliquen…en una vendetta…personal…contra ellos…¡ngh!…, pero nosotros sí.


Khan apretó un poco más su férrea garra sobre él. Casi podía escuchar sus huesos partirse y, repentinamente, lo soltó.

— Te escucho, y reza por que lo que tengas que decirme me interese.


Desde el suelo, Noctem cogía cada bocanada como si fuese la última…y era muy probable que lo fuesen. A su lado, Revenge le miraba extrañado, pero no se apartaba de su espalda, dándole una muestra que, en cualquier otro Gabriel habría interpretado como de apoyo; sin embargo en él…no estaba seguro.

— Gracias… Nosotros, no somos Hombres-X. Nos envía Kingpin y Cráneo Rojo. Teníamos que observarles, ver hasta dónde llegaban y sabotear sus planes. No teníamos muy claro qué hacer…hasta que le vimos en el banquete. No era complicado ver que esos críos incautos pensaban que estarían a bien con usted, pero nosotros sabemos que la venganza es más dulce cuando se sirve fría y, en cuanto nos separaron y nos llevaron a diferentes cuartos, pensé que era la hora de presentarle nuestros respetos.

— Sigue…

— Si algo sale mal, y esos chicos no mueren… Bueno, ya sabe que tienen la desagradable costumbre de sobrevivir a cosas que a otros les resultarían mortales. Si algo sale mal, alguien levantará una voz contra usted… Sin embargo, si somos nosotros quienes les atacamos, nadie se extrañará de que unos humanos se maten entre sí. Al fin y al cabo, sólo somos animales…


El Emperador le observó durante un par de minutos en silencio, un silencio que sólo acrecentaba el nerviosismo de Noctem, pero eso Khan ya lo sabía, pues era lo que buscaba. Cuando hubo tomando una decisión, se acercó de nuevo a los dos mutantes.

— ¿Y cómo propones hacerlo, joven?

— Ellos conseguirán vencer a todo lo que mande contra ellos, pero quedarán debilitados. Si los guía hasta los hangares, allí los Strikers nos encargaremos de terminar con ellos, y usted podrá mirar todo el espectáculo. Le garantizo que será mucho mejor que lo que hizo el chico de las luces.

— ¿Y tus hombres?

— Ellos saben cuidar de sí mismo. Les seguirán la corriente a los X-Men hasta que estén en el hangar. Cuando nos vean a Revenge y a mí allí, seguirán mis órdenes.

— Bien. Noctem, eres un buen siervo. Si sobrevivis me quedaré con ambos.


La mirada de Gabriel centelleó un momento. Un leve fulgor que no pasó desapercibido a su compañero. La cadena de almas había hecho que ambos compartiesen un vínculo mayor, incluso de lo que el mago querría admitir. Carl sabía que los ojos del italiano ardieron al escuchar las palabras del alienígena. Sin embargo, el joven inclinó levemente la cabeza e hizo una reverencia mientras decía sumiso:

— Sólo vivo para "servir", mi Khan.


Acostada, y con los ojos cerrados, estaba atenta a cualquier señal. La puerta fue destruida y un potente rayo de energía fue hacia ella. Esquivándolo, pronto captó el mensaje de alerta de Shaman.

Enix: ¡Va!, ¡pero qué tarados![6]


Enix se movió con gran agilidad y comenzó a lanzar varios rayos, pero no le causaban nada a aquel humanoide.

Shaman: "Los seres son inmunes a los ataques telepáticos y a la energía."

Enix: ¡Faltaba más!, pero no los necesito…creo.


El ser atacaba constantemente. Cada vez que Alex esquivaba sus ataques, éste, enseguida, propinaba otro.

Enix: "Bien. Es demasiado fuerte y ágil. Mmm…pero yo también lo soy."


Con un rápido movimiento, el alienígena logró darle un golpe, que hizo que Alex se estrellara en la cámara de recuperación. En cuanto se levantó, le atacó de nuevo, mandándola al centro de la habitación. Se colocó sobre ella y comenzó a apretarle el cuello, cortando su respiración, pero, con un ágil movimiento, Alex pateó al ser, que salió volando hasta el otro lado de la habitación por la fuerza ejercida. Eran fuerte y hábiles, pero, al parecer, no tenían mucha resistencia a aquellos impactos tan fuertes, aunque se recuperaban rápidamente.

Ambos seguían atacándose cuando Alex lo golpea con sus puños. El ser hacía movimientos para lo mismo, que Enix aprovechaba para lanzarle un par de patadas directas a la cara. A pesar de la heridas, ella seguía como si nada. Las heridas le sanaban más rápido. Toda la energía que había absorbido últimamente estaba funcionando. Además, el hecho de que no estuviese lanzando energía hacía que sus reservas fueran mayores.

Enix: Estuve esperando este momento desde que llegamos[4], pensando en quién sería mi desquite. Por un momento pensé que sería la cosa esa de Fangoria[14]…aunque, en realidad, aún está en plan mi pequeña venganza, pero vamos, alégrate: Tú eres el ganador[4].


El ser volvió a tomarla, esta vez por la espalda, enrollándola con su cuerpo, separando sus manos y juntando sus piernas fuertemente, y mientras, con una de sus manos sujetaba de nuevo su cuello.

Alex trató, tanto como pudo, de enfocar sus manos hacia el techo de la habitación, juntando energía, y lanzándola hacia el mismo, lo que provocó una pequeña explosión que fue suficiente para hacer caer parte de este sobre ambos peleadores.

Enix salió de debajo del ser, apartándolo junto a varios escombros.

Enix: ¡Auch! ¡Pobre mi cuerpecito![12]


Al levantarse, vio pasar corriendo a Eon, quien al parecer se dirigía a otra de las habitaciones, por lo que decidió seguirlo, aunque el ser comenzaba a moverse. Posiblemente alguno de sus compañeros estaba en problemas.


Revenge estaba pensando en cuál sería su siguiente paso. Él quería que esto siguiera adelante, por supuesto. Le encantaba todo lo que iba a suceder, pero ahora Revenge tenía que seguir adelante con el plan.

Noctem: Sé que estás tramando algo, Kane.

Revenge: No me gusta que me llames por mi apellido. Poca gente lo conoce.

Noctem: …Sé que estás tramando algo.

Revenge: Sí, y si sale bien no sólo yo seré el beneficiado, puede que tú también tengas algo de lo que enorgullecerte.


Noctem se paró y le miró a los ojos detenidamente.

Noctem: No me gusta nada que actúes así. No me gustan las individualidades.

Revenge: Estate tranquilo. Si quisiera joderte ya lo habría hecho. Estoy hablando en serio. No preguntes.


Revenge se convirtió en Bestia Negra y se lanzó a la carrera, dejando a Noctem pensando en lo que estaba pasando.


Jofiel estaba rezando en su aposento cuando, de repente, "oyó" el aviso de Shaman. El ataque iba a ser inminente. Gracias al aviso, el albino se puso en posición para atacar por sorpresa al pobre hereje que le intentase atacar.

Jofiel: Por favor, Señor, guía mis golpes hacia la victoria. Haz de tu siervo el canal para tu venganza y tu rabia —murmuró.


En ese momento se abrió la puerta y un humanoide entró para atacar a Jofiel, pero éste, al esperarlo, le recibió con un puñetazo en la cabeza que hizo que el humanoide se chocara contra la pared.

El ser contraatacó, dándole a Jofiel apenas el tiempo necesario para esquivar el golpe. Tras estos golpes vinieron otros por parte del albino, y otros por parte del humanoide. Ambos contendientes intercambiaban golpes sin escatimar en potencia, pues su fuerza y resistencia era bastante similar.

Jofiel: Eres bueno, pero nada puede igualar los poderes que el Señor otorga a sus más fieles servidores.


A estas palabras el humanoide respondió con un golpe en el costado de Jofiel, y éste cayó al suelo, recibiendo entonces una patada en la boca que le hizo escupir sangre.

Habían vertido su sangre y eso hizo de Jofiel una bestia llena de furia. Ya no pensaba sus golpes, ni se preocupaba por los que recibía. Se había desatado e iba a acabar con todo esto de la mejor forma posible: Atravesando el cuerpo de este ser con sus manos.

Golpeó de forma incesante al humanoide contra la pared durante unos minutos, hasta que consiguió aturdirlo lo suficiente como para pensar. Su primer pensamiento fue acudir en busca de Khan y destrozarlo, pero él solo no sería capaz. Antes debía regresar junto a sus compañeros Strikers. Aquellos que le ayudaban a llevar a cabo su cruzada. Entre todos podrían matar al hereje.

Acto seguido, Jofiel le dio algunos golpes más al humanoide y salió en busca de los Strikers.


— Eon corría todo lo que le daban las piernas, siendo seguido por Enix. Al sentirla, el chico se voltea y lanza una patada, pero es esquivada por su amiga, quien sonríe.

— Bueno, bueno. ¡Qué humorcito nos cargamos! ¿Me piensas atacar, jefe?

— Lo siento, Enix. ¿Venciste al tuyo?

— Espero que no lo dudaras.

— Para nada. ¡Je, je, je! Sé de qué material estás hecha[25][4].

— ¡Bien![4] Pero ¿hacia dónde corremos?

— A Fangoria. Tenemos que ayudarla a no ser batidillo en el suelo.

— ¡¿Fangoria?! ¿Por qué demonios tendríamos que ayudar a esa?!

— Sabes muy bien la respuesta. Al fin y al cabo, es solo una niña…enfermiza, horrorosa y maldita, pero niña al fin y al cabo, y sin sus poderes no creo que pueda sobrevivir mucho.

— Quien sabe. Te sorprenderías de cuánto aguantan esos animales. Una vez vi cómo atropellaban a uno en la calle y…

— ¡Alex!

— ¡Je, je, je! Ok, ok. Salvaremos a la tarada, pero ¿podemos dejar que la golpeen un poco primero?

— Ok, ok… No. Espera. No, no podemos.

— ¡Je, je, je! Es una forma de hablar[26][4].


Fangoria se encontraba observando el paisaje que se veía desde su ventana. Todo aquel panorama alienígena le parecía algo horrible. Ella nunca podría establecerse en otro lugar que no fuera la Tierra.

Estaba quitándose la ropa cuanto escuchó un sonido ligero. Se volteó hacia la pared y, de repente, esta estalló, apareciendo frente a ella un tipo alto y dorado. Su rostro no asomaba boca alguna, ni otra forma de comunicación, y llevaba un arma enorme en sus manos que la apuntaban.

Fangoria: ¿Esto es una trampa, o presumo que solo querías divertirte un ratito y pasar una noche sexo con una alienígena? Te digo, amigo, que sea cuál sea tu respuesta, no estoy interesada.


Fangoria, enseguida, pensó que, al no tener boca, sin duda se comunicaría telepáticamente…o algo parecido, por lo que su poder tendría aún más efecto en él. Lamentablemente, ese no era el caso.

Fangoria: ¡¿Eh?! ¡Qué demonios! No tiene mente. Está en blanco. ¿Cómo puede alguien así…? ¡Uf!


Varios dientes de la mutante volaron por la habitación, y una mancha de sangre cubrió la pared. El tipo le había golpeado con el mango de su arma en la boca.

Fangoria: …Je…je, je… Un…diente más. Uno men-nos-s… ¡¿Qué difuerencia hay?![4] ¡Ptts!


La mutante se lanzó contra el individuo, desenfundando su cuchillo. Al intentar clavárselo, éste se partió. Esto era algo serio.

Fangoria: La puta madre que te parió, infe…¡Uf!


El alienígena no se cansaba de repartir golpe tras golpe contra la chica, quien apenas podía bloquearlos…y no sabía cuánto más podría resistir. Se preguntaba si esto era obra de Noctem, de los demás o, simplemente, el emperador había decidido acabar con ellos.

El alienígena levantó su arma y de esta salió una gran cuchilla dispuesta a hundirse en las entrañas de la chica.

Fue algo rápido, de esas cosas que o lo haces…o mueres. No había momento para la duda. Había que hacerlo bien y saber cuándo y dónde golpear.

En el momento en el que el alien bajaba la cuchilla para enterrarla, Fangoria golpeó con sus piernas el aparato, haciendo que éste se voltease y enterrando la hoja en el estómago de su rival.

Había sido algo muy arriesgado, pero estaba viva. Ahora tenía que acabar con el asunto.

Fangoria: ¿Quién ríe…ahora? ¡Jua, jua…jua!

Sin más, la cabeza del alienígena rodó por la sala.

Acto seguido, Fangoria se desplomó mientras trataba de darse un respiro. Le pareció escuchar a alguien acercándose y sabía que estaba acabada. Ya no le quedaban fuerzas. En ese momento vio entrar a dos de los chicos buenos: Eon[27] y Enix.

Fangoria: ¡Je! ¡Pft! —ríe mientras escupe sangre— ¡¿Por qué mierda han tardado tanto?!


Bart se encontraba sentado en el borde de su cama. No podía sacarse de la cabeza a aquella hermosa criatura alienígena, a quien había visto a su llegada. Se preguntaba si alguna vez la volvería a ver.

Se levantó para dirigirse hacia una especie de mesa de centro donde había un aparato. Al apretar un botón, este empezó a proyectar imágenes holográficas e información variada en lengua inglesa.

Bart: Me pregunto…¿será esto algo parecido a internet? ¡Umm!…creo que esto me ayudará.


El niño buscó dónde teclear las palabras que quería, pero no encontró ningún teclado, ni nada parecido, por lo que dedujo que sería a base de comandos de voz.

Bart: Emm…a ver…veamos…¿cómo lo digo?…umm…¡¿podrías darme información sobre las princesas, esposas de reyes o de seres de alto rango de la raza Shi'ar…por favor?!


Enseguida, el holograma empezó a cambiar de forma, como buscando las imágenes correctas, y, frente a él, aparecieron carpetas con varios nombres en ellas.

Bart: ¡Rayos!, esto es mucho. ¡Umm! Veamos…¿me podrías indicar cuáles de todas ellas se encuentra, en estos momentos, en el lugar que estoy?


La máquina dejó una única opción: Esposa número cuatro del jefe de asuntos exteriores del imperio Shi'ar: Kreela A'teer.

Bart: Con que Kreela, ¿no?…¿y puedes decirme dónde se encuentra exactamente?

Pabellón del ala oeste de las instalaciones. Habitación real número 35.

Bart: ¡Guau!, gracias. Has sido de gran ayuda. Ahora, si me pudieses dar información sobre su marido, te lo agradecería mu…

— Apagar sistemas, ahora.

Bart: ¿Eh?


La máquina se apagó, dejando inconclusa la investigación de Bart. Alguien había dado la orden, y ese alguien se encontraba detrás de él.

Sin decir nada, el tipo, quien llevaba una especie de armadura metálica de color verde, disparó contra Bart.

Bart: ¡Ey! ¡¿Qué sucede aquí?! Estaba ocupado, ¿sabes? Si quieres jugar a los caballeros del zodiaco me pido a Fénix, por lo que asumo que tú llevas a ¡¿Dragón?!

Tipo: no entiendo lo que dices. Tan solo muere.


Bart había estado esquivando los ataques del sujeto, pero éste fue distinto…muy distinto a cualquier cosa que había visto en su vida.

Una luz verde brillante llenó el cuarto y, de repente, todo a su alrededor parecía quedarse inmóvil. Bart corría tanto como podía, pero sus piernas se movían a una velocidad increíblemente lenta, y lo mismo pasaba con el resto de partes de su cuerpo.

Tipo: Estás atrapado en una esfera de detención temporal. Te llevará horas parpadear. Estás vencido.


Por más que quería, Bart no podía librarse de la trampa, por lo que trató de concentrarse y recurrir a la única cosa que se le ocurría en aquel momento.

Bart: "Shaman, ¡¿me escuchas?! ¡Rumsey! ¡¿Alguien?! Necesito ayuda. Por favor. …¡¿Alguien me escucha?!"


A Bart solo le quedaba esperar a que Rumsey escuchara su llamada de auxilio.


— ¿Acaso no hay nada parecido a música en este sitio?


Evan daba vueltas por el lugar mientras rebuscaba, intentando encontrar algo parecido a lo que quería. No podía estar quieto. Todo aquello le erizaba la piel. No paraba de pensar en que en cualquier momento entrarían varios de aquellos alienígenas para detenerlo y matarlo…y es más, lo estaba esperando; por lo que, cuando tumbaron su puerta, ya estaba listo, apuntando con sus dos magnums.

Rage: No me interesa lo que quieras, tan solo muere.


¡Blam, blam, blam, blam!, pero las balas rebotaron en un campo de fuerza amarillo proyectado por el alienígena.

Rage: ¡Diablos!

Alien: Ríndete y haré que esto sea lo menos doloroso posible. ¡Je!, es mentira. Sea como sea lo haré tan doloroso que llorarás, terrícola[4].

Rage: ¿Hablas de dolor? ¿De verdad no lo conoces, desgraciado?


La pared se derrumbó, saliendo por los aires Rage sobre su rival, que fueron a parar al corredor.

Rage: ¡Argh! ¡Yo más fuerte! ¡Tú mueres!


Era obvio que Rage se encontraba con toda la rabia que pudo acumular en su cuerpo, lo que le ayudaba mucho, pero, para su desgracia, aquello le quitaba gran capacidad de pensamiento claro. Como mucho ganaría contra Hulk en una prueba de matemáticas.

Rage empezó a destrozar la armadura del tipo con sus propias manos. Además de machacar a golpes el rostro del sujeto, lo tomó de los pies y lo golpeó contra la pared dejando un agujero. Entonces, lo lanzó hacia el techo.

Rage: ¡Mmff! ¡Mmff! ¡Mmff! ¡Quiero más! ¡Niargh!


Evan se acercó al tipo para terminar con él, pero entonces éste sacó una especie de jeringa que inyectó en el cuello de Rage. La transformación fue dolorosa y violenta. Nunca nada le había producido más dolor en su vida. El cambio de masa muscular, el cambio de velocidad de latidos y su presión sanguínea fue tan brusca que Evan empezó a convulsionar en el piso, botando espuma por su boca.

Alien: Es una pena. Podrías ser de gran ayuda para el ejército de mi señor Khan, pero aquí morirás.

Rage: …Te-quiero…¡nff!…¡hickle!…presentar…¡ack!…a una…amiga…

Alien: ¿Qué dices? ¡Oh, ya veo! Quieres que acabe contigo por misericordia, ¿verdad? ¡Je, je! Estás de suerte. Creo que cumpliré tu último deseo.


El tipo se acercó a Rage y, entonces, rápidamente y sin dejarle reaccionar, Rage levantó la mano y puso una de sus magnums en la cabeza del alien.

¡Blam, blam!

Rage: Decía que quería presentarte a una amiga, imbécil…


Acto seguido, Evan se levantó, aún muy agitado y tomándose el pecho. Sin duda había estado a punto de que el corazón de reventara. No podía evitar sentir una sensación de emoción. Estar al borde de la muerte le había gustado, justo como en los viejos tiempos. Sin duda, el negro loco no había desaparecido así como así.

Rage: Preciosa, me salvaste la vida. Te debo una, cariño. ¡Muack! —Evan besó su magnum y, tras guardarla, se dirigió a buscar a los demás.


Iskandar estaba haciendo flexiones en su habitación. El silencio le aburría demasiado, pero era una buena forma de pensar y meditar, y eso estaba haciendo mientras ejercitaba todos sus músculos.

Un alien rompió el techo, cayendo sobre Iskandar.

Iskandar: ¡¿Pero qué…?!


El alien se enfrentaba a Iskandar de manera brutal, haciendo lo que quería con el sorprendido cuerpo de Iskandar.

Iskandar se acercó a la cara del alien y le lanzó un gancho al estómago. Mientras que el alien se retorcía de dolor, Iskandar volvió a endosarle un golpe en la cabeza, haciendo que éste cayera boca abajo.

Iskandar se dio la vuelta victorioso cuando el alien pegó una coz y la espalda de Iskandar pareció partirse bajo el peso de la pezuña del alien.

Iskandar: ¡Arg!


El alien empezó a vapulearlo en el suelo, mientras Iskandar intentaba pensar con la mente fría:

Iskandar: "Piensa, maldito soldado. ¿Qué te enseñaron esos putos monjes?Cabeza fría ¡Arg! Venga, ideas…ideas…¡ya está!"


Iskandar se dio la vuelta y la última patada la cogió entre sus dos piernas, haciendo una llave que le sirvió para partirle la pierna al alien, quien se cayó de espaldas y empezó a retorcerse de dolor.

Iskandar: Lo siento, Predator de pacotilla.


Iskandar cogió una pistola de su cama y la apuntó hacia la cabeza del alien.

Iskandar: Adios.

¡Bang!


RoloX: …&/·$/&$%/%&(/…¿D-Dónde estoy?… ¿Qué pasó?… ¿Virus?…


La base de datos de RoloX ya no estaba en la computadora, ahora destruida, de la Mansión-X. Desde que se fusionó con el virus, podía desplazarse con libertad a través de cualquier lugar donde el virus se encontrase.

RoloX: ¿Una computadora? ¿Me has llevado a una computadora?…pero, ¿dónde…?

RoloX: ¡¿Genosha?! ¡Eres brillante! ¡Debo felicitarle por llegar tan lejos! …Un momento…¿hay algo que no me has dicho?


La base de datos de Rolox podía sentir un pequeño calor al ver la computadora en la que se había descargado. La información decía "Centro de ensamblaje Centinela".

RoloX: Centinelas…¡je, je, je!

RoloX: ¿En serio?, ¿para mí? No te hubieses molestado…

RoloX: Tienes razón, amigo: Ambos hemos sido rechazados, heridos y han intentado destruirnos, por eso debemos ayudarnos entre nosotros, pues juntos somos invencibles. Eres un virus, igual que yo. Me entiendes y yo te entiendo, pero los demás no pueden entendernos. Son…diferentes. Gracias a ti he descubierto que las diferencias sólo causan dolor, guerra, violencia y discriminación, pero juntos…haremos desaparecer todo eso.

RoloX: ¡Seh!, el hambre también. ¡Je, je, je! Ahora, si me disculpas, debo hacerme un cuerpo nuevo para reemplazar el que fue destruido por mis "amigos".

RoloX: ¿Te me adelantaste? Bueno, gracias. Eso nos ahorra tiempo. ¿Podemos comenzar ahora con la infección?

RoloX: …¡Carne!…

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Shaman usaba sus mejores técnicas de ataque. Sentía un placer…un placer que no sentía desde hacía tiempo. Debía admitirlo: Amaba la descarga de adrenalina que provocaba golpear a un contrincante. Clavó su puño en el pecho del ser, Atravesando sus membranas.

Shaman: Eres resistente a mi telepatía y a la energía, pero ¿qué tal si te tragas mi piroquinesis desde adentro?


¡Bam!, y el humanoide explotó en varios pedazos.

Shaman respiraba agitadamente y levitó, en la posición del loto. Lo había matado…si es que era un ser vivo. Prefirió pensar que no lo era, pues se había dejado llevar por el éxtasis, y, por primera vez, no se arrepintió. No quiso pensar más en ello. De cualquier modo, ni siquiera tuvo tiempo, pues recibió una llamada de alerta: El pobre Bart necesitaba ayuda.

— ¡Allá voy! Debo devolverle el favor.


Shaman se impulsó con su telequinesis y se movió rápidamente. Cuando llegó hasta donde se estaba Hermes, el humanoide que le tocaba lo había encerrado en una especie de burbuja y había sacado un arma que le apuntaba. Iba a disparar el rayo de plasma que habían utilizado antes contra en hindú.

Shaman se movió rápidamente y se interpuso al rayo. Tomando su posición del loto, concentró su telequinesis e irrumpió en la burbuja que encerraba a Hermes. Cargó un rayo piroquinético y destruyó el aparato que el extraño ser quería utilizar contra Hermes.

Shaman: Bueno. Creo que eso fue lo que te encerró. ¡Es hora de darle!

Hermes: Gracias, Shaman. Te debo una.

Shaman: No, yo estaba en deuda contigo. Bien, estos seres son resistentes, así que démosle con los puños.

Hermes: ¡Wow! ¡Sí que te ves furioso!

Shaman: ¡¿Yo?! "Paz y amor ante todo"[28], recuerda eso[10].


Iskandar había visto la explosión del monstruo desde dentro. Aquellos chicos le gustaban cada vez más.

Iskandar: Hindú, ese ha sido un buen ataque. ¿Eres piroquinético, no?

Shaman: Sí. Exactamente.

Iskandar: ¡Qué pena! No me valdrías para nada si te cogiera algo de material. Sin embargo… —Iskandar saltó ante el joven velocista, quien no reaccionó a tiempo. Entonces, el ruso le cogió un mechón de pelo de la cabeza.— ¡Gracias, chico!


Iskandar se convirtió en el joven velocista y escapó ante la cara sorprendida de los dos NeoX.

Shaman: Pero…


Hermes estaba perplejo, demasiada acción en tan poco tiempo.

Iskandar necesitaba encontrar al chico de hojalata, quien estaba cerca de donde se encontraba el nuevo Hermes.

Iskandar corría a toda velocidad ante su camarada de equipo.

Anillium: ¿Qué quieres?, crío

Iskandar: ¡Crío, eh! Yo pensaba que te gustaba más pelearte conmigo.

Anillium: ¡¿Iskandar?! ¡Je! Ha sido un buen hallazgo. Perfecto, ayúdame a correr hacia el hangar.

Iskandar: ¡Agárrate!


Jofiel corría por un pasillo, camino a las habitaciones de sus compañeros, cuando vio a Rage, quien parecía haber vencido a su atacante.

Jofiel: Compañero, voy en busca de los demás, ¿vienes?

Rage: Iba a ello, lechoso. Vayamos a la habitación de Noctem.


Los dos villanos se dirigieron hacia el cuarto de su líder. Tan solo había que girar una esquina, pero cuando fueron a llegar, por esa esquina aparecieron cuatro seres como los que les habían atacado en su habitación.

Rage: ¡Mierda! Aún hace poco que use mis poderes y no los puedo usar de nuevo.

Jofiel: Tranquilo. Cúbreme desde detrás, pues vamos a imponer penitencia[4].


Jofiel atacó a los aliens con sus rayos psico-quinéticos antes que con los puños, destrozando parte de la armadura que llevaban.

Rage: Blanquito, ¡vamos a destrozar a estos capullos!


Jofiel comenzó a golpear a los aliens, quienes le devolvían los golpes. Parecía que no les emocionaba la idea de que los destrozaran, ya que estaban pegándole una buena tunda a Jofiel. De repente, uno de los aliens, cuyo casco había sido destrozado por el rayo del albino, cayó muerto.

Alien: ¡¿Qué ha pasado?!

Jofiel: Causa de la muerte: Mi compañero ha entrado en acción.


El alien había muerto por un disparo en la cabeza propinado por Rage, quien se aprovechó de que Jofiel hubiese destrozado el casco del tipo.

Ya solo quedaban tres adversarios, y Jofiel estaba más desahogado para luchar. Las balas de Rage golpeaban sin descanso las armaduras de los aliens, desequilibrándolos.

Uno de los momentos que hizo más feliz a Jofiel fue cuando uno de los aliens se cubría de un disparo de Rage, teniendo un roto en la coraza pectoral un poco más grande que un puño.

Jofiel: "¿Será suficiente?" —pensó.


Rápidamente el albino se lanzó al ataque contra el alien, metiendo la mano por el hueco de la coraza y atravesando su pecho con el brazo.

Quedaban dos aliens y no iban a permitir que les matasen, así que encendieron un comunicador.

Alien: ¡Necesitamos refuerzos! ¡Acudan de inmediato! ¡El grupo de terrestres se ha vuelto peligroso!


Jofiel se arrojó sobre el que había hablado, dispuesto a matarlo cuanto antes.

Jofiel: ¡Penitenciagite[29]!


El albino lo agarra y comienzan a luchar hasta que llega un momento en el que…¡crack!, Jofiel le rompe el cuello y arroja al suelo los restos.

En ese momento se escucha un gran número de pisadas correr hacia la zona: Son los refuerzos que habían pedido los aliens, y no eran menos de diez. El alien que quedaba con ellos estaba muerto de miedo al ver que Rage le estaba apuntando y que Jofiel lo miraba con furia.

Jofiel: Sácanos de aquí y te dejaremos vivir otro día.

Alien: ¿Cómo?

Rage: Hazle caso al blanquito. Sácanos de aquí o te juro que antes de morir, a manos de tus compañeros, te mataremos, bastardo.


Las pisadas se oían más cerca cada vez.

Jofiel: ¿Y bien? ¿Qué decides?

Alien: Está bien, está bien. Os llevaré al hangar.


El alien comenzó a correr hacia el hangar, seguido por Jofiel y Rage. Lo que no sabían estos es que no los guiaba por miedo, sino porque había recibido la orden de hacerlo por su transmisor.

Jofiel: "Quizás nos ayudes ahora, pero no te librarás de tu penitencia, sabandija."


Tony había escuchado el martillar del arma antes de que la puerta se abriese. En estas circunstancias, y separados como estaban, no era muy difícil pensar que alguien quería hacer un tiro al blanco con el italiano. Sin embargo, lo que ese pobre incauto no sabía era que, en cuanto a puntería se refería, Il Tiratore era el mejor.

En cuanto la puerta terminó de abrirse, el mutante hizo una voltereta hacia delante, buscando entre sus pertenencias unas cuantas cuñas de cristal, cayendo rodando cerca de su gabardina, alcanzando la prenda y rebuscando en su bolsillo, mientras hacía un par de piruetas laterales con las que esquivaba los disparos de energía que salían del arma del alien.

Jugueteando con las cuñas entre sus dedos, Tony comenzó a cargar los objetos. Aún en el aire, lanzó las esquirlas hacia su enemigo. Una a la pierna, para que le desequilibrase, otra al brazo de la pistola, que le desarmaría, y la última a la cabeza, …y con suerte sólo le noquearía.

Antes de caer, de nuevo, al suelo rodando, su contrincante ya había caído. Corriendo, salió al pasillo mientras saltaba el cuerpo del alien. Desde luego y por lo que parecía, él no era el único al que habían atacado. Por el rabillo del ojo vio a Rage y a Jofiel corriendo hacia él.

— ¡Eh, tíos!, ¿y el resto?

— Preocúpate por tí ahora, italiano, y corre, colega, que esos figurantes salidos de Alien vs. Predator tienen ganas de morder tu culo blanco.


Revenge estaba, por fin, en acción, y cada vez le gustaba más eso de estar al cargo de su propio cuerpo.

Dos alienígenas estaban contra la pared de su cuarto. Acababa de llegar a el después de la charla con Noctem. Habían quedado en hacer una serie de cosas que podrían cambiar todo lo que él representaba, pero ahora estaba divirtiéndose. Los aliens no eran, ni mucho menos, rivales para la fuerza devastadora de Carl Kane.

Alien: Al final acabarás siendo pasto de…


Revenge saltó y ensartó la rodilla en la cabeza de su rival, haciendo que esta saliese disparada, chorreando sangre por su temible pierna.

Revenge: ¿Quieres hacer algo más? —preguntó refiriéndose al otro alien, quien se abalanzó sobre el mutante.— ¿Crees que, estando detrás y agarrado a mi espalda, vas a poder hacer algo?…¡ya verás!


Revenge sacó los huesos de su espalda y lo atravesó, dejándolo destrozado y empalado a su espalda.

Revenge salió de la habitación dispuesto a luchar, cuando se encontró, de bruces, con Rage y Jofiel.

Rage: Hermano, …¿sabes que llevas a un tío colgado de la espalda?

Revenge: Sí. Es por si luego me entra hambre. —Acto seguido, le arrancó un brazo y se lo empezó a comer mientras seguía al albino y al negrito.


RoloX: Escanear…escanear…escanear… ¡Me cago en la puta madre! ¡Escanea, pedazo de mierda!


Un par de horas más tarde de su re-activación, el androide estuvo agrupando a todos los centinelas posibles en la cámara principal. Tras buscar por todo el globo a sus "ex-compañeros", se dio cuenta de que no estaban en ningún escáner.

RoloX: Los encontraré. Juro que los encontrare. No habrá fallas, ni errores. No permitiré que escapen de nosotros. Es como…si hubiesen desaparecido…

Centinela: ¿Me permite una sugerencia, maestro?

RoloX: Desde luego, hermano. Habla sin temor.

Centinela: Tal vez ya no estén en la Tierra…

RoloX:

Centinela: Disculpe, creo que he hablado demasiado.

RoloX: ¡Por favor, no! Continúa.

Centinela: Si han sido vistos por última vez en "X" lugar, debería revisar la computadora de "X" lugar y ver que pueden ser encontrados. Pueden haber dejado el planeta y, si es así, usted puede averiguar a dónde se dirigieron mediante la base de datos de la computadora.

RoloX: Perfecto. Lo intentaremos.


Revisando la computadora del edificio en el que los mutantes fueron descubiertos por última vez, descubrió un extraño sistema que ni siquiera él había visto en el pasado, el cual indicaba "mecanismo de teletransportación de masa corporal".

RoloX: Interesante… Han llegado demasiado lejos. Es hora de terminar con la Resistencia de una vez…y para siempre. Te has ganado el respeto de todos, hermano.

Centinela: Afirmativo.

RoloX: Espero que desarrolles algo de personalidad algún día[7].

RoloX: Tienes razón, virus. Esta máquina no sirve "en máquinas", pero ¿desde cuándo necesitamos a una máquina teletransportadora para viajar al espacio? ¡Todas las tropas dirección al planeta K7! No se me escaparan de nuevo.


El nuevo cuerpo de RoloX, junto a una devastadora legión de centinelas, se elevó por el cielo dirección al planeta marcado. Como una plaga de langostas de seis metros de altura, la legión de máquinas se dispone a infectar a un nuevo mundo…ya con poca carne que consumir en la Tierra.


Héroes y villanos corrían por el pasillo de la nave, repeliendo ataques de los, cada vez más, esporádicos asaltantes que intentaban detenerles. Con Jofiel, Rage, Shaman y Revenge a la cabeza, pocos aliens podían aguantar la terrible eficacia de los mutantes que se dirigían hacia el hangar.

Quizá, si no hubiesen estado corriendo por sus vidas se hubiesen dado cuenta de que algo no iba exactamente bien. Era lógico pues que los ataques fuesen disminuyendo, ¿no? Al fin y al cabo iban dejando cadáveres a sus pies conforme avanzaban. Sin embargo la ruta que estaban tomando era exáctamente la más corta hacia donde deseaban ir. Sin las prisas por salir de aquella ratonera, no hubiesen sido tan acuciantes. Además, quizá habrían llegado a la conclusión de que un enemigo capturado distraería lo suficiente, al menos, para hacer que su banda tuviese tiempo de reagruparse, pero, como ya hemos dicho, nuestros héroes estaban demasiado ocupados esquivando las balas como para ponerse a hacer profundas estrategias de combate.

Casi en la retaguardia, Eon ayudaba a Noctem a avanzar tan rápido como podía. La cojera complicaba bastante la huida, pero con una pequeña sonrisa y un destello, Ivan anunció a su compañero que el hangar estaba próximo. Vieron como sus compañeros entraban y, cuando les llegó el turno, Gabriel comenzó a manipular los controles de la puerta por la que habían entrado para cerrarla cuanto antes.

Un tembloroso alienígena respiraba con dificultad mirando a Jofiel con los ojos fuera de sus órbitas.

— ¿Vais…vais a dejarme…?


El pobre incauto no pudo terminar la frase, antes de que su última palabra saliese de sus labios. La mano extendida del albino le atravesaba de parte a parte el pecho.

— La ira del Señor no conoce misericordia ante los pecadores.


Un ruido mecánico anunció que el italiano había conseguido cerrar las puertas. Mientras se giraba hacia el resto de los chicos, se comunicó con sus compañeros Strikers. Según parecía, ya no tenía inhibidores que le impidiesen "hablar" telepáticamente.

"Preparaos para la acción, pero atentos a mi señal. Las cosas van a estar muy movidas en un momento."

— ¿Alguien sabe pilotar algún trasto de esos?

— Claro… —Noctem comenzó a andar hacía la parte central del hangar donde había una nave de buen tamaño, relativamente parecida a un diseño Shi'ar.— Esa parece Shi'ar… El Pájaro Negro tiene algunos controles alienígenas. Quizá se parezcan…

— …Aunque no creo que eso vaya a ser necesario, ¿verdad, Noctem? —Desde detrás de la nave, la figura de Khan, acompañada de una treintena de soldados perfectamente armados, rodearon en un instante a los sorprendidos héroes.


De forma dolorosamente clara, los Strikers flanquearon a su líder, obedeciendo una silenciosa orden, mientras que éste se encontraba entre Khan y Eon.

— ¿Qué…? Pero…pero…¿Gaby, qué es esto?

— Bueno. Ivan, creo que está abbastanzia chiaro[30]

— Os han traicionado. Es reconfortante saber que aún hay esperanza para los humanos. No todos defienden y protegen a los X-Men.

— Pero…Gab…

— Pero nada, Ivan. ¿Acaso crees que pudiendo estar con Khan merece la pena estar con vosotros, pequeños e inútiles parodias de héroes?


Eon centelleó un instante antes y se movió tan rápidamente que Noctem no vio llegar un tremendo derechazo que se estrelló en la cara del italiano, tirando lejos su sombrero y haciendo que la sangre surgiese de su labio. Como impulsados por un resorte los Strikers, y los soldados, se pusieron en guardia mientras el Emperador miraba divertido la escena, dispuesto a dar la orden de atacar.

No, non attaco, desidero darlo alla battitura che merita questo Russo pazzesco[31].


Tirando a un lado su capa, para que no entorpeciese sus movimientos, Gabriel se puso en guardia, dispuesto a darle una buena lección de humildad a su querido amigo Ivan.


— ¿La paliza que me merezco…o dijiste que se te caía la baba de lo tonto que eras? Perdona si mi italiano es tan malo como tu actitud de villano, ¿o no, ital…?


Eon se calló de pronto, al recibir un golpe de Noctem. Lo que parecía ser sólo una forma de callarlo, se convirtió en una serie de puñetazos bien conectados a una velocidad envidiable.

La técnica de Gabriel era excelente, y su ejecución soberbia. Sin embargo su estado de salud actual distaba de ser tan buenos como sus puños, por lo que, en un momento dado, al ejecutar un punto de equilibrio para su siguiente gancho, se apoyó con su pierna y un intenso dolor detuvo por un segundo al italiano, dando tiempo suficiente para que Eon retrocediera, escupiendo sangre, y se impulsara, contrarrestando la golpiza.

La técnica de Ivan era muy diferente a la de Noctem: Él no tenía nada escrito. Si recordaba que algún enemigo usó una buena patada, él la imitaría; si alguien le hizo una buena llave, él la mejoraría; si un salto con golpe requerían de demasiada agilidad para él, lo modificaba a algo menos grácil, pero igual de efectivo. No era un estilo callejero, solo un estilo camaleónico.

Mientras la batalla proseguía, los equipos se alineaban, cada uno a un lado.

Enix parecía bastante molesta y, cuando tuvo un tiro claro, disparó un rayo hacia Noctem, mas una pared de luz apareció frente a ellos.

— ¡Le rompo la cara a este estúpido traidor! Shaman, ¡escudo telequinético sobre el equipo! ¡Khan no tardará en disparar!

— ¿Y bien, guerrerito? ¿Listo para escupir sangre?


Noctem probó su propia sangre y escupió a un lado. Definitivamente no era un comportamiento digno de su educación, pero Ivan había mejorado su combate y lo que le faltaba de técnica lo compensaba en entusiasmo. En cualquier otro momento, aunque le habría dado algún problema, no habría sido rival para él. Sin embargo, ahora le costaba más mantener sus golpes centrados y efectivos.

El ruso estaba a punto de estallar. Relucía con centelleos cada vez más rápidos mientras lanzaba puñetazo a diestro y siniestro, esperando, más que calculando, que alguno de ellos impactase en su antiguo amigo. Un izquierdazo golpeó a Gabriel en la mandíbula, haciéndole retroceder, seguido por un rapidísimo rodillazo que iba directo a su estómago.

Con un movimiento circular descendente de su brazo, Noctem bloqueó el golpe del Abyss, moviéndose con gracia felina a un lado, esperando el siguiente puñetazo del ruso que iría dirigido a su pecho.

Noctem sonrió levemente. En todos sus entrenamientos, Ivan siempre era impulsivo y eso, al final, provocaría su derrota a manos del italiano, quien esperaba pacientemente, esquivando sus golpes hasta que viese un punto débil a donde atacar.

— ¡Voy a darte de patadas por todas las veces que tuve que escuchar a Vivaldi, cuando quería Korn, italiano petulante!, ¡y después te romperé esa sonrisa Profidén!, ¡traidor de mierda!


Ivan lanzó su puño, recubierto de luz, hacia el pecho del mago, quien aguantó hasta el último segundo antes de dar un paso lateral, coger el puño de su amigo y girar sobre sí mismo, atrayendo con él a un desequilibrado Eon, que recibió un rodillazo en el rostro que le dejó tumbado en el suelo y con la nariz chorreando sangre.

— ¡Y yo, caro[32], voy a romperte un hueso por cada película de polis duros que me hiciste ver cuando yo sólo quería descansar de tu incesante parloteo!


Gabriel se lanzó de un salto hacia el postrado Eon, pero, aunque caído, sus reflejos eran impresionantes, y justo antes de que le cayese encima, puso una pierna por delante que incrustó en el estómago del mago, y lo lanzó frente a Khan.

Ambos mutantes se miraron con furia desde el suelo y, observando cada uno de sus movimientos, fueron levantándose lentamente. El último asalto estaba por comenzar y aquí se decidiría quién iba a seguir en pie.

Como movidos por un titiritero invisible, ambos muchachos se prepararon para un último golpe. Ivan retrocedió su pierna derecha, mientras llevaba su brazo hacia atrás. Se inclinó un poco para impactar con un golpe medio que, probablemente, daría en las costillas dañadas de su antiguo compañero.

Gabriel flexionó las piernas y puso ambos brazos en posición defensiva, mientras iniciaba el salto.

Casi a cámara lenta, Khan observaba la lucha que se desarrollaba a apenas un metro de él, con una sonrisa de satisfacción. Los dos chicos estaban ya en movimiento, listos para encajar un tremendo golpe en las costillas, y una patada en la cabeza, que con toda seguridad dejaría a alguno fuera de combate.

La sonrisa de Khan se heló en su rostro cuando un puñetazo, recubierto de una armadura de luz sólida, le quitaba la respiración al sacar el aire que tenía en sus pulmones de golpe con tremendo impacto en su bajo vientre, mientras que la bota del italiano impactaba en su cara de forma brutal, cuando giró en el aire haciendo una vuelta completa y esquivando a su compañero X-Men.

— ¡Ahora atacad, y que nadie que no sea terrestre pueda levantarse después de nuestro paso! Con que italiano petulante, ¿no?…

— ¿Incesante parloteo…? ¡Joder, Gaby! Menudo rodillazo…

— Ya, claro…y tú me has dado caricias y mimitos, ¿verdad?


Los dos chicos cayeron al suelo adoptando, inmediatamente, una posición de combate y esperando a que un Khan, recuperado y furioso, se lanzase a por ellos. Había empezado la batalla por la supervivencia y, si los terráqueos querían ganarla iban a tener que esforzarse de veras.


Revenge saltó hacia delante y vio como la figura exaltante de Khan estaba perdiendo la sonrisa de superioridad, que le pertenecía, y caía desproporcionalmente. Todavía seguía con el bichejo a su espalda, y eso le hacia sentirse superior a los demás. Nadie le iba a igualar en aquel combate.

Alien: ¡Mirad a la bestia! Tiene a uno de los nuestros detrás. ¡Se está riendo de nosotros!

Revenge: Venid…si podéis.


Revenge se lanzó a por ellos, huesos en mano, haciendo que dos aliens se quedasen empalados contra la pared, perdiendo sangre a borbotones mientras sus gritos de terror perseguían a los combatientes de la sala. Gritó fuera de sí, subiendo sobre los aliens, al tiempo que, con su propia boca, le arrancaba la cabeza a uno y la ponía en un hueso, hundiéndola en el propio suelo. Saltó por encima de otro par de alienígenas, que tenían tentáculos, con los que le agarraron y tiraron al suelo.

Revenge: Tenéis la manía de pensar que un combate acaba cuando caes al suelo. ¡Cuán grave es vuestro error!


Revenge cogió sus tentáculos y se los arrancó con su fuerza bruta característica, al tiempo que, con sus correspondientes gritos de dolor, les arrancaba las cabezas y les hacía lo mismo que a las anteriores.

Jofiel: Estás haciendo que el Señor, en estos momentos, se fije en el combate. ¡Gracias!


Revenge se lanzó a por todos los siguientes, haciendo lo mismo con sus cabezas. Pronto dejó toda la sala llena de picas con las cabezas de los aliens.

Noctem: ¡Maldita sea, se está saliendo de madre!


Revenge saltó hacia el más grande de todos. Se quitó el monstruo de su espalda y su rival se estiró, volviéndose más grande y tenebroso que nunca.

Alien: No va ser tan fácil conmigo.

Revenge: Eso lo veremos…


Revenge sacó su armadura ósea, que hacía tiempo que no usaba, y se lanzó al ataque, haciendo que los golpes del alien no le hicieran nada y que saliese, cada vez, peor parado.

De un zarpazo, el alien le cogió del brazo, arrancándole su armadura, de este, y rompiéndola de paso.

Revenge estaba sangrando, muy cabreado y con ganas de sangre. Corrió hacia él y, en el momento en el que le iba coger, se transformó en bestia y le atacó, mordiéndole el cuello y haciendo que el alien cayese boca abajo sujetándose la gran incisión que le había acometido. Acto seguido, el mutante cogió una pica, con una cabeza, y le atravesó el cráneo. Mientras que, por el otro lado, le clavaba un hueso en cada extremidad, dejándolo crucificado, como hizo en su momento con Garrow.

Revenge: Esto va por ti, Jofiel.


Revenge se sentó sobre la pila de cadáveres descabezados y comenzo a hundir la cabeza, comiendo todo lo que encontraba a su paso.


Alex estaba a punto de explotar. Lo que acababa de pasar le dejó peor de lo que ya estaba. Shaman dio las instrucciones de inmediato, mientras Ivan seguía en su pelea con Gabriel. En un instante, los guerreros alienígenas ya estaban sobre ellos.

Esta vez no habría misericordia. El objetivo era matarlos, así que Alex lo haría de la misma manera que ellos.

Enix: ¡Destrucción!


La chica salió corriendo, tan rápido como pudo, atacando a un par de los aliens. Con un par de movimientos de sus piernas, le rompió la pierna derecha a uno de ellos y después, mientras esquivaba el ataque del otro, se colocó a su espalda y lo tomo por el cuello. Con solo escuchar aquel pequeño ruido, ya sabía que ya estaba terminado, así que continuó con el siguiente, aunque con este fue mucho más difícil de lo que creía, ya que el ser parecía no tener huesos.

Enix: ¡Diablos!

Alien: Necesitas más que eso, pequeña. Ahora verás.


El tipo la golpeó en la cara, a lo que ella tan solo se movió un poco, un par de pasos, hacia detrás y, cuando enfocó su vista al frente, pudo ver cómo aquel le apuntaba con un sinfín de disparos láser. Un par de ellos dieron en su blanco, pero Alex solo emitió un pequeño quejido antes de que marchara contra él nuevamente.

La mutante sabía que sus golpes no le servirían de mucho. Con aquella extraña habilidad, y la armadura puesta, el alien parecía estar seguro, pero estaba olvidando la otra cualidad de Enix, quien se movió ágilmente, esquivando sus ataques y comenzando con los suyos. Pronto se mezclaron los colores: el rojo y ese blanco resplandeciente que acompañaba la energía emitida en forma de pequeños rayos.

Enix: Es hora de terminar.


Los ataques fueron un éxito. El alienígena quedo inmovilizado mientras gritaba por el dolor que le causaban. Era terrible. Enix observó bien a su atacante: ya le había localizado su punto débil: la armadura que cubría la parte posterior de su cabeza era la clave. Reuniendo un poco más de energía y concentrándola formando un pequeña esfera blanca, la impactó en el lugar indicado, destrozando la armadura y también parte de la cabeza del alien.

Enix: Ahora, ¿quién es el pequeño?


Después de una pequeña oleada de satisfacción, Alex volvió a la batalla. Sus compañeros también estaban haciendo lo suyo.

Enix: Bueno. La batalla debe continuar.


Khan no estaría solo en la batalla. Muchas de sus mascotas alienígenas protegerían a su señor en cualquiera de los casos.

Shaman estaba tenso, pues sabía que era el momento definitivo, y su instinto de supervivencia le impedía pensar en piedad.

Varios alienígenas se lanzaron contra los X. La batalla había comenzado cuando un agujero negro se abrió en el suelo. Enormes garras, con largas uñas negras, comenzaron a tragarse a los aliens, perdiéndolos en el abismo. La figura de un hombre salió del agujero, que se cerró lentamente.

Shaman: ¡Brian!

Nightmare: ¿Por qué me dejan fuera de la acción?

Shaman: Estaba a punto de preguntar por tí.

Hermes: ¡Wow! Eso fue asombroso.

Shaman: Chicos, encárguense de la ofensiva. Haré caso a Eon y me encargaré de la defensiva. No se preocupen.


Shaman se elevó sobre sus compañeros. Se puso en posición de loto[28] y comenzó a concentrarse. Los ataques caían sobre sus compañeros, pero su telequinesis le servía de escudo. Sin embargo, alguien estaba a punto de atacar: Khan. Desde las alturas, mandó un rayo piroquinético, pero el villano alienígena lo esquivo.

Nightmare: ¡Es hora de poner fin a esto!


El chico pesadilla concentró toda su energía. Estaba decidido a invocar al más terrible ser creado jamás y sacado de entre sus peores pesadillas.

Otro agujero negro se abrió a los pies del chico. Una enorme bestia comenzó a emerger de ella. Se había levantado hasta unos cinco metros. Era un enorme perro de tres cabezas, y cada una de ellas rugía y babeaba.

Nightmare: ¡Mostremos de lo que un X-Men es capaz de hacer!


La bestia cabalgada por Brian se lanzó contra un, ligeramente sorprendido, Khan. Esto apenas acababa de comenzar.


Hermes: ¿Qué es todo eso? No entiendo…un momento, los malos habían vuelto a ser malos y Eon, y Noctem, se estaban dando de golpes, ¿…pero ahora son amigos otra vez?

Fangoria: Son novios, chico. Recuerda. Más vale no meterse en una pelea entre pareja.

Hermes: Muy bien. Sea como sea, estoy harto de las mentiras y engaños…por ambas partes.


El muchacho cerró los puños y, corriendo velozmente, se dirigió hasta uno de los soldados más grandes que pudo encontrar. Poco a poco, su velocidad empezó a aumentar. Sin darse cuenta estaba a poco más de el match 1.

El golpe fue devastador. El puño de Hermes, a esa velocidad, había destrozado la armadura del alienígena y su escudo había quedado poco más que destruido.

Hermes: ¿Sabes lo que pasa cuando algún objeto es golpeado a esa velocidad? Tienes suerte de tener tu armadura, y ese escudo protector. De lo contrario, no serías más que una mancha en la pared.


Hermes había, sin saberlo, derrotado al guardia imperial de Khan. Sin medir su fuerza y velocidad, había podido dejarlo fuera de combate con un solo golpe.

Shaman: ¡Así se hace, Hermes! Ahora Khan está sin una protección especial. En esencia será más vulnerable. ¡A él, NeoX y Abyss!


A Fangoria le encantó ver que alguien le daba de golpes a Noctem, aunque fuese por un momento, y el que hubiese sido una farsa no le importaba. Ahora tenía otras cosas de las que preocuparse. Si quería volver a ver la Tierra como era antes, debían de derrotar al tal Khan…y a sus tropas, pero…¿por qué querría volver a la Tierra cuando podría establecerse bien aquí?

Hacía un rato, Fangoria había dicho que odiaba todo aquello del espacio, pero ahora que lo veía bien…le parecía algo positivo. Tener a su disposición tanta tecnología y recursos…¿qué pasaría si alguien se quedaba con todo aquello en lugar de que cayera en Khan y sus tropas? Sin duda no iba a dejar que fueran los chicos buenos o, en el peor de los casos, de su querido Italiano, pero debía de ponerse a luchar ahora…o acabarían con ella.

Aún agotada por la dura lucha de hacía un rato, Fangoria se dedicó a crear pesadillas y recuerdos horribles a sus enemigos. De momento, no podía luchar cuerpo a cuerpo, pues estaba demasiado magullada.

Fangoria: Esto es…como comerse una hamburguesa sin carne[14]


Revenge veía como Fangoria atacaba desde lejos. Pobrecita, pensó, no se va a divertir tanto como yo. Bueno. Ahora toca pelear un poco más.

Revenge tenía el estómago lleno y una ganas de meter de ostias que no podía esperar.

Revenge: ¡Noctem, voy a por Khan!


Noctem veía, de lejos, como se iba a precipitar la situación. Revenge tenía poder de sobra, pero…¿y si el señor del universo se guardaba algo en la manga?

Revenge empezó a golpear a todos los guardas que le iban disparando. Pronto, uno de sus brazos fue arrancado por la ferocidad de una sierra mecánica de un soldado, lo que causó un gran daño, pero Revenge siguió, mientras su brazo se regeneraba.

Soldado 1: ¡Maldita sea! ¡No se muere! ¡Haced algo!


Revenge saltó sobre su yugular y la cortó con una de sus uñas, al tiempo que se convertía en bestia.

Revenge: Ahora toca la verdadera furia salvaje.


Revenge comenzó a atacar a todo lo que veía. Aunque su brazo no se había recuperado, atacó a todo lo que se movía cogiendo impulso con las tres patas, dejando a muchos guardias inutilizándolos de un solo ataque. Una bestia con colmillos y mala leche es mejor que cualquier arma.

Revenge se plantó ante Khan y comenzó a pelear. Los rugidos de la bestia se hicieron latentes en toda la sala. La gente estaba asustada, pues esos rugidos y aullidos les hacia pensar en cosas malas…cortesía de Fangoria, por supuesto.

Revenge: ¡Así se hace, pequeña! ¡Auu!


Khan luchaba con todo lo que podía, pero la bestia le estaba poniendo contra las cuerdas. En un momento dado, Revenge retornó a su origen como humano.

Revenge: Antes me preguntaste cuánto valía. Bien, el precio es…esto…

Khan: Soy el señor de cientos de sistemas solares…de miles de mundos, así que un hombrecillo como tú no me asusta. El daño ya está hecho.


Revenge le cogió por la espalda y le congeló uno de sus brazos, mientras que lo lanzaba hacia la multitud de personas que estaban luchando.

Khan se levantó y vio cómo su ejército estaba cayendo contra un puñado de mutantes, y lo que era peor: terráqueos. Levantando la vista, vio como su ejercito estaba diezmado. Decenas de cadáveres en el suelo, descabezados. Khan no se asustaba por nada, pero esto le hacía sentir un sentimiento de recogimiento. Esto era demasiado horroroso.

Revenge: ¿Te gusta el sitio a donde te he tirado? Anda. Levanta la cabeza y vislumbra toda mi obra en su mayor potencial.


Khan levantó la cabeza y vio como uno de sus soldados estaba crucificado frente a él. Era una imagen horrible que sobrecogería hasta al mismísimo Belasco. Khan no tenía ningún gesto en la cara. Él no era de los que emitían ningún atisbo de dolor, pero su brazo estaba a punto de ser una realidad a parte, pues el hielo se lo estaba comiendo por dentro.

Revenge: Este es el precio por hacer que los terráqueos tengan que mover el culo hasta aquí.


Revenge se acomodó en el trono de Khan, mientras veía cómo seguía la lucha.

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La sangre goteaba por la pared, donde uno de sus hombres yacía crucificado.

Había sido un buen soldado. Habían combatido juntos en al conquista de Fhu'Tyb'Das y en la batalla de Wernesa. Acababa de tener un hijo y había acudido a la fiesta y, posteriormente, a la lucha, sin que Khan hubiese tenido que pedírselo. Aquello enfurecía al Conquistador, pero nada en sus gestos hubiese delatado el fuego que ardía en su interior.

La bestia era fuerte y sanguinaria, pero arrogante. Que se viese complacido por la matanza que había provocado, daba igual. Al final terminaría pereciendo, como todos los que habían osado levantarse contra él.

El grandioso comandante se miró el brazo que parecía helado. Apenas podía mover los dedos. No era una gran herida, pero las había tenido mucho peores y, desde luego, no le impediría luchar…ni vencer.

Con un salto, el alienígena dejó los cuerpos de sus tropas atrás y comenzó a andar hacia la lucha. Una joven se abalanzó a por él, intentando tocarle, pero, con un leve gesto, la desvió e hizo chocar contra una pared. Junto a él apareció fugazmente un muchacho que respondía al nombre de Hermes que iba a la carrera hacia uno de sus soldados. Calculó que pasaría apenas a unos centímetros de donde se encontraría dando una amplia zancada y cuando el velocista pasó por ese punto en concreto se encontró, de bruces, con el brazo inesperado de Khan contra el que chocó a toda velocidad, quedando derribado y algo aturdido en el suelo.

Por el rabillo del ojo, el Conquistador vio a la chica que parecía ser la causante de muchos problemas entre sus hombres y que se encontraba fuera del terreno de combate y casi podía percibir la ola de maldad que surgía de ella. Se agachó un instante y recogió una barra de metal del suelo. No tuvo que apuntar demasiado para mandarla, con todas sus fuerzas sin mirar, hacia la cabeza de Fangoria. Seguro del resultado de su proyectil, se giró hacia un pequeño batallón de soldados que se dirigían con las armas prestas hacia él, disparando y en completo silencio. Un solo vistazo le advirtió de que carecían de sombras y al fondo, el traidor Noctem les miraba, guiando todos sus actos.

Los entrenamientos de combate con su Khan siempre eran feroces, pero ni eso les preparó para lo que sintieron a continuación: Con una patada, el Conquistador había quebrado al armadura de batalla del primer soldado, mandándole hacia atrás y chocando contra otros dos que tenía a sus espaldas. Rápidamente saltó hacia los que llegaban, cogió a uno del cuello y, tirándolo hacia otro de sus compañeros, aterrizó encima de ambos incrustado sus rodillas en sus estómagos. Aun sin incorporarse, paró el puñetazo del último de los soldados cuyo brazo retorció hasta que escuchó un, inevitable, chasquido y le daba un puñetazo que le rompía la nariz y dejaba inconsciente.

Lentamente se giró hacia su presa. Ahora ya no tenía marionetas que manejar para protegerse de él. El chico en el que había confiado le miraba intentando disimular el miedo y la ansiedad que le provocaba estar cuerpo a cuerpo con aquel inmenso alien que, sin duda, iba a castigar la ofensa causada.

— No me gusta que me engañen.

— Ni a mi que me traten como a un perro.


Con velocidad, Noctem lanzó un puñetazo hacia el rostro de Khan, que esquivó sin problemas, mientras un golpe con la mano abierta impactaba en el hombro del mutante, dejándole el brazo completamente dormido. Acto seguido, Khan lanzó una patada al estómago de Gabriel, que, apenas, consiguió esquivar trastabillando hacia atrás, hasta que chocó con la pared a su espalda.

Como un animal acorralado, Noctem esquivaba los golpes una y otra vez, cada vez más agotado. Intentaba lanzar algún ataque que impactase en Khan de forma efectiva, sin embargo parecía que ninguno de sus golpes parecían ser realmente efectivos contra un hombre que era el indiscutible vencedor de innumerables batallas.

— Los humanos no tenéis honor.

— Algunos sí, pero yo me inclino por un gran sentido de la supervivencia.


El mago se agachó y giró sobre si mismo, lanzando una patada hacia la rodilla de Khan, como si de una danza se tratase. La capoeira que había aprendido desde niño le estaba permitiendo abrirse de nuevo hacia un lugar donde no estuviese atrapado: entre mil quilos de metal y el puño del alien.

— Si así fuera, te habrías inclinado ante mí y seguirías bajo mi mando, Noctem.

Che cosa posso dire? ¡Ah, sì! Ciò è vicino di colpire a Sabia[33]


Esquivando el puñetazo que Khan le lanzaba hacia el rostro. Gabriel se coló dentro de su guardia, tan cerca que pudo conectar varios golpes seguidos en sus costillas y estómago, y haciendo que el alien perdiese el equilibrio y no tuviese tiempo a coger aire. El Conquistador trastabillaba hacia atrás, perdiendo terreno. Mientras, el mago exaltado por ese inesperado giro de los acontecimientos se crecía y, apoyándose en su pierna sana, saltaba un poco para golpear el rostro del inclinado Khan con una fuerte patada. Tanta era la euforia de haber conseguido golpear al hombre que había puesto en un estado tan lamentable a su tutora, que una sonrisa apareció en su rostro. Sin embargo, se congeló en el momento en el que Khan atrapaba su tobillo con la mano y, en una férrea garra, que le mantenía desequilibrado, se acercaba a él y con un fortísimo golpe incrustaba su codo en la herida del italiano haciéndole aullar de dolor.

— ¡Ahh!


Acto seguido, Khan comenzó a golpear al muchacho una y otra vez. Difícilmente podría deshacerse de la presa de Khan sin ayuda.


Revenge estaba viendo la imagen de Khan, y su instinto le estaba jugando malas pasadas. Con él había sido débil, y no le había hecho nada de daño. ¿Se podía saber por qué estaba midiendo al italiano? No podía dejar que esto se quedara así. Revenge salió del trono y se lanzó contra el atacante de su jefe.

Noctem estaba gritando de dolor y Revenge, muy a su pesar, le iba a cazar para ayudarle.

Revenge se interpuso entre los dos combatientes y le pegó un puñetazo que Khan paro con la mano derecha sin inmutarse.

Khan: Antes te estaba midiendo. Pobre terrícola, no eres nadie para mí. —El alien apretó la mano e hizo que todos sus huesos se destrozasen quedando inservibles para la lucha.


Revenge gritaba de dolor, pero, bajo la sonrisa del alien, Revenge estaba fingiendo. Él sabía lo que era el dolor. Se arrancó la mano y le atacó con un patada que solo le sirvió para que pareciese que perdía el equilibrio. Acto seguido, Khan le cogió por el brazo y lo tiró hacia el suelo con un leñazo de los que hacen daño.

Khan: Lo siento, joven terrícola. Esto te supera…y en mucho.


Revenge cayó al suelo y Khan comenzo a vapulearlo bestialmente. Revenge se preguntaba porqué le había humillado antes, de forma tan feroz. Revenge consiguió esquivar una patada y le cogió a el entres sus brazos apretando con la idea de partirle los huesos de su cuerpo.

Khan, ante su sorpresa por haber sido pillado de improvisto, no reaccionó tan rápidamente, y justo en ese momento Noctem se levantó y le enchufó un puñetazo en la cara…uno tras otro, hasta que el alien, hartándose de tanta inactividad, cogió a sus dos contendientes: Primero haciendo una llave a Revenge, haciendo que el cuerpo del grandote se cayese sobre Noctem, dejando a los dos en el suelo, jadeando y doloridos.

Noctem: ¿Por qué no se te recuperas la mano?

Revenge: Tengo que regenerarla entera. Antes he gastado muchas fuerzas en este mismo brazo, y me lo ha arrancado de cuajo.

Noctem: Necesitamos ayuda…


Mientras Khan sonreía, una figura aparecía tras él con dos grandes pistolas a cada mano, y una ristra de balas en su pecho descubierto: Era Iskandar.


— "Rayos de plasma por todos lados y gritos salvajes a causa de las quemaduras. ¿Por qué les gustará tanto a la gente los rayos de plasma si lo que de verdad es divertido son las armas de fuego? Esas ametralladoras, ¡joder!, son exquisitas. Por eso son las que yo uso."


Iskandar cruzaba el campo de batalla pistolas en mano y disparaba hacia los dos lados, con las manos cambiadas. Le encantaba chulearse. Después de todo, él era un gran combatiente y pocas veces le alcanzaban. Iskandar vio como, a lo lejos, se enfrentaban contra el jefazo. Parecía ser que tenían algunas dificultades para realizar las cosas. "Aficionados", pensó. Comenzó a andar hacia la batalla cuando se le interpuso un alien, era uno singular pues no llevaba armadura, sino que, más bien, llevaba una vestimenta extraña.

Alien: De aquí no pasarás, terráqueo.

Iskandar: ¿Se puede saber quién eres?, el maestro Obi-Wan, o algo así? ¡Ja, ja, ja!

Alien: No sé a quién te refieres, humano, pero vas a morir ahora mismo.


El alien levantó las manos e hizo retroceder a Iskandar, como si una fuerza lo empujase a una velocidad increíble.

Iskandar no podía avanzar. Parecía que el alien emitía su propia fuerza en grandes ráfagas de viento. Sabía que tendría que recurrir a su maletín y vislumbró una buena arma de sus tiempos de espía.

Iskandar: Veremos si con esto te parece suficiente. —Cogió un frasco, con lo que parecía ser saliva, y lo tocó con un dedo.—¡Puaj!…asqueroso.


Su cuerpo comenzó a transformarse en una especie de bola de grasa inmensa. Solo tenía pies y brazos grotescos. Era Fred J. Dukes, más conocido como "La Mole".

El alien creía que con su fuerza, emitida en aquellas ráfagas, valdría, pero la fuerza y el poder de La Mole eran superiores totalmente.

La Mole se volteó hacia el alien y le cogió con uno de sus brazos, haciendo que su columna vertebral se partiese en dos y dejándolo paralítico.

Iskandar volvió a su forma original y siguió hasta donde estaba la lucha. Vio como Khan había tumbado a ambos, y este sonreía triunfante.

Iskandar: ¿Qué pasa, viejo? ¿Te han contado un buen chiste?

Khan: Otro terráqueo idiota. Los dos han caído y tú no serás menos.

Iskandar: Pruébame.


Iskandar saltó sobre Khan con una llave de Kung-fu, y se colgó en su cabeza, momento que aprovechó para cortarle algunos pelos y guardarlos en su maletín. Después de eso, Khan le cogió del tobillo y lo estampó contra el suelo.

Revenge, en ese momento, se lanzó contra el alienígena, con intención de pillarle sorprendido, pero no lo logró y cayó en otro hueco, junto al ruso.

Iskandar: Bestia, ¿por qué no le atacamos juntos?

Revenge: Mi nombre es Revenge, Rusky, …y vayamos a por él.


Entre los dos combatientes no hacían sudar a Khan, y eso estaba enfureciendo a ambos, quienes se sentían superiores en todo lo que hacían.

Iskandar: Entretenle un momento. Tengo que probar una cosa.


Noctem, en ese momento, se levantaba y unía a la lucha.

Noctem: Espero que la sangre, de esa jeringuilla, que le has sacado a mi compañero sin que se diera cuenta valga el hecho de que le distraigas.

Iskandar: Por supuesto. Tan solo mira cómo se hacen las cosas —dijo mientras guardaba la sangre de la bestia en un frasco de color beige y cogía otro, al que le ponía una etiqueta. Este segundo frasco estaba en una sección especial, por lo que parecía.— Tú sólo distráele, italiano.


Revenge y Noctem estaban peleando con todo lo que podían, intentando vencer al señor de las galaxias, pero era demasiado duro.

Khan: ¿Dónde está el tercero? Con él será más divertido. Me gusta que caigan muchos de un solo puñetazo.

Revenge: No te hace falta el ruso. ¡Prueba con esto!


Revenge le soltó un mordisco en forma de bestia a Khan, que lo esquivó por muy poco, deteniéndolo con una mano con la que le destrozó los dientes, dejándolo babeando sangre en el suelo.

Noctem cayó poco después en un intento fallido de conjuro.

Khan: Esto es demasiado para vosotros. ¡Ja, ja, ja!


De repente, apareció volando otro nuevo atacante. Khan estaba sorprendido de lo que acababa de encontrar: Tormenta. La señora de los cielos había aparecido.


Rage se tomaba la cabeza tratando de razonar, por milésima vez, por qué esto había sido una buena idea. ¿Las razones?, fáciles: Las cosas iban de acuerdo a sus planes. Eso no lo podía negar, pero ¿por cuánto tiempo más?…¡¿por cuánto más?! Se estaban enfrentando, nada más y nada menos que, con, posiblemente, uno de los mayores ejércitos de todo el condenado universo conocido. ¿Un puñado de niños y tipos rudos contra lo mejor de lo mejor en tropas?

Sus cálculos no podían estar erróneos: De seguro que no durarían mucho. Lo único que les hacía durar era el hecho de que, estando atacando de frente a Khan, soberano de incontables mundos, la resistencia no era mayor. ¿Con cuántas tropas debía de contar?, ¡¿unas miles…un millón…mil millones…de millones?! La pregunta era…¿dónde carajo estaban? Todo esto lo pensaba mientras, desde una esquina que le servía para cubrirse de los disparos, y así poder disparar con sus nenas.

Las cabezas de varios enemigos quedaron perforadas por sus balas, pero, por más que quisiera, estas no eran eternas. Sin mirar, estaba seguro de que le quedaba por lo menos una recarga más para cada una de las niñas.

Rage: ¡Maldición!


Cuando se quedara sin municiones, la cosa se le complicaría tremendamente. No podía arriesgarse a utilizar su poder mutante. No después de lo que sucedió apenas hacía un rato, cuando estuvo a punto de morir por el cambio brusco. Sin duda su cuerpo aún no se había recuperado del todo, y si lo forzaba su corazón y venas estallarían como un tomate reventado en el pavimento.

Al mirar a su izquierda, Rage vio a uno de los tipos raros, esos que se hacían llamar "STEALTH": Los espías en los que no confiaba. Uno de ellos, el que parecía hacerse llamar Anillium se encontraba cerca de una consola computada en la pared, al parecer conectándose a un aparato para una salida de energía de toda la base. Parecía estar escuchando algo detenidamente con unos audífonos.

Rage se acercó cubriéndose y, gracias al ruido, Anillium no lo escuchó acercarse. En seguida tomó fuerte su brazo y le interrogó:

Rage: ¿Qué mierda estás haciendo, eh? ¡Habla! ¡¿No estarás tratando de traicionarnos, verdad?!

Anillium: ¿Yo? ¿Traición? ¿Me vienes y me hablas de traición? Mira, intento de 50 Cent, ¿quieres saber qué es lo que estoy oyendo?, bien. Cágate en los pantalones, pues acabo de conectarme a sus sistemas y, ¿sabes qué? Está en camino la flota imperial de todo el maldito fuerte. ¿Entiendes? Barrerán el piso con nosotros. Un ataque aéreo nos aniquilará y todo el maldito planeta Tierra estará jodido. ¿Satisfecho o quieres saber más?


Rage se quedó con los ojos chicos y las cejas arqueadas. Lo que más temía se estaba haciendo realidad, mientras gotas de sudor frío caían por su frente.

Rage: Todavía…todavía no está todo perdido.

Anillium: ¿De qué hablas, estúpido? ¿No me oíste? ¡Arrasarán con nosotros!! ¿Cómo es que no está todo perdido?

Rage: ¡Je! No creo que se atrevan a atacar desde el cielo sabiendo que su querido Khan se encuentra aquí abajo…y puede acabar como una víctima. Mientras no tengamos a Khan desocupado estaremos bien, aunque no sé si podremos con eso por mucho más. Ruego, con todas mis ganas, que así sea.


— Entonces, Lord Vaed, ¿cree que el señor Khan ya los mató?

— Eso depende, Aarmisael. ¿A que horas se notificó que sería la junta diecisiete del tratado?

— En 63 jogs.

— Eso significa que no, no los ha matado. Ya sea porque se esté divirtiendo, o porque estén dándole pelea, el caso es el mismo: Khan será Khan.

— Y sin embargo son tan intrigantes… ¿Has notado como reaccionan y se desenvuelven en cualquier medio?

— ¡Oh!, es que, acaso, te agrado alguno, ¿hija?

— No, no. Nada de eso. Es solo que creo que no por nada fueron tomados en cuenta por la fuerza.

— Como los Shi'ar.

— Es diferente. En nuestra raza la grandeza es innegable, pero en ellos…lo están siendo también.

— Pues sí. También fueron los primeros en detener el avance del señor Khan.

— Eso es mentira. El señor ha caído muchas veces y se ha levantado por su poder y grandeza.

— Sí, pero esas caídas fueron al principio. Ahora…ahora solo el imperio lo ha detenido.

— ¿Lo denunciamos?

— ¿Para qué[34]? En el imperio, la relación con los humanos es todavía incierta. Además, oficialmente no está interrumpiendo nuestros acuerdos…ni sus tiempos.

— Cierto. No nos corresponde…y honestamente no me interesa. Solo quiero que se mantenga apacible con nuestro hogar.

— Cierto.

— Cierto.


A 34 kilómetros de distancia en la nave principal de Khan, siendo más específicos en su hangar, la batalla está tomando giros inesperados para el emperador.

— …Tormenta…


Esa fue su señal para intervenir. Después de todo, lo podía hacer cuando quisiera, pero ya era el momento: tenía que saber tantísimas cosas…y Khan lo complacería. Era hombre de palabra y, sobre todo, de decisión. De todos modos prepararía el terreno para lo que venía. No quería perderse nada y quería todos los detalles por todas las razones…

La omnisciencia le era tan deseada…


— …Ororo…


En un susurro Khan alabó la belleza que se encontraba frente a él. Inconscientemente una sonrisa se dibujó en su rostro. Aún siendo su enemiga, la presencia de la amazona de los Vientos traía a su mente un sin fin de pensamientos. Sin embargo tan pronto como apareció, sus sentimientos desaparecieron. Esta vez no escaparía y, quizá, cuando hubiese terminado con todos sus cachorros y estuviese postrada a sus pies, le mostraría piedad. Saltó, impulsándose en la espalda de la bestia negra. Sin duda necesitaría mucha fuerza para atravesar el muro de viento con el que se protegería la mutante, así que se lanzó con todas sus fuerzas a por ella. Un brutal placaje tiró a ambos al suelo cuando ningún viento apareció para proteger a su señora. Rodando por el suelo, Khan abrió sus ojos desorbitadamente: ¡Esa no podía ser Tormenta!

— ¡Osas intentar engañarme! —rugió presa de la ira.

— Je…je…todos los jefazos os pensáis los más listos, pero al final este ruso siempre os engaña. Gilipollas.


Sentado a horcajadas encima del espía, el Conquistador incrustaba una y otra vez sus puños contra el rostro de la mujer que había admirado, respetado e incluso amado. Una mujer que estaba a millones de kilómetros de aquí y a la que un insensato se había atrevido a imitar.

A pocos metros de allí, Il Tiratore saltaba entre las cajas del hangar, disparando cuñas de cristal a todos aquellos molestos soldados de élite de Khan. Esos bastardos se resistían a caer y más con todos aquellas armaduras protectoras. Con un doble salto mortal se colocó a espaldas de uno de ellos y le golpeó con una herramienta que había cogido del suelo. Desde luego, esa cosa de metal indeterminado y compacto no se parecía demasiado a los fásers de Star Trek, lo que era de ayuda. Probablemente con una de esas mariconadas no habría podido abrirle el cráneo al alien. Con un salto lateral esquivó a dos guardias que iban hacia él, e impulsándose en una pared, llegando a dar un par de pasos casi perpendicular al suelo, saltó por encima de ellos mientras cargaba la barra y la clavaba en un bidón de lo que, sin duda, debía de ser algún tipo de gasóleo. Con una explosión el bidón reventó llevándose a varios soldados con él.

Tony cayó al suelo y observó la batalla. Cerca de él, Khan se cebaba en Tormenta…¡¿Tormenta?!… No, no. Sin duda debía ser aquel agente que podía cambiar de forma. Estaba tan distraído que no vería llegar su siguiente ataque.

Cogió uno de los cascos de los soldados caídos y lo lanzó justo en el momento en el que estaba encima del villano, haciendo que impactasen cuatro cuñas de cristal en el objeto que, al hacerlo estallar, se convirtieron en decenas de trozos ardientes que cayeron sobre Khan, hiriéndole. Por suerte, Iskandar, en forma de Tormenta, era mucho más liviano y se vio escudado del ataque de Tony por el gran cuerpo del Conquistador.

Una voz débil sonó en la mente de todos.

"Ragazzos[35], algo de ayuda nos vendría muy bien por aquí…"


Tecleando unos segundos más, todo se desorbitaba. Todos estaban peleando como bestias sin sentido, cuando la respuesta estaba allí, tan clara… Un anuncio telepático, tendría que esperar. Si bien no era el mejor con las computadoras, sí que sabía lo que hacía: Tan solo se trataban de analizar las medidas, el tiempo de llegada, las acciones…y de guardar toda la información Shi'ar posible, recordando la paga que obtendría de ello. Solo unos momentos más rompiendo unos códigos y…listo, allí estaba. Anillium se separa de la computadora y cables de la nave. Tal vez el tipo negro tenía razón y aquello podría no ser el fin, ¡claro!…si se hacia bien.

Anillium saca una pequeña placa de metal y trasforma su cuerpo. Él era bueno peleando, pero no se trataba de eso, y era lo que los novatos, como estos no entendían. Cuando tienes cosas a tu disposición tienes que…utilizarlas. Esperaba más de ellos. Tal vez la chica genio se habría dado cuenta… Es curioso…¿qué le habría pasado a Shutdown?, sería algo que debiera averiguar, aunque no en este momento.

Antonio caminó tranquilamente entre todos los combatientes. Unos rayos lo golpeaban, pero rebotaban después. Nada importante. Se pegó a una pared, puso su mano sobre esta…y la tocó. Sintió el metal de toda la cubierta, su densidad a todo lo ancho de esta y también su resistencia. Él mismo podría, en ese momento, abrir un hoyo y que todos fueran succionados por él mientras se uniese a la pared, haciéndose inamovible… Era tentador, pero ese no era el plan, al menos no todavía.

Se dio la vuelta tranquilamente. Aquel "chillido" que llegó a su mente hacía un rato, ahora era el momento de prestarle atención. Se acercó a una de las naves, tocó su escotilla y un agujero se hizo a través de ésta, dejándolo entrar cómodamente para, después, cerrarse tras él. Se sentó en la consola de la nave, conectó la computadora, tecleó unos momentos, arregló el sistema y, entonces, se agachó.

Ya estaba todo listo. Ahora era cuestión de prender aquella máquina. Se agachó bajo el panel, como cuando robaba carros. Era el mismo trabajo…solo que un poco más complicado. Cortar unos cables por aquí y otros por allá…y en unos minutos había terminado. Salió de la nave con su mini computadora en el brazo, regalo de su jefe, por supuesto, y prosiguió con la siguiente computadora con una serenidad total. Ahora el proceso sería más rápido, ya que sabía los códigos y qué cables cortar.

— "Perfecto" —pensó.


Tardó un rato, pero cuando estuvo listo salió de la nave. ¿Qué sería?, ¿la número doce o trece? Ya estaban todas arregladas, así que ahora era el momento. …¿Guardias? ¡Ja! Por favor, Khan…¡Ja, ja! —Miró a su computadora, tecleó por unos momentos y, cuando le faltaba tan solo iniciar…sonrió y levantó la mirada.

Anillium: Ah…¡cómo me gusta ser tan bueno! ¡Ey, todos! Para que lo sepan, ¡yo hice eso!


El grito de Anillium estaba, al parecer, bastante fuera de lugar. Todos peleaban con todas sus fuerzas y él parecía parlotear cosas sin sentido.

Los primer en verlo fueron Rage y Shaman, dado que entre todos los gritos, si bien lo escucharon, no todos se voltearon.

Shaman: ¿Qué?

Rage: ¿De qué hablas? ¿Qué es eso?

Anillium: Esto[36]


Anillium presionó el botón y la naves comenzaron a trabajar. Todas se encendieron, la energía se empezó a acumular y lo hermoso se mostró. Las naves no despegaron, pero comenzaron a disparar a diestro a sinestro. Tres naves estaban siendo dirigidas hacia Khan, quien, al verse como objetivo de los disparos de sus propias naves, no solo se desequilibró, sino que comenzó, como pudo, a esquivar los rayos, teniendo que dejar de golpear a aquellos a los que tuvo apresados.

El ataque fue completamente sorpresa para todos. Nadie había pensado que aquello pasaría. Las naves estaban programadas para solo atacar a soldados de Khan y no a Chiquillos-X…o chicos malos.

Anillium sonreía en medio de esto, pues los rayos de sus enemigos no podían atravesar el casco de la nave. Ante las naves, ellos no corrían ningún riesgo, pero eran sumamente devastadores para todos los soldados, por lo que era sumamente desproporcional.

Toda fuerza de élite de Khan se había acabado casi con el primer disparo. En medio de todo esto estaba Anillium, dirigiendo los disparos con una sonrisa en el rostro.

Rage: ¿Eso?[13]

Anillium: Vamos. Admítelo, yo sí soy un genio[10].


— ¡Ja, ja, ja! Nunca dejarán de sorprenderme, X-Men.


Khan estaba solo de pie. Todas sus tropas estaban heridas y algunas muertas. Los pocos que se arrastraban, o comenzaban a despertar, usaban todas sus fuerzas para acercarse a Khan y seguir peleando. Al Conquistador la escena le conmovió, mientras que a Eon le enfureció.

— ¡Ya fue suficiente! ¡Esto es lo que has creado, Khan! ¡Muertes y dolor! ¡Maldito arrogante…!


Los poros de Eon se abrieron, sus músculos se acoplaron en pequeñas placas y formar cuencas microscópicas. Del centro de su ser el motor comenzo a rugir y la explosión fue instantánea. Todos en el rango de alcance fueron golpeados. Neo-X, Abyss, Strikers, Elite, Espías, Khan, heridos, muertos…todos.

— …¿Sue…ño? ¿Eso es lo que tienes? ¿Con eso pretendes vencerme y que olvidemos lo que hicisteis antes…y ahora?

— Pudo ser dolor, mareo, cosquillas, ganas de ir al baño, picazón, entumecimiento, calor, tristeza, frio, condenación…cualquiera me hubiera servido para vencerlos y dejarte en ridículo, pero mira cuál elegí. ¿Y sabes porqué? Yo te contesto, no te preocupes, porque no vinimos aquí a matar a nadie. ¡Estúpido, estúpido, estúpido! ¡Ya me enojé!

— ¿Apenas?…

— Me refiero a mucho, realmente mucho, Hermes. ¡Ya estoy muy prendido!

— Espera, Eon. ¿Por qué atacaste a todos? Batallé para defendernos a tiempo y no sabía si nos freirías o nos atontarías.

— Pero yo sí, Shamy. Sé que eres el mejor con tus defensas psi[37]…y volviendo al tema… Tú lanzaste el virus, ¿verdad? Cientos de personas murieron y ahora están ahí, ¡actuando como enfermos sólo por tu maldita culpa!…¡y ni intentes mentir!, ¡seguimos la señal que lo comandaba desde tu nave! ¡Una amiga murió por eso! ¡¿Entiendes?! ¡Y todo lo iniciaste por tu estúpida venganza por no poder conseguir lo que no es tuyo!, ¡maldito arrogante!

— ¡Los mundos son míos para conquistar! ¡Los e ganado por derecho propio! ¡He peleado, sufrido, sacrificado y logrado más que ninguno de ustedes! ¡La arrogancia no existe en la grandeza verdadera! ¡Tus excusas y quejas no son nada para mí, igual que no son para ti aquellos a los que pisoteas! ¡Erras si crees comprender, y calificar, a mi persona con la simpleza de tus ideas! El bien y el mal para mí son herramientas, y si mil mundos destellan más que tú al estar bajo mi mando, entonces ¡no me detendré!


De un giro rapidísimo, Khan saca un arma y apunta hacia un lugar perdido a la distancia. El disparo sale, milésimas de segundo después, destruyendo un panel escondido. Automáticamente las naves, en el hangar, chisporrotean y caen pesadamente al suelo, reventándose. Las compuertas del hangar también se abren y, tras ellas, al menos dos millares de soldados se agrupan en perfecta formación.

— Nunca tuvieron ninguna oportunidad. Ahora, como nota al pie de su página…sí, yo desaté el detonante sobre tu ciudad, dejando que entre ustedes se destruyeran y pudieran dejarnos el camino libre. Después de todo, no es la primera vez que su planeta presenta tal inestabilidad que necesita ser controlado. Ahora, maten a todos menos a uno. Ustedes escogerán cuál, y éste será el mensajero para sus naciones y "héroes".


Mientras hablaba, Eon apuntó directamente a la cabeza de Khan.

— ¿Dispararás?…lo dudo. Eres blando y, de todos modos, ni siquiera permitiré que lo intentes.


Al momento, Khan se lanza contra Ivan, derribándolo y preparándose para golpearlo de nuevo. En un parpadeo, Khan es lanzado por Hermes, quien derrapaba por la corta distancia que corrió, hacia los demás "X"s y Strikers.

— Somos un equipo.

— Y nos movemos como tal.


En ese instante, todo el ambiente pareció transformarse. Los soldados se movieron en punta, lanzando disparos de corto alcance que fueron detenidos por los dos mutantes frente a ellos: Shaman y Eon, quienes se levantaban, de sus respectivas paredes, para detener todo avance y disparo.

Por su parte, Khan ahora parecía una bola de playa, siendo lanzado, una y otra vez, por Hermes hasta que fue alcanzado por Enix.

— Rey de reyes…y todo eso, espero que tengas suficiente para el arranque.


Alex comenzó a succionar energía a toda velocidad, sin embargo Khan la tomó del brazo y la lanzó, siendo atrapada, inmediatamente, por Hermes.

Por su parte, Nigthmare se colocó en medio de los dos líderes de equipo y, sin mediar palabra, abrió un portal del cual salió un ejército de diablillos, lanzándolos, instantáneamente, contra el ejército y el mismo Khan, cayendo hincado un poco después.

Mientras tanto, los Strikers se agruparon también para pelear. Jofiel fue el primero en caminar con paso decidido hacia los soldados, aturdiéndoles con la mente sin avanzar más allá de las barreras; Fangoria estaba herida en la cabeza. Su sonrisa no dejaba de asustar, así como su poder, que trastornaba tanto como podía a sus enemigos. Estaba batallando para crear el efecto a distancia, pero lo hacia magistralmente; Rage estaba enfocado. Cada disparo atinaría a donde debía. Fin de la discusión; Tony ayudaba a Noctem a levantarse, mas su líder y compañero ya lograba sostenerse sin ayuda. Cuando consideró que era suficiente, Il Tiratore tomó todo lo que encontró en el suelo y causó una lluvia de chatarra que estallaba contra las tropas de Khan; Por último, Revenge…bueno, él ya tenía en su punto de mira al Conquistador.

La pelea estallaba sin miramientos. A lo lejos, dos observaban con detenimiento. A Anillium no le interesaba el asunto y estaba más preocupado en encontrar una vía de escape, mientras que Iskandar tenía el orgullo algo lastimado, mas la mente continuaba en calma. Estaba pensando en cómo salir ileso y poder humillar al idiota ese. Frente a ambos, y sin ningún aviso previo, un portal destelló de energía antes de apagarse, tan solo para volver a prenderse y dejar ver a un RoloX seguido de un séquito de centinelas de varios tamaños y formas.

Repentinamente, el epicentro de la batalla giró y cambió. Las paredes transmutaron y los engranajes de la creación se forzaron.

Todos aparecieron en un campo extenso y muy desolado. La tierra, verde olivo y gris, parecían hacer dunas, aunque no estaba arenoso y más bien parecía una pradera de gigantes dimensiones. En el cielo se podía contemplar un par de soles alejados…y más inmensidad. Estaban en una zona en medio de la nada.

Sobre todos ellos, un reptil extraño jugueteaba plácidamente. De repente, volteó a verlos extrañado y se transmutó en un alienígena más humanoide. Al hablar, su voz sonó como un trueno, mas fue ajustándose hasta llegar a decibelios normales.

— Demuestren quién es el mejor. Será aquí y nada más.

— Te dije que no te entrometieras, Extraño.

— ¡¿El Extraño?!


Al escuchar eso, la piel de Eon, Shaman y Noctem se erizó totalmente. Ellos habían leído bastante de los Archivos-X y lo que ahora contemplaban les paralizó de miedo. Los demás, o no entendían o no les importaba mucho.

— Bueno, ¿a qué esperan? Su supervivencia está de por medio, y no solo eso, sino mi ayuda. El trato que forjé con el "Conquistador" en su momento me pareció apropiado. Sin embargo, y aunque él ha cumplido facilitándome la búsqueda de los grandes secretos de este universo, he descubierto, por mí mismo, que estos terrestres tienen varias nociones interesantes. Así que forjemos otro trato: Ganen y tendrán las miserias que sobren. Pierdan…y su destino se hará manifiesto. Tan solo recuerden que quien podrá reclamar el premio no serán ustedes, sino sus aves acosadas. Sepan quién se los da…o no.


A muchos millones de kilómetros, un desmayado Shaitan se levanta y repite las mismas palabras de El Extraño, mientras flota en los aires[38]. Después de eso, cae pesadamente y, con un rugido, gira el rostro hacia todos los presentes:

— ¡Mi señor Khan tendrá su premio!


Enix: Compu…

Hermes: ¡¿Qué es esa cosa?!

Eon: Una IA… Un amigo… Era…¡es!…bueno…no lo sé.

Shaman: No he visto centinelas reales en un tiempo. ¿Están de nuestra parte?


El eclipse terminó y todo el paisaje retornó a la normalidad, casi tan rápido como empezó. Los centinelas finalmente tocan la tierra y, frente a ellos, una figura conocida se muestra: Un poco más grande, pesado, empapado en virus de tal manera que parecía piel real…y casi respirando.

Khan: …

RoloX: ¿Sorprendido? Tus hijos han vuelto para ver a papi…y trajeron a unos amiguitos para jugar.

Khan: ¿Quién eres?

RoloX: Soy una de las "víctimas" de tu deseo de poder. He venido a agradecerte. El virus y yo hemos mutado juntos para convertirnos en seres independientes de lógica. Gracias a ti he podido experimentar aquello por lo que los mamíferos creen que vale la pena vivir: El hambre…el deseo…el odio.

Khan: ¿Vienes a ayudarme?

RoloX: Desde luego. Tu virus y yo estamos aquí por ti…mmm…


En un parpadeo, la piel de RoloX se convierte en cientos de tentáculos que envuelven a Khan, antes de poder decir o hacer nada para evitarlo. Algunos gemidos pudieron escucharse al principio, así como algunos lamentos. Khan, el gran Conquistador, estaba pidiendo ayuda. Podía sentir cómo su piel se desgarraba y, por sus heridas, el virus se introducía en su cuerpo, asimilando y comiéndose a su ser por dentro. Sus gritos apenas podían llegar a ser escuchados por cualquiera de los presentes.

Los seguidores del gran Conquistador Khan estaban demasiado débiles como para pensar en enfrentarse a cualquier enemigo ahora.

RoloX: Ríndete. Déjame poseer tu cuerpo. Resistirse es inútil.


A pesar de todo el poder que el virus utilizaba sobre su presa, éste parecía no verse afectado. Evidentemente estaba listo para defenderse del virus, sin mencionar su infame deseo de poder, además de que su amor a la guerra era mucho más fuerte que la perfección tecnológica presente. Al darse cuenta de que nada podía ya penetrar aquella coraza, RoloX encierra a Khan en una burbuja de virus.

Khan: ¡Desgraciado! ¡Me liberaré de esto enseguida, te mataré y luego dominaré el mundo!, ¡escoria!

RoloX: Un espíritu fuerte viene de muchas formas, ¿verdad? Esto es demasiado, incluso para mí. No importa. Pronto lograré encontrar una forma para infectar a tu gente. Por ahora quédate ahí y piensa en lo que has hecho. Mañana discutiremos tu castigo, caballerito.

Enix: ¡RoloX!


Antes de complicar las cosas, Eon toma la mano de Alex para alejarla de la situación. "Las cosas ya son muy complicadas", le dijo con la mirada

Enix: ¡Suéltame! ¡Este es mi problema! —Alex se zafa la mano, pero Ivan salta para sujetarle las piernas.

Eon: ¡No seas imprudente, o nos costaras la vida a todos!


Mientras tanto, RoloX estaba de brazos cruzados, moviendo la cabeza y disfrutando del show de la desesperación de aquellos que lo habían lastimado. Cuando se dio cuenta de que no se moverían más, se acercó a ellos lentamente.

RoloX: Poco a poco, el mundo está destinado a la extinción. Lo único que nos mantiene vivos es nuestro deseo de saciar nuestra hambre, y lo único que sacia la mía es su humanidad… Eso que a ustedes solo les causa dolor y angustia, a mí me da placer y poder. Intento quitarles algo que no quieren, algo que no necesitan. ¿Por qué pelean? Este mundo sería mucho mejor si las personas no pelearan.

Enix: Siempre fuiste muy bueno entrando en la cabeza de las personas.

RoloX: Siempre fuiste una niña caprichosa que no veía la realidad.

Enix: ¡Tú no ves la realidad!

RoloX: Bueno…puedo ver a unos cuantos mutantes, bastante cansados, a unos cuantos marcianos, más que heridos gracias a ustedes, un increíble conquistador derrotado y una horda de Centinelas repotenciados con tecnología patentada por un servidor. Matemáticamente están en un lío gordo.

Noctem: ¡¿Cómo puedes seguir con vida?!

RoloX: Pronto lo entenderán todo…cuando formen parte de nosotros.


Esta era su prueba. Shaman lo pensó claramente. La pelea más larga y terrible de su vida, pero se prometió que viviría, que continuaría.

Rumsey volteó para ver a sus amigos, sus aliados, los seres humanos con los que lucharía por última vez, pero, ante todo, en los que el hindú confiaba. Aún había cosas que hacer…y sobreviviría a ello. Regresaría a a india algún día, a su monasterio y contaría sus aventuras con los chicos de Xavier. Nadie recordaría sus errores del pasado y todos verían sus logros como persona, en nombre de los mutantes…no…no solo de ellos, en nombre de la humanidad.

Mandó mensajes de aliento a los suyos. Podían ganar. Aunque la situación fuera difícil, podían hacer el milagro.


Jofiel se había hartado de matar guardias, de luchar contra robots, antes con infectados y antes aún con agentes de SHIELD. Habían sido dos días muy duros y, para colmo, ahora esto: La mayor de todas las luchas que habían transcurrido en estas más de 24 horas, que a él ya le parecían meses.

Había que ganar esta batalla, pero no se le ocurría cómo podría hacerlo…y desde que habían cruzado el portal no sentía la paternal presencia de Dios, que siempre notaba en su nuca.

Jofiel: Dios mío, ¿por qué me has abandonado?…


Todos parecían estupefactos. No parecía que nadie supiese qué hacer. Ya lo habían dado todo en varias ocasiones y aún necesitaban dar más.

O alguien proponía un plan, o todo estaría perdido.


¡Fiyo della gran mignotta robot di merda... è loro non conosce quando rimanere guasto , cazzo![39]


Noctem miraba a RoloX con un gesto de absoluto desprecio. Le habían atacado, golpeado, bapuleado, insultado e incluso llevado hasta el extremo de casi morirse.

¡Cazzo! Nell'accordo, quasi sono morto di un infarct ed ho rinviato all'aumento me, ma al mio non hanno volato a me almeno in 1000 parti, rompicoglioni.! Dieci una pochi eleganza e voi fanno prego per seguire completamente, macchina di merda![40]


La verdad era que insultar en italiano no servía para mucho, pero al menos a él le estaba relajando sobremanera. Además, mientras hacía aspavientos en dirección del, auto-proclamado, salvador de la conciencia colectiva de no se qué y no se cómo, aprovechó para contactar con todo el grupo. Tenía un plan, pero nada garantizaba que aquello fuese a salir bien.

"Tenemos una opción. No garantizo el éxito, pero al menos doy una posibilidad. Shaman, tú y Jofiel podéis conectarnos a todos telepáticamente. Hacer que uno de nosotros tenga los conocimientos de todos, los reflejos de todos, las capacidades de todos, y mientras yo podría intentar enlazarnos en un vínculo místico. He estudiado sobre ello en libros antiguos y creo que podría hacer que cada uno de nosotros le "prestase" nuestro poder al foco del conjuro."

"Y en vez de eso, ¿por qué no atacamos todos juntos, blanquito?"

"Es otra posibilidad, Evan. No sé tú, pero al menos yo no creo que pueda hacer mucho más que ensuciarle los zapatos con mi sangre. Khan casi me arranca la pierna con ese codazo."

"A mí, apenas me queda energía y…bueno, quizá podría absorberla de RoloX, pero no quiero hacerle eso a mi compu."

"Está bien. Hacedme esa cosa. RoloX es de los Abyss…o al menos lo era, así que es mi responsabilidad."

"No creo que sea una buena idea, Eon. Quizá alguno de los Striker, ya que tienen factor de curación."[28]

"¿Y qué os parece Hermes, Shaman?"

"Bart…pero es muy joven. Es el más inexperto. El…ya sé a qué te refieres. Creo que podría llegar a funcionar"[28]

"¿Yo? ¡¿Yo?! ¡Wow!…¡vaya!"

"¡¿Ese enano?! ¡Venga ya! ¿Me estáis tomando el pelo? Ese mequetrefe no podría con eso. No tiene pelotas."

" Él es el indicado. Aún está en proceso de aprendizaje, así que toda la información que descarguemos en su cerebro será rápidamente asimilada, y es el que menos peligro corre de quedarse como un vegetal con esto"[28]

"Eh…¿vegetal? ¿Cómo que vegetal? ¡Vamos, jefe! Eso no lo habías mencionado…"

"Sí. Además, Revenge, su metabolismo de velocista le permite recuperarse con mucha rapidez. Sólo él podría aguantar, el tiempo suficiente, la sobrecarga mística que el conjuro producirá…y haz el favor de no gritar en mi cabeza. Ya me duele bastante. Bien, ¿qué opináis? ¿Nos lanzamos con esto o alguien tiene un plan mejor? Estoy abierto a sugerencias y aún me sé bastante insultos como para soltarle al robot."


…"Vegetal"…

Enix: "Tranquilo, Bart. Todo irá bien. Si por mí fuera, lo haría yo."

Bart: "¿En serio?…"

Enix: "Sí, pero es que a mí no me va bien la telepatía."

…"Esto no es un teléfono"…

Enix: "Bien. Sigamos el plan de apoyo a Bart."…"Pobre chico…lo que le toca…"


Alex estaba perdiendo el control poco a poco, a pesar de que ya se había liberado. Cada vez que observaba la situación, su mente se llenaba de odio. ¿Acaso tendría que dejar morir a otro?


Detectándose anomalía psíquica. Conexión mental de objetivos detectada. Expresión facial anormal.

RoloX: Veo que no entienden que no pueden pillarme desprevenido, jóvenes. En el tiempo que he pasado con ustedes he podido aprender qué es lo que les mueve la cabeza. No les permitiré agruparse en mi contra.


Rápidamente, varios grupos de centinelas se elevaron hacia los jóvenes mutantes. Cada uno de los integrantes del grupo era atacado por un grupo de centinelas. Al separar a cada mutante del grupo, cada uno debía utilizar sus habilidades individuales y, sin un plan de reserva, no podían más que esperar a que su entrenamiento fuese suficiente para defenderse de los centinelas reales.

Cualquier habilidad grupal…cualquier posibilidad de complementarse entre si, era imposible mientras no pudieran demostrar su poder real.

Cada mutante estaba rodeado…todos, excepto Noctem.

RoloX: Vedo che singolo siamo vostri ed I. Voi è l'una verità intelligente? ¡Quel dolore che fingete essere una macchina! Mammiferi loro li avete incitati per pensare e fare tutto…in modo che poteste fare che cosa hanno desiderato[41].

Noctem: Questa volta assicurerà a me che morite… anche se la i io stesso deve farla[42].

RoloX: Por favor…[6]solo estás haciendo tiempo, y lo sabes.

Noctem: …


La mirada en el rostro de Noctem no era ni de miedo, ni de preocupación…era de pura ira. Jamás se había enfrentado a un enemigo tan arrogante y despreocupado. Solo se enfocaba en su objetivo, y no veía, ni sentía, nada que lo distrajera de eso. Parecía no poder equivocarse, pero…¿cómo pudo elegir este camino si no puede equivocarse?

Noctem: Ne…no dejaré que lu…lastimes a nadie más.

RoloX: Entonces detenme, muchachito[43].


Tres centinelas…tres centinelas alrededor…tres centinelas alrededor y atacando.

Anillium: Robot idiota. Un enlace telepático. Muy lindo, pero el robot está peleando como reacción. Ataques de centinelas…malditos. Son torpes, pero sus golpes son muy efectivos. Hay que esquivarlos mientras averiguo cómo controla a los centinelas. ¿Es solo un robot? ¡Maldita sea! Soy un ladrón, no un superhéroe. Robar es lo que hago…y robar es lo que haré[36] —piensa.


Los centinelas atacaban ferozmente. Anillium saltaba encima del brazo de uno, y corre hacia su cabeza. Están hechos de metal, pero no se ve rastro amarillo…no se ve el rastro del virus…así que no están contaminados, al menos no de la forma normal. ¡Brillante!, era un robot brillante.

Toma una parte de la cabeza del centinela y, con su poder, abre un hoyo y corta los cables, quedando apagado. Los otros dos centinelas se voltean rápidamente y Anillium cae al suelo para poder atacarlo.

El problema para los centinelas era que son seres de metal, y Anillium es el dueño de esa materia. Rayos pasan, pero el espía logran esquivarlos. Corre y toca la pierna de cada uno de estos e, inmediatamente, las hace desaparecer. El metal se escurre en el suelo, mientras los centinelas pierden el equilibrio, chocan el uno contra el otro y, finalmente, caen.

Anillium: ¡Uf! Eso fue entretenido. Ahora…


Anillium se acerca al centinela restante, vuelve a subir, conecta los cables del centinela y, por fin, lo descubre…justo en el momento en que su computadora portátil se contamina y no puede seguir analizando al centinela.

Anillium: ¡Demonios! No podré controlarlos. Es un maldito virus viviente. Si prendo esta porquería, él tomará el control de nuevo…y si…¡sí!


Noctem, por otro lado, estaba viendo qué podía hacer contra RoloX, pero este tenía toda la ventaja. Se quedó un momento en posición defensiva hasta que RoloX volvió a hablar.

RoloX: ¿Y…estás analizando datos? ¡Ja! Humano, no puedes entenderlo. Si terminaste, te nos unirás…y luego tus amigos…yKZZ_KJKJJJ…

Noctem: ¿Qué demonios pasa aquí[13]?

Anillium: ¡Ja, ja, ja!


El golpe de un centinela había volado a RoloX, mientras que el centinela caminaba de manera muy diferente a lo normal: ahora caminaba, y reaccionaba, ¡como una persona! ¡Sí!, Anillium estaba dentro del centinela.

RoloX: ¡¿Qué kkkz…?!…sistema de sonido reparado… No es posible. Es ilógico. ¡No deberías de poder sobrepasar mis comandos de defensa!

Anillium: ¡Ja, ja, ja! No lo hice. Estoy manejándolo "manualmente". Es difícil, pero ¡vaya que es lindo tener un centinela! ¿Te gusta?

RoloX: ¡Bah! ¡Ja, ja, ja! Con eso no lograrás nada.

Anillium: Sí. Tal ves no consiga mucha diferencia, pero…¡oh!, ¿qué es este botón?[4]


Un rayo salió de la mano del robot, y golpeó a RoloX, echándolo a volar, mientras el centinela, con Anillium, comenzaba a caminar hacia los demás centinelas.

Anillium: Y recuerda, robot, …y que te quede bien claro, que los humanos tenemos un mejor cerebro que las máquinas. ¡Somos mejores, basura!

Noctem: Que vient ici de passer?[44]

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"Estoy de acuerdo."


Shaman había mandado su mensaje a Noctem y estaba dispuesto a seguir con su plan, pero antes debían vencer a los centinelas. Shaman tenía, frente a él, a uno de ellos.

— "¡Maldición! Estoy tan cansado…"


Shaman levitó velozmente y comenzó a esquivar, en el aire, los ataques del centinela. Lanzó rayos con su piroquinesis, acertando cada ataque.

El centinela lanzó unos proyectiles. Shaman se acercó a su cuerpo metálico y comenzó a correr sobre su pecho y espalda. Los misiles, que seguían a Shaman, comenzaron a chocar con la propia máquina mientras el mutante lanzaba más rayos piroquinéticos, hasta que el robot fue destruido, generándose una explosión. El hindú se protegió con su escudo telequinético y salió sin ningún rasguño.

— "Ya estoy al limite, pero mi telepatía está bien, así que esperaré a que todo termine…a menos que alguien necesite mi ayuda."


Revenge estaba muy rabioso. No sabía porqué, pero la cabeza le estaba dando demasiadas vuelas. Parecía que le iba a estallar.

Revenge: Nocten, sabes de sobra que prefiero un ataque directo…y no confío en el enano ese. Por diversas razones preferiría ser yo el que tuviera que hacer las cosas…y en mi defecto, el angelito. Como sé que no me vas a hacer ningún caso, pásale todo mi poder, que es mucho, y que machaque a esa cría de pajar y ordenador. …Pensándolo bien, ¿su madre cómo coño sería?

Noctem: Bien, signore[17] Kane. Es usted razonable por una vez. molto bene[45].


Revenge saltó por encima de la minúscula representación del daño que le producía la presencia del centinela. Parecía que éste se adaptaba a la fuerza física de la propia bestia, por lo que, a la primera dentellada que le propinó al cuerpo, éste quedó trastabillado. El robot parecía que se había adaptado tarde…normal, dadas las circunstancias en las que estaba sucediendo todo.

Centinela: rgshn…wejhh[46].

Revenge: Sí. Te entiendo, muchachote. Venga, vayamos a pegarnos de ostias un rato, anda.


Revenge sacó los huesos a pasear y se lanzó contra el robot, metiéndoselos en la coraza de metal, al tiempo que congelaba sus partes, haciendo que el robot empezase a ir lento…cada vez más lento…y más…hasta que, de repente, el robot cayó al suelo explotando y dejando las piezas esparcidas por toda la sala.


— ¡RoloX, tienes que detener esto! ¡Por favor, no puedes seguir peleando contra nosotros!


Aunque Eon gritaba a su compañero, éste estaba demasiado centrado en la pelea para escucharlo. A pesar de todo, Eon seguía gritando y gritando, porque RoloX recibía, claramente, su voz. Tan solo no lo escuchaba.

— ¡Vamos, RoloX!

— Eon, ¡apúrate con tus centinelas! ¡Nos necesitan! La maquinita entrará en razón, ¡pero estos mugrosos, no!

— ¡Sí, Enix!, es solo…que…esto no es…¡un juego de niños!


Los centinelas resistían cualquier ataque sin dañar su estructura, mas su masa sí que se desplazaba y, después de algunos disparos de luz de Eon, éste notó que no los rompería, ni aunque usara su láser, y no lo necesitaría si supiese dónde pegar.

— …"Patineta de luz". ¡Ja, ja, ja! Gracioso nombre…


Desplazando su energía, a través de los pies de los centinelas, tumbó a cinco de carrerilla. Aquello no les haría mucho daño, pero si el plan de Noctem era el ataque de una "súper-unidad", primero necesitaban hacer el mayor daño de área posible, y así Hermes tan solo tendría que rematar a todos.

Zzztttppls.

— ¡…Gkkk!


Ivan Nikolev cayó al suelo. La sangre formó un charco, instantáneamente, mientras su brazo temblaba y se sacudía. Lo que antes fueran su muñeca y mano izquierdas ya no eran más que polvo y cenizas. El centinela lanzó otro rayo más, pero este fue detenido por un oso de Brian, que se desintegró al instante. La mirada de Nigthmare era de consternación y pena. Los demás estaban trabajando como un reloj, por lo que no lo notaron.

Eon cesó de sacudirse en el suelo. Se levantó un poco y volvió a caer de rodillas. Lloró, se levantó de nuevo y, con la mirada perdida, prosiguió derribando centinelas…o haciéndoles perder el equilibrio. Rango. Unidad. Ayuda.

Estaba tan cansado que su mente ya no estaba con él. Era producto del instinto y del entrenamiento de héroe que había tenido. No entraría en shock…o tal vez ya lo estaba, pero no permitiría que le detuviese. Su cuerpo había sido curado, pero su espíritu no. Herido sí, pero peleando.


El robot se había recuperado rápidamente del ataque fraguado por Anillium. Había sido una idea magnífica, pero, varios comandos de bloqueo después, RoloX ya había conseguido que el hackeo del espía se limitase a un solo centinela.

De nuevo, el robot centraba su atención en Noctem quien pensaba, desesperadamente, cómo iba a luchar contra alguien que era inmune a sus poderes mentales. El truco de las teleportaciones no iba a volver a funcionar, al menos no ahora que estaba tan reciente, y él no tenía fuerzas para intentarlo de nuevo y seguir adelante con el plan.

Atacar a Rolox a base de puñetazos…bueno, era metal puro y, aunque consiguiese frenarle, no estaba en condiciones de iniciar un cuerpo a cuerpo contra él. La cámara Shi'ar no había podido curarle, debido a su morfología "híbrida". …¿Surtiría efecto absorber su sombra? ¿Dónde terminaba la inteligencia artificial y empezaba el alma?

En medio de sus pensamientos, una tremenda guadaña pasó rozándole la cabeza. Apenas consiguió agacharse a tiempo. Los ataques no habían hecho más que empezar.

¿Sopesas tus opciones, Noctem? ¿Te facilitaría las cosas que te informase del porcentaje de victoria que tienes contra mí? ¿Te rendirías y dejarías que te absorbiese?

— …¡Uhnf!. —Gabriel esquivó otro de los golpes de RoloX lanzándose a un lateral.— Sinceramente lo dudo.

Eso me parecía, y sinceramente me alegro. Reconformarme después de que una masa orgánica te haga explotar en 1432,4 pedazos no es agradable.


RoloX proyectaba golpes mientras una mueca, demasiado parecida a una sonrisa, aparecía en su metálico rostro. Mientras en el suelo, el mago se arrastraba evitando los golpes que, con cruel indolencia, le iba lanzando la máquina.

Para no tener sentimientos humanos, aquella máquina estaba disfrutando de su venganza.

Pobre robot…¡unhg! No sabe la pena que me da…


Cuando la espalda de Noctem tocó una pared de piedra, supo que no había a dónde huir. Shaman acababa de terminar con su centinela, pero no podía pedirle ayuda. Necesitaba que estuviese freso para lo que venía a continuación, y Revenge, al fondo, reía sádicamente cuando la enorme masa de metal, contra la que había estado luchando, cayó.

"Shaman, en cuanto Jofiel termine con lo suyo, enlazaos e id conectando al resto. Revenge, ayuda a Hermes. Lo necesitamos en las mejores condiciones posibles."


Cuando la guadaña cayó sobre él de nuevo, sólo le dio tiempo a pensar "¡Santa Madonna! Per favore, per favore[47], que haya muertos por aquí", mientras trazaba una runa en el aire y musitaba unas palabras con las que se encomendaba a la magia. Si alguien había caído en ese lugar de la batalla, parte de su alma seguiría allí y podría protegerse con eso. Noctem vio la guadaña a un centímetro de su rostro. "Esto es el fin", pensó, pero el arma no bajó de ahí. Cuando alzó el rostro para mirar la escena, vio a un sorprendido RoloX forcejeando para que su arma impactase. Volvió a alzarla y la descargó de nuevo con furia, pero parecía que la barrera resistía, al menos por ahora. Bueno. Si el resto hacia su trabajo, tal y como parecía que estaban haciendo, él, sin duda, haría el suyo: Gabriel cerró los ojos y comenzó a respirar hondo. Dejaba atrás la lucha, dejaba atrás el ruido, dejaba atrás el hecho de que tu barrera mágica estaba fallando porque un robot asesino estaba intentando partirte en dos con una guadaña…

— ¡Merda[48]! ¡Con sè da non concentrarsi a me[49]!


De pronto, el italiano escuchó un grito y un gorgoreo. Miró hacia todos los lados hasta que lo vio: Eon estaba tirado en el suelo y sangrando. Eon tirado en el suelo, sangrando y ¡sin una mano! Sin darse cuenta, Noctem se levantó del suelo y, con la cabeza gacha, se miraba las manos: tenía tan apretados los puños que los nudillos se le habían quedado blancos. Notaba la sangre resbalar entre sus dedos y vio como abría las manos, dejando las palmas al descubierto cubiertas de heridas auto-infringidas. Alzó el rostro, al tiempo que alzaba las manos, inmerso en un trance casi hipnótico y comenzó a moverlas grácilmente de un lado a otro, dibujando formas y runas totalmente desconocidas en aquel lugar. Entre dientes, susurraba un cántico. Cuando al fin abrió los ojos de nuevo, una negrura total apareció en ellos y miró a RoloX con gesto impasible.

Non conoscete che cosa avete fatto[50]. —Sin decir nada más, el mago siguió conjurando. El vínculo estaría preparado en el momento preciso.

Frente a Noctem, su contrincante seguía intentando atravesar su barrera hasta que una leve sacudida eléctrica le detuvo. Era una máquina perfecta: fría, calculadora y racional, entonces ¿por qué no podía procesar aquello que, de alguna forma, estaba sintiendo? Si RoloX hubiese sido humano habría sabido que aquello que le embargaba era la inequívoca sensación que se tiene cuando alguien pasea por tu tumba.


Revenge avanzaba a toda velocidad entre los restos de los centinelas hasta que encontró al chico rápido danzando contra un par de centinelas.

Hermes: ¿Qué haces aquí, bestia?

Revenge: Salvarte el culo, muchacho. Te necesitamosentero completo para la misión, así que yo pelearé contra uno de estos dos para que no tengas que hacer nada. No te preocupes demasiado…¡a tu izquierda! —Revenge se lanzó sobre el chico y le cubrió cuando un rayo le iba a dar directamente.


Revenge cayó con la espalda en carne viva, pero se levantó enseguida y se lanzó sobre el robot gigante, al tiempo que Hermes le golpeaba por debajo a toda velocidad.

Una luz azul surgió de la espalda de Revenge, y Hermes, creyendo que era otro rayo, le avisó:

Hermes: ¡A tu espalda, bestia!

Revenge: No mojes los calzones, chico. Es el factor de curación. ¡Es malo para cazar, pero bueno para matar!


Revenge se lanzó al cuello del robot y gritó como un poseso, usando la misma estrategia que había usado contra el otro robot: congelando sus partes que comenzaron a caer por entre sus piernas gracias a la velocidad del chico, concluyendo con una gran explosión que dejaba a un solo contrincante, que caía por la mera estrategia.

Revenge: Bien. Chico, espero que estés en perfecta forma, porque esto lo vas a resolver tu solo, y que lo hagas bien, pues ese poder me va a dejar demasiado debilucho como para hacer el idiota contra ese puto robot…que por otro lado no tiene ni media ostia, pero bueno.

Hermes: Esto…¿después me daréis cacahuetes?

Revenge: Y esto es nuestro futuro…


Hermes: Emm…ok. Vamos. Tu puedes. Tu puedes hacerlo, Hermes. Ok, chicos. Creo que estoy listo para esto.


El muchacho cerró los ojos. Por su cabeza pasaron varios escenarios en donde su ex-compañero, y colega, RoloX le decapitaba con su guadaña, lo que le hizo perder la confianza por un momento.

Hermes: ¡Rayos![12]


El sudor frío empezó a correr por su frente. Ahora ya no estaba tan seguro, pero al voltear observó a Eon en el piso, ensangrentado y con la mano cercenada. No podía dejarlo ahí tirado.

Hermes: Eon! Hay que ayudarlo, se va a desangrar hasta la muerte...!! Al diablo con el plan, la vida de Eon viene primero!!!

Noctem: "¡Bart!, no lo hagas. Sé que te preocupas, pero ahora te necesitamos para llevar a cabo el plan. No te preocupes por él, yo me encargaré de Ivan. Te necesitamos bien concentrado en esto, ¿ok? Ahora, si Shaman está listo para empezar…te estamos esperando."

Shaman, a la distancia, parecía prepararse.

Hermes: ¡Uff! Muy bien. Llegó el momento. Es hora de ajustarse los pantalones y comportarse como un héroe. No defraudes a tus amigos, Bart[14].


Maldita sea…"maldita sea", estas palabras cruzaban constantemente por la mente de Enix, quien marchó contra su centinela, quien no dejaba de dispararle. Trataba de buscar una solución para RoloX, pero un grito llamó su atención: Eon estaba tirado en el suelo. Ni podía distraerse, ni, aunque quisiera ayudarlo, podía dejar su combate. Pronto observó como Ivan se levantaba lentamente y seguía peleando, así que, al menos, debía seguir su ejemplo.

Enix: Bien. Esto tiene que terminar rápido. "Ya no tengo nada más y los aliens están un lo suficientemente lejos como para no poder quitarles la energía".


Alex sólo podía esquivar los ataques del centinela. No podía darse el lujo de desperdiciar energía lanzándola a lo tonto. Tenía que encontrar los puntos claves para que el ataque diera resultado.

— "Bien. Veamos si…"


La mutante observó uno de los soportes que pertenecían a los recambios[51] de las naves y que serviría de distracción. Tan solo tenía que derribarlo. Mientras se alejaba de los ataques del centinela corriendo rápidamente a su alrededor, hizo todo tipo de movimientos.

— "¡¿Solo hay que derribarlos?! ¡Diablos! Bien. Ya lo tengo: Junto un poco de energía y le doy al soporte."


De pronto sintió la realidad más que nunca. No tenía suficiente energía para un ataque de ese calibre y, además, tenía que guardar un poco para el ataque final, pero como un regalo caído del cielo, como dirían algunos, uno de los aliens cayó a un par de metros de ella y, de inmediato, fue hacia él.

Enix: Bien. Tu me servirás.


El sujeto sólo la observó unos instantes y, después, sintió como la fuerza que le quedaba desaparecía. Alex lo tomó del rostro con sus manos, colocándose detrás de él y dejándolo seco. Aunque hubiese sobrevivido al robo de energía, las heridas que ya tenía lo matarían. Sin duda, duraría solo unos segundos más, pero su final llego antes ya que el ataque del centinela dio de lleno en él. Esto no sorprendió a Enix ya que sabía que ponerlo de escudo le sería útil.

Enix: ¡Ay!, ¡qué buena soy!


Aunque la energía no era mucha, sin duda le hacía sentir mejor.

Era hora de hacer que su plan funcionara y, nuevamente, se hallaba corriendo alrededor de la máquina, esquivando sus ataques. Preparó el primer paso, y lanzó varios rayos a la cara del centinela. Sabía que esto no le causaría gran daño, pero le serviría de distracción, al igual que los objetos que caían sobre él. El segundo paso fue dar un par de saltos y esquivas, llegando a la cabeza de su atacante de la que se sujetó fuertemente. El tercer paso fue generar una pequeña bola de energía, que iba formando en su mano, estrellándola contra el cuello y haciendo que pequeñas chispas brotaran de él. Una pequeña explosión la acompañó. Solo había destrozado una parte del cuello y espalda, pero logró debilitar aquella parte. El cuarto paso fue reunir toda la fuerza que tenía para proyectar su puño contra la parte, ya dañada, del centinela. Junto al gran golpe que destruyó esta parte, se escuchó como los huesos de su mano se quebraban.

Enix: ¡Agh! Eso me dolió.


El centinela siguió disparando, rozando parte del hombro de Alex, pero el plan debía continuar.

Enix: Bien. Quinto paso…


Alex introdujo ambas manos dentro del orificio que había logrado conseguir. Era hora de liberar toda la energía, que aunque no era mucha, dando en el lugar correcto serviría de algo. Así que la liberó toda dentro de los cables que conformaban al robot y pequeñas luces blancas surgieron dentro del centinela, explotando.

No lo destruyó por completo, pero le causaron daño suficiente para detenerlo. Alex había usado energía de más y su visión se nubló por momentos, soltándose y cayendo de espalda. Sin embargo, todo esto tan solo era un pequeño problema frente al hecho de que el centinela se precipitase sobre ella. Ya no tenía fuerzas para moverse y por segundos perdía el conocimiento, y lo recuperaba. No le daría tiempo a quitarse del lugar.

Enix: ¡Diablos!


El centinela se preparaba para un buen golpe cuando un rayo lo atravesó en seco. Su cabeza cayó, seguida de su cuerpo, por detrás de las chica-X. Ésta cerró los ojos y cuando los abrió estaba en el aire. Más aún, en la mano de un centinela.

Enix: ¡¿Qué?!

Anillium: Tranqui-ila… Estoy de tu lado, …al menos por ahora.


Anillium comenzaba a caminar con el centinela. Era sumamente difícil mover tal cantidad de metal, pero en aquellos difíciles momentos, con esto, haría mucho más daño. Se dirigió a atacar al resto de centinelas: Destruyó uno del tipo blanco, otro del de negro, ¡y vaya diferencia! Lanzó un rayo hacia otro más. Estaba haciendo un exterminio de centinelas, y debía hacerlo rápido, porque se estaba agotando.

Anillium: ¡Porquería! ¿No se supone que con esto sería más fácil? No…espera…


Intentó pulsar unos botones durante un rato, probó con varias conexiones y, tras un momento, le dio al botón y…los propulsores se encendieron y, por fin, ¡el centinela estaba en el aire!

Anillium: ¡Yuju! ¡Ahora sí! ¡Tomen esto!


Desde arriba, Anillium caía con fuerza sobre otros centinelas, pero realmente se estaba agotando.

Anillium: "Veamos…¿esto sirve? Ok. Si me escuchan, acaben ustedes con la fuente. Yo les cubriré la espalda de los ataques de los centinelas, pero no me quedará energía para darle al mocoso. ¿Estamos de acuerdo?"


RoloX: No puedes detener el progreso. No puedes ocultarte de mi. No puedes detenerme, mamífero.

Noctem: Creo que, por ahora, voy bien…y se te acaba el tiempo.


Esto era frustrante para todos: Mientras Noctem acumulaba toda la energía posible tan rápido como podía, RoloX intentaba, en vano, destruir el escudo que lo protegía. A pesar de todos los datos y análisis que el androide usaba, no entendía algo tan simple como la magia. Sin embargo encontró dentro de él un extraño resplandor, un calor…un poder que jamás había sentido antes. Tal vez…tal vez…tal vez tenía algo de humanidad que no había descubierto hasta ahora…o tal vez…

RoloX: Ahora lo entiendo. El virus se alimenta de humanos y máquinas, lo que significa que el poder humano es parte del virus. El poder humano de ver más allá de la lógica, el poder que creí que me hacía dependiente de los humanos, está aquí, dentro de mí, …y mi deseo de alimentarme es lo que lo alimenta. Ahora que tengo el poder humano. Soy verdaderamente autosuficiente. ¡Je, je, je! Ese escudo puede resistir contra una máquina, pero no contra mí. Ese poder…ahora lo entiendo: Es el poder de la oscuridad. Pues adivina, puedo destruirlo mientras crea que pueda hacerlo, porque de eso se trata el espíritu: se trata de la fe.


Levantando su guadaña sobre su cabeza, y envolviéndola en virus, el androide logra centrar el poder del alma consumida por el virus, de tal manera que logra reemplazar el poder humano y enfocarlo sobre el escudo. Un rápido y brutal golpe sobre el casco consiguió, finalmente, quebrarlo y llegar a Noctem.

Noctem: ¡Agh! ¡No!

RoloX: ¡Reza tus últimas oraciones, mago! Es el fin de los humanos y las máquinas. Pronto comenzará una nueva era…¡La era de los perfectos!


Una vez más, el androide levanta su guadaña y mira a su presa. La luz roja de sus ojos envuelven a Noctem y lo dejan casi ciego, pero cuando RoloX blande su sable, no logra golpear a nada. Su objetivo había desaparecido.

Hermes: ¡Ey! No te preocupes, Noctem, que venía de paso y decidí pasar a por ti.

Noctem: …Gracias…

RoloX: ¡Grah!


Un enorme láser es disparado desde la boca de RoloX, pero este golpea a un centinela que fue arrojado…por otro centinela.

Anillium: No creo que estemos de humor para más problemas. Quiero terminar este trabajo y largarme de aquí.

RoloX: ¡No es posible! …Todo es posible, ¿verdad? No importa, aún no me han detenido.


Sin perder más tiempo, el androide corre a toda velocidad hacia el objetivo marcad. Tal vez no podía ser más rápido que Hermes, pero le era más fácil esquivar a centinelas, mutantes y aliens por el camino…sin mencionar que, a diferencia de Hermes, RoloX no tenía a alguien tras él disparándole láseres con una excelente precisión. Finalmente, RoloX logra rozar una pierna de Hermes que hace que caiga y suelte a Noctem. Sin perder ni un segundo, el androide salta sobre Hermes pensando en caer sobre Nocten, pero es derribado en el aire por la enorme presencia de Revenge.

Revenge: Te sacaré la cabeza y me haré un nuevo cenicero.

RoloX: No me molestes, niño. Estoy ocupado.


El androide se las arregla para quitar a su atacante de encima, pero éste, a su vez, se las arregla para tomarlo de la espalda y sujetarlo con una llave. Por fortuna para Revenge, el cuerpo de RoloX estaba lleno de virus y armas láseres frontales, pero no tenía ni espacio suficiente para cargar sus pistones, ni tiempo para infectarlo. Realmente estaba inmovilizado.

Revenge: No eres tan perfecto después de todo. No tienes mi fuerza.

RoloX: ¡Grr!, ¡grr!…¡Grah!


RoloX no estaba solo: Un láser. proveniente de un centinela, golpea a Revenge por la espalda cayendo paralizado en el suelo.

RoloX: La próxima vez vence a tus centinelas antes de hacer una cagada. Volviendo a Noctem…


Jofiel estaba luchando contra dos centinelas. No sería una tarea fácil, pero no pensaba permitir que unas máquinas vencieran a los elegidos de dios…a los mutantes.

Sin pensarlo dos segundos, el albino comenzó a saltar de un lado para otro, esquivando los rayos de los centinelas mientras se colocaba de tal forma que se quedó entre los dos gigantes metálicos.

Jofiel: "Debo conseguir vencerlos pronto…y usando el mínimo de mi energía. Si no estamos lo mejor posible, el plan-b no funcionará" —piensa.


Así, entre salto y salto, corrió hacia uno de los centinelas que le intentó agarrar, pero Jofiel ya preveía esto y se enganchó a la mano del robot, usándola de apoyo para saltar hasta la zona del pecho. El otro centinela disparó un rayo y, al esquivarlo, el rayo impactó en el primer centinela, haciéndole caer hacia atrás. Con el impulso que el albino había cogido desde el centinela caído, alcanzó la cabeza del que aún seguía en pie y comenzó a golpearla, esperando ser capaz de romperla en mil pedazos.

Jofiel: Señor, vuelve a mí y dame fuerzas. Ayuda a tu fiel siervo.


Tras decir estas palabras, Jofiel siguió golpeando, esta vez con más fuerza, mientras le lanzaba al robot rayos psico-quinéticos destinados a destruir la chapa que protegía los controles primarios. Una vez abierta la brecha, el albino empezó a despedazar todo cable y circuito existente en la cabeza del centinela hasta que éste cayó definitivamente.

Jofiel saltó justo antes de que el gigantesco robot explotase y se dispuso a hablar con Shaman y con Noctem.

Jofiel: "Estoy listo. Acabemos con ese engendro pecador" —dijo telepáticamente.


— Mira, tu problema, RoloX, es que no sabes cuándo parar. ¿Estás orgulloso de haber roto mi defensa? ¿Crees que ahora lo sabes todo sobre la magia?…ja…ja, ja…ja, ja, ja…¡ja, ja, ja!…


El italiano comenzó a reír. Al principio apenas era un suave movimiento en sus hombros, al poco una sonrisa contenida y al momento una sonora carcajada que, de alguna forma, llenó el campo de batalla.

— ¡No tienes ni idea, robot! ¡Ninguna idea! ¡Nada de lo que hayas podido procesar es, ni mínimamente, aproximado a lo que es la verdadera magia! ¡Niente[52]! ¡Ma sono magnánimo, voi che sto andando esso da insegnare[53]!


RoloX estaba parado frente a él. Sin duda la venganza por ser el que le había vencido la última vez era el motor que movía al robot para centrar su ira en el italiano, pero que estuviese frente a él no era tan amenazador…ahora que Noctem había descubierto su pequeño secretito: RoloX tenía un alma, un pequeño pedazo, diminuto, insignificante, pero la tenía, y el mago sabía muy bien qué hacer con ella. Sin duda tenía que haber venido de algún lugar…y tenía la impresión de que el verdadero dueño estaba cerca. Un nigromante está en sintonía con esas cosas…y él era un "buen" nigromante. Echó un vistazo al campo de batalla, pues necesitaba estudiar a cada uno de los que allí se encontraban. No fue muy difícil hallar lo que deseaba: sólo un alma entre todas aquellas brillaba con tanta intensidad como la que portaba el robot: Eon. ¿La máquina quería un alma?, pues perfecto: Iba a saber exactamente lo que se sentía al tener una.

Dal generosity di cui li ha dati che cosa è suo. Da quello potrebbe dota di vita il metallo freddo. L'anima è vita, la vita è anima, l'anima è volontá. I voi uno. Quello che quello gli ha dato alla vita, voi ora di tutto il relativo dolore[54].


En cuanto las palabras fueron pronunciadas, RoloX estuvo unido a Eon…o mejor dicho, a todo el dolor que Ivan sentía en esos momentos. Herido, tullido, decepcionado y con el corazón roto de dolor por un amigo que les había traicionado más allá de toda comprensión.

El robot estaba preparado para muchas cosas, pero no para eso. Un torrente de sensaciones, todas desagradables, le inundaron. Sus sinapsis electrónicas no podían procesar aquello. Sus manos se relajaron, sus rodillas le fallaron y su cabeza se agachó sobre su pecho. Aquel dolor, toda aquella agonía que había causado, ahora le explotaba en cada átomo de su ser. Estaba paralizado…al menos hasta que su fría lógica se impusiese a la humanidad.

Una mano teñida por una negra sangre se posó en el hombro de Hermes y una decena de voces sonaron en su mente.

¡Adelante, Bart! ¡Es todo tuyo!


A Tony aún no lo habían conectado. A lo lejos podía ver como Shaman se concentraba para conectar a los que ya habían terminado con sus centinelas, pero en el caso de Tony, dos de ellos acababan de percatarse de su presencia. Había sido un día largo y estaba seguro de que, a esta altura, debía haber pasado como una semana peleando, aunque, en realidad, no era así. Habían pasado, como mucho, algo más de 24 horas, así que comenzó a correr.

…Centinelas…

Ni en su tiempo por el que vagaba por Italia de anónimo se hubiera imaginado perseguido por centinelas. Tony poco a poco recobraba la memoria, pero solo pequeños flashes. El hechizo de Noctem había funcionado bastante bien[1].

Los dos Robots se dirigían contra Tony, lanzando rayos raramente. Eran muy lentos, pero Tony estaba seguro de que no podría esquivarlos por siempre…al menos no en estas condiciones, y que si un rayo de esos impactaba en él, sería historia.

Frenó en seco de su escapada y viró para estar frente a los caza-mutantes. No podía hacer mucho si tenían aquellos rayos, así que debía quitárselos de encima. Ambos robots también frenaron y le apuntaron con ambas manos.

Aquello iba a ser un enfrentamiento al estilo "lejano oeste[55]". Tony juntó sus manos y después puso una delante, como una bandeja, con cuatro de sus explosivos personales, mientras que con la otra se disponía a disparar.

De un segundo a otro todo podía terminarse. No, aún no. Él no podía rendirse tan fácilmente. Tenía que cumplir su objetivo…y dos pedazos de metal no se lo iban a impedir.

Cuando los centinelas comenzaron a juntar energía en las palmas de sus manos, explotaron inutilizando sus rayos. Tony ya había disparado, sin que lo notaran, y ahora la cosa estaría un poco más igualada. Ahora debía enfrentarse, cuerpo a cuerpo, contra dos robots que multiplicaban su altura incontables veces. Genial…

Uno de los centinelas trató de aplastarlo con su palma de su mano, pero logró esquivarlo con un salto bastante largo hacia atrás, para comenzar a subir por su brazo y dejarle un presente en la unión con el antebrazo y completar la escena con un mortal con el que aterrizaría en la cabeza del otro centinela.

El centinela esquivado vuelve a intentarlo, pero esta vez con un puñetazo. Sin embargo, el azurro logra deslizarse por el cuerpo de su otro oponente y, guiñando un ojo, detona el presente que le dejó al robot. La explosión provocó que el antebrazo, y el puño, del centinela siguieran su trayectoria partiendo en mil pedazos la cabeza del otro robot.

— "Uno menos…"


Sin embargo, quedaba otro más. Tony comenzó a correr en dirección opuesta, mientras era perseguido por el robot…ahora semi-manco. Llegó a su objetivo antes de que el pedazo de chatarra lo alcanzase. Tony logró encontrar uno de los dedos del robot.

Estaba exhausto, pero aún le quedaba fuerza para unos últimos tiros. Mientras que en una mano cargaba unas piedras, la otra estaba apoyada sobre el dedo, endureciéndolo más aún.

Lanzó primero las piedras a su enemigo, que estaba muy cerca, y con los pies logró lanzar el dedo gigante. Ahora endurecido, y a esa velocidad, impactaría como un misil.

Justo como esperaba, aquel dedo había atravesado el cuerpo del centinela, pero solo había podido sacarle el otro brazo con las piedras antes de que llegara el "misil".

Sin duda había mejorado, pero aún le faltaba más. Se limpió su gabardina y se acomodó el cabello. Ya estaba listo para que Shaman lo conectara. Él sería el último en hacerlo.

— "Ánimo Bart" —pensó antes de entrar en sintonía[56] con los demás.


— "Adelante, Bart. Es todo tuyo…"


Las palabras de Noctem, líder de los malos, habían resonado en la cabeza de Hermes. Sintió un nudo frío en el estómago, pero dejó eso a un lado. Ahora le tocaba hacer su parte.

No habría segunda oportunidad. Toda la fe y esperanza de los demás caían sobre él. Sin duda, no habría oportunidad para una segunda oportunidad. Este tenía que ser el momento de caída de RoloX.

Mientras el chico apretaba los puños, empezaba a temblar. No era un temblor por miedo, ni mucho menos de nervios, lo que pasaba era que su cuerpo se estaba preparando para salir disparado tan rápido como le permitiesen sus energías. Era como un cohete en el momento de despegar. Como cuando tiembla la tierra, pues eso mismo le pasaba al pequeño cuerpo del joven mutante.

Rage: ¡Demonios! ¡Va a terminar matándonos a todos! ¡Alejémonos de aquí!

Enix: ¡Maldición! Bart…confío en ti.

Nightmare: …Tienes que hacerlo, niño. Vamos…ahora sí que eres un NeoX al completo.


Bart apenas podía escuchar a sus amigos. El temblor era tan fuerte que el piso estaba empezando a agrietarse. Vibraba tan rápido el sonido apenas pasaba por la barrera de aire que se habia formado a su alrededor.

Noctem: Tan solo haz lo tuyo, Hermes…

Shaman: ¡Bart, hazlo…ya! ¡RoloX está empezando a darse cuenta de la situación!

RoloX: …Sckk…¿qué…estás…shck…tramando, pequeño…Bart?…


Este era el momento. No había marcha atrás. Si contenía por mucho más tiempo aquella tremenda energía…o seguía vibrando, su cuerpo se desgastaría hasta quedar hecho polvo. Incluso ahora, su cuerpo emanaba pequeñas partículas. Sin duda se agotaban, pero al momento eran reparadas, aunque no seguiría así por mucho tiempo. Aún le faltaba saber, aprender y dominar sus poderes.

Hermes: ¡Agh!…¡Allá voy!


Al partir, y prácticamente despegar, del suelo, Hermes dejó una estela que provocó que todos, cerca de él, salieran despedidos varios metros. No pudo distinguir entre amigos, strikers o demás. Simplemente no hubo tiempo para calcularlo.

El mutante partía como una estela de color azul. No se distinguía su cuerpo, tan solo era pura luz brillante. No se le podía ver. Los ojos de Bart lagrimeaban por el esfuerzo, además de por saber que estaba a punto de acabar con la "vida" de uno de sus compañeros: RoloX.

Fangoria: ¡Eso es! ¡Lo va a destrozar…y a nosotros con él! ¡Más vale que hagas algo para cubrirnos, calvo!


Shaman escuchó esto y, rápidamente, fijó su concentración en crear un campo de fuerza alrededor de los demás. Apenas había tiempo…prácticamente ya no lo había.

Lo que aconteció a continuación ocurrió en menos de una milésima de segundo: RoloX, al estar con todo el virus en su máxima potencia, fue el único capaz de, apenas, poder ver acercarse a Hermes, pero en vano intentó protegerse, levantando una barrera. Sin embargo, aquello no lo detendría nadie.

Hermes: ¡Ahg! Ya…no…puedo…más… ¡Toma!


Una onda expansiva, como un hongo, se difundió por todo el lugar, dejando nada sin tocar. Solo un pequeño campo de energía, apenas se mantenía en pie, guardando la vida de los mutantes en ella. Pero ¿había acabado? ¿De verdad este sería, por fin, el final de todo?

El impacto había sido tremendo…más que eso, había sido desastrosamente tremendo. Lo que quedaba de RoloX apenas eran pequeñas partículas en el suelo, que ardían en llamas. Con suerte todo el virus había muerto con él. ¿Y qué había sido de Bart? El pobre yacía de costado, con la ropa calcinada, sin cabello visible en ninguna parte de su cuerpo desnudo, y con quemaduras y magulladuras por todos lados. ¿Estaría vivo?


La amenaza había acabado. ¿Había un ganador…o no? ¿A caso RoloX aún podía estar con vida?

Rolox…o lo que queda de él: ¡Shck!…¡shck!… Buscando…últimas…despensas de…energía… Reconstrucción total imposible…pero parcial inminente…¡sck!…


Hermes había caído…y Rolox parecía estar vencido definitivamente, pero, como de costumbre, las apariencias engañaban.

Rolox…o lo que queda de él: ¡Shck!…¡shck!… Buscando…últimas…despensas de…energía… Reconstrución total imposible…pero parcial inminente…¡sck!…


Rolox iba a reconstruirse…parcialmente, al menos. Eso podía significar dos cosas: Que el ataque de Hermes había acabado con toda la influencia del virus y, al volver, este RoloX fuese el héroe y compañero que tanto ansiaban volver a ver los chicos-X, o que siguiese siendo el megalómano homicida que había demostrado ser en las últimas horas.

Eon: Chicos, ¡esperad manteniendo la alerta! Si no está curado…¡habrá que volver a luchar!

Noctem: Lo siento, pero no. Los Strikers no vamos a permitir que una amenaza así vuelva a levantarse. Jofiel, Revenge, Rage, ¡atacad sin piedad alguna! ¡Quiero ver completamente destrozado ese montón de chatarra!

Enix: No os lo permiti…¿qué ocurre?


Tanto Enix como el resto de los X que intentaban moverse, no podían. Estaban paralizados por algo.

Noctem: ¡Oh! por cierto, olvidé deciros que, con el enlace que hemos hecho, además de cederle los poderes a Hermes, Jofiel y yo hemos aprovechado para saltarnos todas vuestras barreras mentales y, al menos durante un rato, haréis lo que queramos. Espero que el espectáculo que vais a ver sea de vuestro agrado. — Y dicho esto, Noctem comenzó a caminar hacia el cuerpo caído de Hermes.


Mientras tanto, RoloX había comenzado a reconstruirse, pero su tarea iba a ser difícil, pues cuando comenzaba a aparentar algo de forma de nuevo, comenzaron a lloverle disparos: era Rage, que no estaba dispuesto a dejarle volver.

Rage: ¡Capullo! ¿No creerás que íbamos a dejarte reconstruirte, no?


A pesar de los disparos, el androide había seguido su tarea de reconstrucción…aunque más lentamente, con lo que a Jofiel le dio tiempo a golpearle antes de que el robot pudiese hacer nada por impedirlo.

Jofiel: En nombre de mi señor ¡te golpeo! ¡Que mi fe acabe con tu herejía!


El albino había atravesado parte de la maquinaria de RoloX, pero éste volvió a estar funcional, con lo que atrapó el brazo de Jofiel en su torso.

Rolox: ¡Shck!… ¡¿No aprendéis…¡rshcrk!…que no podéis vencerme?!


Revenge, en ese momento, desgarra parte del androide con un hueso, mientras que Jofiel saca, a la fuerza, el brazo que RoloX le había atrapado, sangrando a borbotones y dejándose gran parte de su piel en el androide.

Revenge: ¡Aprende tú que nadie vence a los Strikers…y menos una tostadora con carencias afectivas! ¡Blanquito, Rage, tomad esto! —exclama arrojando un hueso a cada uno.— ¡Desgarrémosle!


Cuando Rage coge el hueso se da cuenta que, por muy bueno que fuese con sus pistolas y por mucho riesgo que corriese, ahora lo que necesitaba es usar sus poderes, por eso comienza a respirar hondo y cada vez más aceleradamente, mientras una vena en el cuello se le va hinchando. Su último pensamiento es el deseo de no sufrir un infarto.

Jofiel: ¡Todos, a él!


Los tres villanos comienzan a desgarrar al androide salvajemente. Si alguna vez se controlaron, este, de seguro, no era aquel momento. De repente…

RoloX: Protocolo de defensa activado.


En ese momento de RoloX comenzaron a brotar afilados tentáculos que apartaron, momentáneamente, a sus tres agresores. No eran muchos tentáculos, pero si RoloX caía, caería luchando.

Mientras, Noctem había llegado hasta donde estaba Hermes e iba a ayudarle a sobrevivir, pues sin él no habría sido posible llegar a aquel momento en el que RoloX era muy vulnerable. Se arrodilló ante él y le tocó el cuello, como quien busca signos de vida, pero al contacto Hermes desprendió un fulgor azulado. Noctem había forzado a Hermes a usar el factor curativo de Revenge, aprovechando que el vínculo aún seguía activo. Tras comprobar que el chico estaba bien, Noctem se levanta y devuelve su mirada hacia el espectacular combate que sus compañeros están librando contra el androide. Debía acudir y acabar con RoloX, pero no sin antes decir unas palabras al inconsciente Hermes.

Noctem: Chico, gracias a ti voy a acabar con ese montón de circuitos. Siempre tendrás el mayor de mis respetos. Sin duda, es lo mínimo que te has ganado. —Y tras decir estas palabras, que Hermes jamás oiría, Gabriel Grimaldi se dirigió a ayudar a sus compañeros.


En el combate, las cosas habían empeorado un poco para los villanos, pues, aunque RoloX no disponía de mucho, aprovechaba la poca energía, y los pocos recursos que tenía, sabiendo que su existencia dependía de ello. Sin embargo, los Strikers no eran novatos…ni luchadores de pacotilla, así que, rápidamente y por instinto, se colocaron de tal forma que rodearon al robot, con lo que éste no podría defenderse de todos.

Rage atacó con el hueso que le había proporcionado Revenge, clavándolo en el torso del androide y sacándolo violentamente, arrancado así parte del sistema de RoloX. Jofiel, por su lado, también clavaba el hueso en lo que sería la base de la columna vertebral…de tenerla…del robot.

RoloX: ¡Apartaos, estúpidos trozos de carne! —Mientras decía esto, el androide clava uno de sus tentáculos en el pecho de Jofiel, atravesando sus costillas y perforándole un pulmón.

Jofiel: Señor, dame fuerzas para seguir luchando…


Noctem acababa de unirse a la lucha y, de inmediato, comenzó a dar instrucciones telepáticamente:

Noctem: "¡Rage, ataque frontal! ¡Revenge, tu busca su espalda!, y tú, Jofiel, recupérate lo antes posible. ¡Te necesitamos!"


Noctem y Rage comenzaron a golpear la parte delantera del androide, cubriendo el cuerpo de Jofiel que ya se estaba recuperando.

RoloX: ¡Vaya, italiano! Has tenido las agallas de volver a luchar conmigo.

Noctem: No le tengo miedo a una máquina…y menos a la máquina que voy a destruir.

Jofiel: ¡Ya estoy listo, Noctem! ¡Acabemos ya con él!


Rage y Jofiel se colocaron a ambos flancos del robot, mientras que Noctem daba un paso atrás.

RoloX: ¿Qué pretendéis hacer ahora?

Noctem: Revenge, ¡tu turno!

Revenge: Encantado, jefe.


En ese momento, Revenge saca un hueso recubierto de hielo y lo clava en la base de la nuca del robot, congelando así gran parte del androide.

Rolox: ¡¿Qué demonios…?!

Noctem: ¡Vuestro turno, chicos!


En ese momento, Jofiel y Rage clavan los huesos que les dio Revenge en ambas clavículas del robot, destrozando así su torso y cayendo la cabeza a los pies de Noctem.

Rolox: ¡Shrck! …Yo…¡rksrck!…volveré…¡shcrkr!

Noctem: Ya te he matado una vez, ¿qué te hace pensar que no volvería a hacerlo? —Tras decir esto, Noctem pisa la cabeza del robot destrozándola completamente. RoloX, por fin, había muerto y no volvería a ser un problema.


¡¿Finalmente había terminado?! Shaman descargó su energía. La conexión había desaparecido. Todos regresaban a la normalidad…y recuperaban su capacidad de movimiento.

Enix corrió hacia donde estaba lo que quedaba de RoloX y dejó caer unas cuantas lágrimas.

Esta podría ser llamada la guerra más terrible a la que, alguna vez, se hubieron de enfrentar los niños-x; que en este momento habían obtenido el méritos para ser llamados hombres-X.

Varios mutantes cayeron de espaldas al suelo, pues el cansancio era terrible.

Cerca de allí podían ver el cuerpo de Khan que aún se movía, pero estaba claro que él tampoco tenía fuerzas.

Brian felicitaba a Hermes y lo ayudaba a incorporarse, mientras Shaman se acercaba a Noctem y le ofrecía la mano, a lo que Noctem respondió:

Shaman: Gracias, de verdad. Fue un honor.

Noctem: Debo decir lo mismo. Lamentablemente el día que nos volvamos a encontrar, tal vez, no quieras darme la mano.

Shaman: Eso lo tengo claro…y ¡qué bueno que tú también lo tengas así!


Shaman continuó caminando y vio a Eon en el suelo. El lugar donde estaba su mano aún sangraba. Se inclinó y lo levantó un poco con una mano.

Shaman: Creo que terminó.

Eon: Sí…así…es.


Shaman concentró lo poco que aún le quedaba de poder y detuvo la hemorragia que tenía, e inhibió la neurotransmisión para que dejara de sentir dolor.

Eon: ¡Wow! Eso…se…siente mej…or…Shamyyy.

Shaman: No hables. Tan solo descansa. Es hora de ir a casa.

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Al caminar cada uno con su equipo, las dos alineaciones se vieron de frente. El silencio se volvió muy incomodo y el pasar de los minutos solo cedió ante un zumbido aéreo cada vez mayor.

Varios de los mutantes miraron hacia arriba para ver una masa de animales, …o extraterrestres, fusionados entre si que giraban sobre si mismos, haciendo una sola masa amorfa. Al parecer, al notar que estaban siendo observados, se concentraron en una sola entidad conocida como el Extraño, quien les miraba, al principio, como si fuesen poca cosa y, después, con burla.

— ¿Han acabado de matarse?, porque todavía veo a muchos de pie…mmmm, incluso Khan sigue de pie. Bueno, marioneta, ¿te has cansado de jugar?

— Yo…¡nggh!…nunca he sido la marioneta de nadie.

— …Más que de tu propia ambición. Como sea, todos han servido a su propósito, que, por supuesto, era que yo aprendiese más sobre ustedes. Verán, infantes, no hace mucho tuve la oportunidad de modificar la realidad de los papeles en este universo para obtener el rol de Eternidad. Sin embargo, su participación, así como la de la nave Celestial, lograron hacer que mis dioses, actualmente no más que conejillos de indias, pudieran liberarse de mi control. La experiencia me llevó a saber que no puedo lograr mis objetivos sin lograr mayor conocimiento de su especie y, pues, he aquí la oportunidad: Alguien de una especie "superior" se presentaba con las intenciones de hacer sangrar el centro de su civilización. Pues bien, yo le ayudaría a ser lo suficientemente sutil para no afectar su desempeño en sus tareas cotidianas.

— …Como detalle de agradecimiento por empezar el experimento…

— Así es, Khan. Eso fue lo que te dije, aunque honestamente te pude, simplemente, destruir y ya. He de admitir que también funcionabas como una tapadera perfecta. El fin del asunto es que he aprendido lo suficiente y ya no me son de más utilidad. No tendrán ni mis disculpas, ni destrucción. Tan solo sepan que si he explicado mis planes a un grupo de niños es porque la grandiosidad genética no está en ustedes. Han sido dignos, y no solo de mi atención. ¡Ja, ja, ja! Ustedes son tan físicos que no notan nada de nada. ¡Ja, ja, ja!


En otro desgarre de la realidad, todos los mutantes aparecen frente a la mansión, directamente en la entrada. Se puede notar como el líquido viscoso que conformaba el virus ha desaparecido por completo, quedando solo en los infectados por unas once horas más. A los lejos se ve el humo de la ciudad con luces apagadas por todos lados. En el cielo, las estrellas pueden verse por millones de millares, incluso unas pocas más que si, simplemente, la ciudad estuviera en vela. Algunos lo notaron, otros simplemente se desplomaban del cansancio y eran ayudados por sus compañeros, más una línea divisoria invisible había sobrevivido al paseo cuántico de la realidad…y se erguía entre ambos bandos con inusitada fuerza.

Noctem fue el primero en reaccionar y dio un paso hacia adelante, mas su movimiento perdió, por un segundo, la seguridad, cosa que recuperó al instante. Reactivamente, Eon también dio el paso al frente, todavía apoyado un poco en Shaman. Mientras ambos se lanzaban miradas serias, Enix, sin decir palabra, tomó a Hermes y se lo llevó al piso de arriba, probablemente a la enfermería. Los demás esperaban alguna respuesta de sus líderes, y Shaman compartía la expectación, ya que no decidió si entrar a la conversación telepática, o no.

"Quédate en la mansión. Tu excusa de ser un asesino, o buscar a tu nono son absurdas, y lo sabes bien."

"Sin mí, el equipo sería un caos total. Soy el medidor y catalizador de su…nuestra furia. ¿No crees que es mejor que yo sea la punta de la flecha para saber hacia donde va el ataque?"

"Mataste a RoloX. Era mi amigo. ¿Hacia allá va la flecha?"

"Te cortó el brazo después de utilizar tu sacrificio contra nosotros. No importaba lo que pasase, él dejaría de existir. Lo siento por ti, pero en realidad no me arrepiento del curso de nuestras acciones."

"Así será todo el tiempo, ¿eh? Tendré que escuchar este argumento cuando tenga que detenerlos."

"Muy probablemente. Espero que eso no arruine nuestra amistad."

"Nah. No soy tan superficial. Tan solo no te confíes nunca, Gabriel. Si considero que puedes ser salvado, daré todo de mi parte. Ya viste el ejemplo con RoloX, pero si estás más allá de la ayuda, entonces te combatiré sin tregua."

"Siempre y cuando entiendas que ni soy un X-Men, ni, porque seamos amigos, te dejaré llegar más allá de "tratar" de hacer algo. Soy un Striker y empiezo a descubrir cosas agradables en ello."

"Yo sigo siendo un Neo-X y un Abyss, más, incluso, que antes."

"Lamento lo de tu mano…"

"Lamento lo de tu cara."

"¿Mi cara? ¿Qué me pasó en la cara?"

"¡¿Así la tenías desde antes?! Perdón[4]."

"¡Ja, ja, ja! Ruso loco. Por lo menos tu sentido del humor sigue intacto."

"Eso es un modo de verlo…"

— ¡¿Ya acabaron de besuquearse mentalmente?! Si vamos a entrar en la casa de los X-bobos, hagámoslo de una vez, y si no, vayámonos también. Ustedes me enervan.

— Siempre un amor, Funguria.

— Fangoria, animal. F-A-N-G-O-R-I-A, ¡y ustedes van a este arremedo de escuela…!

— Era un chiste, de fungus, pero ¡bah! Olvídalo. Que Gaby te soporte, porque nosotros no.

— Además, no teníamos ninguna intención de quedarnos más", aunque, a veces, creo pensar lo contrario". Espero no verlos en mucho tiempo, Eon.

— Si tu lo dices, Noctem. Tan solo recuerden que es nuestro deber patearles el culo.

— ¡Sí, idiotas! ¡No piensen que porque "chispitas" sea amigo del "guero" no les romperemos la cara!

— El señor no permite que los débiles ejerzan una lucha innecesaria. En el momento justo caerán sin rechistar.

— Como sea. Si siguen aquí por mucho rato, les mandaré unas cuantas bestias verdaderas, no como su perro.

— Ya esta bien, Brian. Ellos saben, perfectamente, que nos volveremos a ver…y que les patearemos el culo.

— ¡Así se dice, Shamy!…y bueno, Noctem, creo que no podemos evitar estar un poco felices todos, ya que salvamos la ciudad y la mayoría sobrevivimos…no…no será muy difícil de aquí en adelante, pero, como mínimo, les recomiendo tomarse un mes de vacaciones.

— Lo ves[57] muy fácil, brillitos, porque sigues hablando como si todos fueramos tus amigos, ¿eh?

— Porque esta ocasion no se repetirá en "eones", Xzibit, así que cállate y lárgate a dormir cien años.


De nuevo Noctem lanzó una mirada muy seria a Eon. Había captado un par de cosas en su mente que el ruso ocultaba con todo su entrenamiento, pero al reir no pudo contenerse. Sus defensas mentales nunca fueron un gran problema para él. Sin decir nada más, dio un paso atrás y abrió un portal para su equipo que, inmediatamente, entró en él. Eon también se quedó mirando a Noctem seriamente, mas no sabía si le había descubierto, o no. Como fuera, tenían a un grupo de novatos que encontrar, una ciudad a la que ayudar a reparar, una mansión que reconstruir casi por completo, dos funerales que preparar y mucho que descansar.

— Vamos, Rumsey. No creo que Alex lo esté pasando nada bien, y además debo admitir que si paro de reir…lloraré.

— Nosotros también nos sentimos así, Ivan. Sin embargo, las cosas ya acabaron y podemos seguir adelante.


Mientras charlaba con Shaman, su mente paseó por los recuerdos del cuarto del peligro y, al llegar de nuevo a un reloj escondido en el laboratorio, cerró su mente. Un funeral solamente.


Los Strikers se habían teletransportado a un lugar del que los pequeños-X no tenían ni idea…bueno, lo habían hecho todos excepto Revenge e Il Tiratore. Noctem se había agotado mucho tras toda aquella pelea y, tras haber sufrido un infarto hacía menos de un día, no quiso arriesgarse a teleportar a todos los miembros del equipo a la vez. Así que, por una parte, había dejado al miembro más peligroso de los Dark Strikers y, por otra, a la persona en la que más confiaba del equipo: su amigo.

Los dos Strikers se encontraban apartados del grupo lo suficiente como para no oír de qué hablaban.

Spaghetti… — Hacía tiempo que Tony no oía que lo llamaran así…— Mira esta oportunidad para acabar con los Niños-X. Fíjate. Solos tú y yo podríamos acabar con todos ellos en el estado en el que se encuentran…

— … —Tony mantuvo el silencio y apretó fuerte la cadena que tenía en sus manos.— Ni lo pienses, bestia horrenda. No les harás nada. Son órdenes de tu amo.

— ¡Rargh!


Esta vez, los NeoX y Abyss sintieron los rugidos. Alguien parecía aproximarse a ellos.

— Maldito niño con cara de virgen. Siempre fuiste un cobarde y siempre lo serás. ¡No tienes los huevos suficientes para enfrentarte a nadie!

— Oigan, no sé qué está sucediendo aquí, pero nosotros queremos descansar, así que si pueden bajar un poco la voz…¿eh? —decía un cansado Eon que se había acercado hasta ellos.

— Tranquilo, lucecitas. Este tipo está bajo control. Puedes irte.

— ¡Rargh! —y con ese grito la bestia comenzó el ataque.

Tony no pudo frenarlo con la cadena, pues esta se rompió por su eslabón mas débil. Il Tiratore reaccionó rápido y le lanzó un proyectil a la espalda del pseudo gorila que tan solo pudo embestir a Eon, mandándolo a volar sin grandes daños.

— ¡Rargh! ¡Traidor! ¡¿Por qué me atacas, italiano idiota?!

— Je, je, je. Ya es hora de que alguien te dome por completo, animal.


No hacía mucho que el líder de los Dark Strikers se había llevado a la mayoría cerca de los muelles al que era su cuartel general improvisado. Desde luego, eso era algo que tendrían que mejorar.

Por lo general sus teletransportaciones eran instantáneas, sin embargo esta vez había tenido que descansar un poco. Sólo tenía ganas de llegar a su casa, poner algo de música clásica e intentar ver si podía curarse solo la pierna, sin necesidad de ir a un hospital. No le apetecía tener que dar explicaciones sobre todas aquellas heridas. Quizás tras el virus aquello no sería tan problemático. Iría a la mansión, cogería a Tony y a Revenge y…"¡¿por qué demonios estaban peleando?! ¿No se podían estar quietos?…por favor…"

En lo que dura un parpadeo se transportó a la sombra de Revenge. No le sorprendía que Tony estuviese atacándole, era de esperar, y desde el momento en el que hizo el conjuro sabía que algo así era probable.

Noctem apareció a la espalda de la bestia negra. A punto estaba de tocarle, para llevárselo, cuando escuchó dos sonidos rasgando el aire, dándole tiempo a observar a Tony, antes de notar cómo un proyectil de goma impactaba contra su costado, justo dónde deberían estar los puntos. Antes de poder quejarse otra bola de goma le golpeó la pierna.

Antes de que la oscuridad se lo llevase, vio como Antonio le miraba con gesto triste, casi suplicante. No podía permitir que se llevase a ese loco asesino. Esta vez, Revenge no debía huir sin castigo, y si eso implicaba traicionar a alguien que le había ayudado, que había sido su amigo todos esos meses, al único que tuvo en el blanco vacío que era su mente, lo haría. A Gabriel le habría gustado gritar. Realmente habría dado cualquier cosa por aullar de dolor, pero de su garganta no salió nada. Apenas un murmullo, una palabra ensangrentada, mientras su cuerpo caía a plomo en el suelo.

— Antonio…

— Lo siento, Gabriel…


Tony no podía creer lo que había hecho. Fue involuntario, pero no se sentía arrepentido. Había procurado que Noctem solo quedara inconsciente. Era un precio que debía pagar por cumplir con su deber. Él no era un asesino, pero tenía una misión que cumplir y era difícil quedarse de brazos cruzados cuando, día tras día, había visto como gente inocente conseguía la muerte a muerte a manos de esa bestia sin piedad.

Viendo las noticias de la tele, era lógico que a cualquier ser humano se le despiertara un sentimiento de repulsión y odio contra los asesinos, violadores, etc, que aparecen en los policiales, pero al convivir con uno de ellos, los sentimientos se quintuplican de manera espeluznante. Más aún si debes ver cómo ocurre todo esto sin poder hacer nada…pero ya no más.

— Es hora de que pagues por tus pecados, ¡figlio di puttana[58]! —dijo Tony— "Tal y como habría dicho el albino" —pensó. Tras esto comenzó a lanzar un sin fin de proyectiles, que llevaba dentro de su gabardina: entre ellos piedras con punta y cuñas de cristal.


La bestia comenzó a frenar los disparos, pero fue impactado por alguno de ellos, sin ver cómo otro objeto era lanzado al aire.

— ¡Rargh! ¡Spaghetti mal nacido!

Revenge había frenado la mayoría de los proyectiles. Cuando abrió los ojos, vio como Tony corría hacía él. Se apresuró en sacar un hueso y lanzárselo, pero Tony fue capaz de verlo y cogerlo en el aire, con gracia y evitando el daño, usándolo luego como una garrocha para saltar sobre la bestia.

Revenge le conectó un golpe a Tony, quien pudo reducir su daño porque ya estaba yendo en dirección homologa al puñetazo. Antonio voló varios metros y, al incorporarse, pudo ver como Revenge se reía y lo insultaba.

Tony tenía ganas de acabar con él, pero se limitó a avanzar un paso, lanzando una piedra al cielo. A la distancia se sintió como un vidrio se rompía. Aquella fue la señal para que Il Tiratore retrocediera de un salto y poder apreciar como una especie de llovizna caía sobre la bestia que aullaba de dolor.

— Es increíble lo que puedes encontrar en los cuarteles de SHIELD, ¿non? —Efectivamente, aquello que recubría a Revenge era el virus del Agente-Zero que Tony había robado de la base de SHIELD tiempo atrás[1].


Revenge aullaba de dolor ante tal ofensa. ¿Cómo podía ser que un enano, como el italiano, le estuviese venciendo? Un golpe acabaría con él, pero sabía que no podía matarlo. Aunque le hubiera encantado hacerlo, no podía, pues Noctem no estaría contento.

— Puede que esto duela, puto enano, pero te aseguro que no será nada comparado con lo que le haré a toda tu familia…y al puto lucecitas —dijo Revenge.

— Buscalos. Seguro que no encuentras nada —dijo el joven italiano con una sonrisa en la cara al ver el dolor de su enemigo.

— Pienso buscar a esa hermana desparecida tuya y mandarte su cabeza por correo.


Tony estaba perdiendo los estribos y le lanzó un palo, que le clavó en la rodilla, atravesándolo limpiamente y cortando una vena.

— ¡Argh! ¡Hijo de puta!


Revenge saltó, apoyado en la única pierna sana que le quedaba, y se transformó en una bestia en el aire, para lanzarse a por el italiano. Le mordió en la pierna y ambos quedaron expuestos al dolor de sus extremidades.El asesino lanzó un aullido al aire y comenzó a gemir de dolor, mientras se sacaba los huesos de su espalda y atacaba al italiano, quien tenía un gesto de terror en el rostro.

Revenge se abalanzaba contra el italiano, aún aullando a causa del virus. Esta era la última oportunidad de Antonio. De fallar en este caso, de seguro estaría muerto. Metió su mano en uno de los bolsillos internos de su gabardina y sacó una especie de monedas. Rápidamente las lanzó contra una delirante bestia, que atacaba enceguecida. Finalmente, las monedas se adhirieron a su cuerpo.

En todo este tiempo, Tony se dio cuenta de que Revenge era vulnerable a la electricidad, ya que no tocaba muchos electrodomésticos. Sus monedas generaron una descarga eléctrica, pero él sabía que eso no sería suficiente. De pronto recordó aquel momento en el espacio en el que Noctem les dio un arma eléctrica a Rage y a él.

"— Toma, las pistolas aquí son peligrosas, aunque creo que ni Tony, ni tú, tendrías problemas en dispararlas. Vuestra puntería es magnífica, pero por si acaso utiliza esta. Evitaremos despresurizaciones por agujeros de bala en la estación[…]"[2].


Quien lo viese desde fuera podría pensar que todo aquello había sido planeado por Noctem y él, pero no era así. Tan solo estaba improvisando.

— Con esto te freiré, ¡mal nacido! —dijo Il Tiratore, jalando el gatillo con su mano izquierda, mientras con la derecha activaba las descargas de las monedas en su reloj.


La bestia se retorcía y aullaba de dolor a causa de las descargas. Parecía que estaba funcionando. Se detuvo en seco e intentó luchar contra el dolor, pero el virus de Maverick le impedía regenerarse. Finalmente cayó al piso, inerte. De seguro aún estaba con vida, pero no iba a incorporarse por, al menos, unas horas, tiempo más que suficiente para poder encerrarla en un lugar seguro.

Había cumplido su misión. Había conseguido apresar al asesino al que tenía que soportar ver la cara todas las mañanas, sin poder hacer nada.

Tony caminó hasta Eon y lo ayudó a incorporarse. Se había quedado atónito. No podía creer lo que había visto. Aquella sensación lo mantenía aún en el suelo.

— ¿Te echo una mano? —le dijo de forma graciosa a Eon.

— Pero… Por supuesto, pero me vas a tener que explicar qué paso aquí, viejo amigo —A Eon se le dibujó una sonrisa en la cara. De alguna forma sabía qué estaba pasando.


A lo lejos, Tony pudo ver como Shaman venía junto a alguno de los chicos-X, que se encontraban en mejor estado.

Benne. Digamos que estaba harto de ese sujeto. Alguien debía darle su merecido, y ahora que recobré la memoria, ¿quién mejor que yo, no?

— ¿Recuperaste la memoria?

—¡Ah, es cierto! Tú estabas en coma. Sí, lo hice…aunque parcialmente. Siento lo de Gab. Él es amigo mío también, pero…si no lo detenía se iba a escapar el animal. No te preocupes, no dañé las partes vitales, tan solo le produje un gran dolor.

— ¡Ah!, no te preocupes. Mientras esté vivo sé que podrá resistirlo. Es un hombre fuerte. Ven, ayúdame a cargarlo. Debemos llevarlo adentro —le dijo Eon mientras se dirigía al cuerpo de Noctem.— …Así que "parcialmente"…bueno, es un avance.

— Oye, Ivan…quisiera preguntarte si…, ahora que he dejado los Strikers y eso…, quería saber si…volvería a haber un lugar para mi en los Abyss.


Eon permaneció en silencio unos segundos, miró muy serio a Tony y desvió la mirada con expresión melancólica, dándole un fuerte abrazo cargado de luz.

— Por supuesto que puedes volver. Será un placer tenerte aquí de nuevo.

— ¡Au! —Tony lanzó un alarido con acento a su patria. Revenge le había dejado grandes heridas, sobre todo en su pierna.— Ten cuidado, Russo pazzesco[59] —le dijo muy seriamente, y luego ambos se rieron a carcajadas.

— ¿Alguien me puede decir qué está ocurriendo acá? —preguntó Brian, llegando junto a Shaman y el resto de los chicos-X.

— Resumiendo: Tony capturó a Revenge y regresará a la mansión y volverá con los Abyss. Ya se enterarán de toda la historia una vez que estemos todos en óptimas condiciones.


Me alegra que todo haya salido de acuerdo al plan, Tiratore —le dijo Shaman acercándose a ellos.— Muy bien, equipo. Un último esfuerzo. Hay que llevar a esta bestia, y a Noctem, al calabozo del sótano…si no quedó dañado por lo de la Sala Peligro. Sé que ambos nos ayudaron, pero son asesinos y no podemos dejarlos ir así como así. Así que, adelante. Manos a la obra —les dijo a los miembros que quedaban de los NeoX y Abyss, para darles ánimos.


Entre Tony e Ivan cargaron a Noctem y se encaminaron hacia la mansión. Atrás venían los dos lobos de Nightmare, cargando a la otra bestia y él, quien los cuidaba desde detrás.

— ¡Eh, Antonio! —le llamó Shaman una vez que pasó por su lado.

— ¿Sí?

— Bienvenido una vez más.

Grazzie[60].

Fin

OTROS[]

Notas[]

Errores[]

  • Al inicio de la trama se indica que Iskandar se desvela a los héroes. Sin embargo en el final de Caos ya se había quitado la máscara antes de atravesar el portal.

Anotaciones[]

  1. ^ 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 Hundimiento.
  2. ^ 2,0 2,1 2,2 2,3 Caos.
  3. ^ "tal cual es el efecto de un bebe para con los demás en comparación con nosotros" en el original.
  4. ^ 4,00 4,01 4,02 4,03 4,04 4,05 4,06 4,07 4,08 4,09 4,10 4,11 4,12 4,13 😈
  5. ^ 5,0 5,1 5,2 😠
  6. ^ 6,0 6,1 6,2 6,3 6,4 6,5 🙄
  7. ^ 7,0 7,1 7,2 7,3 🙁
  8. ^ 😐
  9. ^ Icon mrgreen
  10. ^ 10,0 10,1 10,2 😎
  11. ^ "¿what the fuck?" en el original.
  12. ^ 12,0 12,1 12,2 😕
  13. ^ 13,0 13,1 13,2 😮
  14. ^ 14,0 14,1 14,2 14,3 14,4 14,5 14,6 👿
  15. ^ ¡Madre mía!
  16. ^ Señorita.
  17. ^ 17,0 17,1 Señor.
  18. ^ Serie1 wall
  19. ^ NeoX: La Arena.
  20. ^ Negro y blanco (Trama)
  21. ^ Nightmare.
  22. ^ Un día como NeoX.
  23. ^ Noche de brujas.
  24. ^ CENIZAS DE RENACIMIENTO
  25. ^ "qué material traes" en el original.
  26. ^ "Solo decía" en el original.
  27. ^ "Shaman" en el original.
  28. ^ 28,0 28,1 28,2 28,3 28,4 Shaman neo x by ivannikolev-d4dvxk2
  29. ^ Haced penitencia.
  30. ^ Bastante claro
  31. ^ No, no ataquéis, quiero darle la paliza que se merece a este ruso loco.
  32. ^ Chico
  33. ^ ¿Qué puedo decir? ¡Ah, sí! Esto es por haber golpeado a Sabia.
  34. ^ "Cuál sería el caso" en el original.
  35. ^ Chicos.
  36. ^ 36,0 36,1 😀
  37. ^ 😉
  38. ^ Aves acosadas
  39. ^ ¡Hijo de la gran puta, robot de mierda, los hay que no saben cuando permanecer muertos, joder!
  40. ^ ¡Joder, de acuerdo que casi me muero de un infarto y he vuelto, pero al menos a mi no me han volado en 1000 pedazos, rompepelotas! ¡Ten un poco de elegancia y haz el favor de seguir muerto, maquina de mierda!
  41. ^ Veo que solo somos tu y yo. Eres el inteligente, ¿verdad? ¡Qué pena que finjas ser una máquina! Ustedes, los mamíferos, nos hicieron para pensar y hacer todo…para que ustedes pudiesen hacer lo que quisieran.
  42. ^ Esta vez me aseguraré de que mueras…aunque deba hacerlo yo mismo.
  43. ^ 🙂
  44. ^ ¿Qué acaba de pasar aqui?
  45. ^ Muy bien.
  46. ^ rgshnjkfnkjbghfguybhfvjnjfy…wejkhfugdfyugdbvhj
  47. ^ ¡Madre mía! por favor, por favor.
  48. ^ Mierda.
  49. ^ Así no puedo concentrarme.
  50. ^ No sabes lo que has hecho.
  51. ^ "refacciones" en el original.
  52. ^ Nada.
  53. ^ Pero yo soy magnánimo, y te lo voy a enseñar.
  54. ^ Por la generosidad del que te dio lo que es suyo. Por aquel que pudo dotar de vida al frío metal. La sangre es vida, la vida es alma, el alma es voluntad. Yo os uno. Que aquel que te dio la vida, te de ahora todo su dolor.
  55. ^ "Western" en el original.
  56. ^ "secuencia" en el original.
  57. ^ Te lo tomas
  58. ^ Hijo de puta
  59. ^ Ruso loco.
  60. ^ Gracias.
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